Miembro del Grupo de Protección Social de la UE

Agnieszka Chlon-Dominczak: "Hay una gran brecha entre el horizonte de las políticas y el ritmo demográfico real"

"Con el teletrabajo, muchas personas podrían acceder al mercado laboral de otros lugares, como Madrid, aunque vivan lejos; hay mucho por hacer"

La experta durante su intervención en el Foro de Cohesión.

La experta durante su intervención en el Foro de Cohesión. / / I. B.

Irene Barahona

La crisis demográfica se ha revelado como uno de los ejes centrales durante el noveno Foro de Cohesión de la Comisión Europea, una problemática inaplazable que los socios comunitarios necesitan abordar "ahora mismo", como urge Agnieszka Chlon-Dominczak, directora del Instituto de Estadística y Demografía de la Escuela de Economía de Varsovia y miembro del Grupo de Alto Nivel sobre el futuro de la protección social y del Estado del bienestar en la Unión Europea

España el país europeo con una de las crisis demográficas más severa debido a la despoblación. ¿Qué sucederá con estos grandes territorios como la España Vaciada si la crisis demográfica sigue agravando?

Estos territorios corren el peligro de convertirse efectivamente en lugares fantasmas, que es algo que ya podemos observar por lo menos en Polonia, hay pueblos desérticos en los que ya no hay gente, no queda nadie, solo permanece la infraestructura, sin uso. La pregunta que se nos plantea en estos casos es qué hacer con estos lugares, hay dos opciones claras, dejarlos vacíos y que se conviertan en un recuerdo aterrador de cuando había más gente o tratar de revivir de alguna manera esos territorios.

En la segunda de las opciones, la gran cuestión es cómo conseguir restablecer las poblaciones en los lugares vaciados.

La solución depende en gran medida de la propia localidad y sus características, en función de ello será diferente cómo podemos revivir tales territorios. Un acercamiento a la revitalización de estos lugares podría ser quizá a través de la creación de espacios para las personas mayores, quienes podrían encontrar en estos lugares instalaciones y tecnología para los cuidados, por lo que podrían ofrecer una opción para residir a largo plazo y por lo tanto, una vía para atraer población.

¿Cómo afecta el alto grado de envejecimiento de la población a la estructura de estos territorios?

Ante territorios envejecidos es necesario que las Administraciones pongan en marcha políticas públicas adecuadas para apoyar la vida de las personas de mayor edad que allí viven. Depende mucho del caso concreto de cada lugar, pero es importante que en la España Vaciada también se encuentre alguna manera de cómo dar vida a estos espacios. Cuando decimos que estos lugares, por las razones que sea, no tienen apoyo, es algo difícil de asumir. La política en torno a esta realidad no es fácil por ello, pero sí es muy necesaria.

El envejecimiento del continente avanza y las zonas rurales se vacían paso a paso. ¿Cree que existen suficientes políticas para hacer frente a la población en la Unión Europea?

No, no creo que tengamos suficientes políticas para ello. El problema del descenso de la población es que sucede de manera muy lenta, pero estable. Así que es muy difícil de revertirlo y recuperar la población, porque de igual manera la recuperación demográfica tampoco sucede rápidamente. Por ello, aunque esos cambios no sean significativos en el contexto de una legislatura de gobierno de cuatro años, cuando sumamos los años y observamos la perspectiva conjunta de las dos últimas décadas, vemos que el cambio ha sido realmente enorme, y a pesar de ello, normalmente aún se está a tiempo para reaccionar si se hace en el mismo momento. El problema es la gran brecha que existe entre el horizonte temporal de los responsables políticos y el ritmo real del cambio demográfico.

¿Quiere decir que la política se rige por un calendario a más corto plazo que las políticas demográficas?

Es muy difícil para los demógrafos, para los expertos, convencer a los gobiernos de que realmente necesitamos políticas que miren hacia el futuro, porque lo que hacemos ahora con los sistemas de pensiones, lo que hacemos ahora con los sistemas de cuidados a largo plazo, con la educación, etc., afectará a lo que ocurra en nuestras sociedades, en nuestras economías, no sólo ahora, sino dentro de diez, veinte o treinta años.

Una economía débil puede marcar el inicio de una crisis demográfica. ¿Es retroactivo? ¿La demografía también afecta a la economía?

Por supuesto, si tenemos menos personas en edad de trabajar esto afectará al mercado laboral, que acabará por no funcionar bien. Lo que observamos en Polonia, por ejemplo, es que no tenemos el enorme desempleo que solíamos tener en el pasado. Pero, por otro lado, tenemos cada vez menos personas en edad laboral. Así que necesitamos emigrantes. Y cuando pensamos en las migraciones y en los inmigrantes tenemos que pensar en personas que también necesitan cierta política social, necesitan integración, por lo que también afecta a las políticas.

¿Cómo puede afectar la crisis demográfica de estos territorios al futuro de su economía?

Pensemos en todos los pensionistas de la tercera edad, que necesitan unos ingresos, que no pueden trabajar. Los sistemas de pensiones se verán aún más presionados y sometidos a un gasto mayor que hasta ahora, y la única forma de generar ingresos será gravar aún más el trabajo, además de otras áreas. Por lo tanto, la demografía tiene un gran impacto en la economía del futuro y tenemos que entenderlo, porque de lo contrario, no serán capaces de diseñar políticas que mantengan nuestras economías y nuestras sociedades en desarrollo.

La economía es prioritaria, pero los factores demográficos de los que dependen no se toman en serio, ¿por qué?

Porque es más fácil tener ganancias a corto plazo que mirar las consecuencias a largo plazo. Es como Scarlett, O’Hara, ya sabes, en "Lo que el viento se llevó" cuando decía que pensaría en ello mañana, pero mañana llega demasiado rápido y necesitamos pensar en ello ahora mismo.

Cuando un territorio se vacía otro absorbe esa población, ¿cómo podemos combatir este desequilibrio?

La gran pregunta es cómo diseñar políticas para que, por ejemplo, la gente pueda trabajar en Madrid mientras vive en cualquier otro sitio. Esta es una de las soluciones para evitar problemas como la crisis de la vivienda. Con el teletrabajo muchas personas podrían acceder al mercado laboral de otros lugares, como Madrid, aunque vivan lejos. Hay mucho que se puede hacer y muchos espacios vacíos en la política.

Pero no todo el mundo puede teletrabajar

Claro, la cuestión es que, si no podemos desarrollar mercados laborales locales ni tampoco acceder a otros de manera remota, podríamos valorar cómo podríamos trasladar algunas cosas como instituciones y organizaciones fuera de Madrid a otros sitios, siempre que estas mantuviesen siempre su mismo potencial. Así que, de nuevo, existe una gran pregunta sobre cómo gestionar el desarrollo del mercado laboral para que esté más distribuido, para que no solo las capitales, que van a ganar mucha inversión y mucha creación de empleo, sean las únicas beneficiadas de este tipo de políticas. Necesitamos políticas que precisamente distribuyan el mercado laboral, y para ello podemos ayudarnos de la tecnología, para descentralizar el trabajo.

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