La acción ciudadana para eliminar plástico de las playas tiene premio

Una alumna de Humanidades y otra de Ingeniería, de la ULPGC, se unen en HackForGood para dar solución a la contaminación marina

Fátima Armas (i) y Alba Ortega, durante su participación en el HackForGood Canarias 2024 en el Campus de Tafira.

Fátima Armas (i) y Alba Ortega, durante su participación en el HackForGood Canarias 2024 en el Campus de Tafira. / LP/DLP

María Jesús Hernández

María Jesús Hernández

Instalar en las áreas costeras con mayor afluencia de visitantes, máquinas que proporcionen recompensas económicas a los usuarios que depositen en ellas los plásticos que encuentren en las playas, fomentando la implicación social para frenar la contaminación marina, al tiempo que gestionan dicha basura para impulsar su reciclaje. Esta es la esencia del proyecto ideado por dos alumnas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Fátima Armas Martín -Grado en Lengua Española y Literaturas Hispánicas- y Alba Ortega Llanera -Grado en Ingeniería en Diseño Industrial y Desarrollo de Productos-, que forman el equipo Microcán, ganador del tercer premio en la novena edición de HackForGood Canarias 2024, celebrado entre el 14 y 16 de abril en el Campus de Tafira bajo el lema Imaginemos un mundo más sostenible, organizado por la Cátedra Telefónica de Tecnologías Accesibles de la ULPGC y el Vicerrectorado de Estudiantes, Alumni y Empleabilidad que dirige David Sánchez.

Remuneración

«Con este proyecto nuestra principal intención es conseguir una implicación social. Por eso hemos creado una máquina que contribuye a limpiar las playas de microplásticos a cambio de una remuneración económica, descuentos o promociones exclusivas para aquellas personas que recojan plásticos y lo depositen en ella. En dicha máquina tenemos un sistema ya estudiado que separará los micro y macroplásticos de otros elementos que se puedan haber colado», señalan las autoras del proyecto.

Se trata de una propuesta innovadora, que contribuye al objetivo de sostenibilidad y a crear conciencia medioambiental. «Es una idea novedosa porque tras investigar comprobamos que no existe ninguna máquina parecida en el mundo que ayude a gestionar el tema de los plásticos. En Alemania, por ejemplo, hay un sistema de acción social, que consiste en devolver una tasa que el usuario paga al comprar una botella, pero en nuestra propuesta la ciudadanía hace un esfuerzo por recoger los microplásticos y a cambio obtiene una remuneración. En conclusión, contribuye a que se tome conciencia de este problema medioambiental, al tiempo que aporta una ayuda económica a personas con bajo poder adquisitivo».

Filtración

Ambas jóvenes han ideado una máquina de filtración, que ademas de hacer el papel de «punto limpio» para la recogida de la basura tirada en la costa, separa los microplásticos. El material obtenido, gracias a la participación ciudadana de limpieza en las playas, se funde para crear plástico 100% reciclado y vendérselo a otras empresas. También, el proyecto contempla la fabricación de rastrillos con una red de filtro que se pondrá junto a las máquinas a disposición de los usuario implicados.

Cada máquina se pondría en puntos estratégicos de las playas con más número de visitantes y en los paseos, junto con los rastrillos que serán de acceso gratuito aunque gestionados mediante un sistema de control para tener un registro de su uso y garantizar su retorno. «Una vez que hayan recogido los plásticos, los usuarios los depositan en la máquina, se almacenan, se filtran y se separan por tamaños. «A cada persona que deposite el material recogido, la máquina le indicará la cantidad de plástico y la bonificación obtenida por la misma, que puede ser una remuneración económica, o descuentos en la compra, para que así también se motiven a seguir contribuyendo a limpiar nuestras costas».

Humanidades

Una de las sorpresas de este año en el HackForGood es que, aunque la participación mayoritaria es de estudiantes de las áreas tecnológicas y de ciencias sociales, ya empieza a abrirse al ámbito de las Humanidades. Es el ejemplo de Fátima Armas, alumna de Lengua Española y Literaturas Hispánicas de la ULPGC, que se acercó a este encuentro de innovación social por su interés en la temática de la sostenibilidad y su curiosidad hacia los hackaton. «Me apunté al proyecto un poco a ciegas, sin saber que me iba a encontrar y allí conocí a Alba, vimos que teníamos en común la misma preocupación por el problema medioambiental de los microplásticos en nuestras costas, conectamos bien, formamos equipo y este ha sido el resultado, un proyecto que nos encanta, una gran amistad, lograr el tercer premio y una experiencia de diez».

Además, Fátima Armas valora la oportunidad de haber podido desarrollar su creatividad y su capacidad de innovar. «Sé que llama la atención que sea una persona de letras en un entorno prácticamente copado por las ingenierías y la ciencia. Sin embargo hay que tirar esas barreras, todas las disciplinas se pueden complementar. En nuestro equipo, Alba Ortega tiene el conocimiento tecnológico, y yo he podido aportar las ideas, la creatividad». Es por ello, que la estudiante anima a los universitarios en el ámbito de las Humanidades a que se tiren a la piscina y participen en las próximas ediciones. «Puedes pensar que al ser de letras no pintas nada en un entorno donde prima la tecnología, pero si eres una persona interesada en crecer, en aprender de otros y en conocer nuevas herramientas que nos pueden ayudar en el día a día, este es el sitio adecuado, donde todos podemos aportar».