Dreamland, un año de película

El viernes 29 de enero de 2021, el Cabildo de Fuerteventura debatía en sesión plenaria si otorgar -o no- una declaración de interés insular a un proyecto de empresarios canarios, el Grupo Newport, para crear lo que en ese momento se denominaba una ‘ciudad del cine’, a remolque de los potentes éxitos económicos obtenidos por el rodaje de cintas como Exodus, Allied, Solo y Wonder Woman en tierras majoreras.

Sobre el papel, la construcción de un gran centro en un solar de 160.000 metros cuadrado «pegado a la autovía del Norte», que incluye una academia de formación para 200 alumnos, unos estudios cinematográficos, y una gran zona de ocio articulada en experiencias de realidad virtual.

Es Dreamland Studios, un ambicioso plan que se presenta como una alternativa -aunque complementaria- al sector turístico, para anclar y promover la creciente industria audiovisual del archipiélago canario, gracias a una inversión de cien millones de euros que permitirá la creación de unos 400 puestos de trabajo directos y mil indirectos, todos ellos «de alto valor añadido».

Pero ese «pegado a la autovía del Norte», quedaba situado a unos cuatro kilómetros del Parque Natural Dunas de Corralejo, ubicación que genera un rechazo social, y también político, de forma que el pleno deja el proyecto sobre la mesa.

Dreamland Studios, de Fuerteventura a Gran Canaria

Aquello fue solo el principio de un guión que acabó en una crisis política en toda regla en la corporación insular majorera al punto que un año después el saldo era el de un grupo de gobierno de únicamente dos consejeros tras la expulsión por parte del presidente, Sergio Lloret, de la formación Asambleas Municipales de Fuerteventura, de siete consejeros de CC, a lo que se sumó la posterior desbandada del PP... y la claudicación de la firma en abril de 2023, para poner proa a Gran Canaria y más concretamente a la ciudad de Telde, donde estudian instalarse en el campo de golf de El Cortijo, propiedad del grupo Lopesan.

La fuga del proyecto en la isla redonda es, desde el primer día radicalmente diferente, al punto que a principios de mayo, la entonces alcaldesa, Carmen Hernández, remitía al Cabildo un decreto con el pronunciamiento favorable del municipio para obtener de la corporación grancanaria una declaración de interés insular.

En ese momento las cifras son incluso más impactantes que las de Fuerteventura. Ahora se habla de mil puestos de trabajo directos, de 15.000 indirectos y de una inversión de 140 millones de euros.

Así, y antes de que acabara ese mes de mayo de 2023 el pleno del Cabildo de Gran Canaria ratificaba por unanimidad la declaración de interés insular para la construcción del mayor centro audiovisual de Europa, cuya aprobación definitiva, según señala uno de sus promotores, José Antonio Newport, espera para el pleno de este mes de mayo.

Newport señala que tras este último trámite «empezaríamos inmediatamente el proyecto de construcción, en 30 o 60 días, y en dos o tres años estaremos inaugurando».

Telde, una ciudad de cine

El portavoz asegura que «la acogida en Gran Canaria ha sido inmejorable en todos los niveles, al punto que creo que ningún proyecto tiene este nivel de aceptación tanto político como social», lo que considera como una impulsión para «colocar a Canarias en el mapa mundial del desarrollo de contenidos, con la utilización de los más modernos softwares de inteligencia artificial, y su capacidad de formación y la creación de videojuegos para dotar a Telde de uno de los mejores parques temáticos del mundo».

De igual forma se expresaba este lunes el alcalde de la ciudad, Juan Antonio Peña, por el potencial de un plan «que vemos con buenos ojos y ganas porque visibilizará a la ciudad internacionalmente, y que no solo la hará más atractiva, sino que supondrá un motor para generar empleo sosteniendo el espíritu de una localidad de oportunidad, talento y arte de la que también será beneficiada Canarias, y por tanto, por nuestra parte, haremos todo lo que esté en nuestras manos para que vea la luz verde lo antes posible».

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