La UD Las Palmas también sabe resistir (0-0)

El cuadro amarillo y el Real Oviedo empatan sin goles en un duelo intenso pero falto de fútbol. Borja, con un tiro al larguero, tiene la mejor ocasión. Loiodice, expulsado a 10 minutos del final

Nunca había acabado la UD Las Palmas un partido esta temporada de la manera en la que lo hizo en el Carlos Tartiere, en su área, acosada por el rival. Seguramente fue porque tuvo que jugar los últimos 10 minutos con un jugador menos por la expulsión absurda de Loiodice por doble amarilla, pero hasta ese momento la UD Las Palmas tampoco había demostrado ser superior al Real Oviedo. De hecho, fue inferior en muchos tramos de en encuentro en el que dejó una de sus actuaciones más pobres a nivel ofensivo. Tuvo en el portero Álex Domínguez a su mejor hombre en el terreno de juego y si no perdió fue porque Borja se estrelló con el larguero: quedó como la mejor ocasión de un choque lleno de intensidad, pero falto de fútbol. Obra mala en general (0-0).

El duelo de estilos futbolísticos entre Álvaro Cervera y Xavi García Pimienta no dejó un ganador en cuanto al resultado, pero si la balanza hubiera tenido que caerse de un lado lo habría hecho hacia el costado local, porque las armas del Oviedo primaron sobre las de la UD. Al final, el cuadro amarillo se va de Asturias con cuatro puntos en la buchaca y con el liderato a cuestas a expensas de lo que hagan el Burgos y el Alavés. El balance, por tanto, es positivo, porque además demostró que sabe resistir en la adversidad, y eso es otro de los nuevos registros que hacen a este equipo más poderoso.

No todos valen

Con su alineación, el técnico catalán dejó claro que distingue, como cualquier otro entrenador, entre titulares y suplentes porque no todos valen para todos los partidos, al contrario de lo que defiende en su discurso habitual. Sólo hizo tres cambios con respecto al partido de tres días atrás en Gijón, al contrario de lo que había hecho en los dos encuentros anteriores entre semana, ante el Lugo y el Burgos, contra los que cambió a más de medio equipo.

Entraron Mfulu por Fabio, Marc Cardona por Andone y Óscar Clemente por Álvaro Jiménez. El resto, los mismos, incluida toda la defensa. Por otro lado, tampoco había motivo para cambiar nada; al fin y al cabo, esa misma retaguardia con Álex Suárez, Coco Curbelo y Sergi Cardona es la que ha demostrado ser más sólida durante todo la temporada. Hubo, sin embargo, una novedad táctica: el traslado de Moleiro a la banda. El tinerfeño, muy suelto en El Molinón, entró mucho menos en contacto con el balón pese a la libertad que tenía de trasladarse hacia el centro. El equipo le echó en falta.

Inoperante

La UD Las Palmas, casi por primera vez en todo el curso, fue totalmente inoperante en ataque en la primera parte, hecho al que contribuyó un buen Real Oviedo, muy intenso desde el principio, con una presión asfixiante en tres cuartos de campo, y muy dado a cortar el juego con faltas, si estaban a mano, para impedir cualquier avance de Las Palmas, que apenas pudo trenzar jugadas para llegar arriba.

Todo el bagaje ofensivo de los amarillos en los 45 minutos iniciales se redujo a un tiro centrado de Óscar Clemente, fácil de atrapar para Braat, un centro-chut de Marc Cardona a la salida de un córner que no encontró rematador en el segundo palo y un disparo de Pejiño demasiado alto, ya a la media hora de juego. Justo antes el Oviedo había tenido su ocasión más clara después de un fallo grave de Curbelo en la salida de balón. El satatuteño regaló el balón a Hugo Rama en la frontal, pero tiro fue muy flojo, a las manos de Álex Domínguez.

Cada centro lateral era un suplicio y Las Palmas caía en el error de cometer demasiadas faltas innecesarias cuya consecuencia iba a ser un balón colgado al área. David Costas cabeceó uno de esos balones que llegaron desde el costado, en este caso el derecho, pasada la media hora, pero lo hizo demasiado flojo: el meta sólo tuvo que recoger la pelota. Si alguien había estado más cerca de marcar, aunque fuera por empuje, era el cuadro azulón, aunque el partido era malo en general, sin ocasiones, sin fútbol para crearlas.

Ocasión de Óscar Clemente

No se sabe muy bien si fue por eso, o porque lo traía de serie, García Pimienta hizo dos cambios en el descanso: Marvin por Pejiño y Sidnei por Curbelo. Cambió la historia, al menos de entrada, porque Óscar Clemente salió con una marcha más que el resto y en una arrancada vertiginosa condujo la pelota mientras dejaba atrás a varios rivales hasta que llegó al área pequeña y tiro, algo escorada y forzada, para que Braat tuviera que estirar la pierna para evitar el gol (48').

No se quedó ahí, porque en otra acción suya, esta vez por la derecha, puso el balón en el área y Marvin remató con la espuela, alto. Inmediatamente después el jugador cedido por el Real Madrid puso un centro raso lleno de veneno que si llega a alcanzar cualquier amarillo habría supuesto el 0-1, pero nadie contactó. El paso al frente de la UD era ya una evidencia. El equipo había mejorado.

Sin embargo, estaba por llegar la mejor ocasión del Oviedo hasta entonces, un remate espectacular de Borja Bastón que se estrelló en el larguero tras una centro que vino desde la derecha (55').

De alguna manera, el conjunto de Cervera dejaba claro que el empuje de los amarillos no iba a meterle atrás. Supo sufrir y luego golpear. Entonces, el choque volvía a estar en la igualdad. La electricidad inicial de ambos dio paso a minutos en los que nada pasó. En realidad, no había pasado casi nada en 70 minutos.

Vitolo, flojo para un choque intenso

El técnico catalán dio entrada a Vitolo por Moleiro, desaparecido. No parecía un partido ideal para un jugador que, como dice el entrenador, no está para mucho tiempo. La intensidad del choque le pasó por encima: falló algún pase y perdió una pelota en el centro del campo que bien pudo costar un gol. Quedaba un cuarto de hora y el desenlace por escribir. No había fútbol, pero sí ritmo, por lo que al menos había un elemento que podía cambiar el guion en cualquier momento.

Pudo haberlo hecho si Sergi Enrich hubiera golpeado con mayor fuerza un centro de Jimmy desde la izquierda, pero no lo hizo y la pelota volvió a ir plácidamente a las manos de Álex Domínguez. Sucedió justo antes de Loiodice, en uno de sus peores partidos como amarillo, viera la segunda tarjeta amarilla por una falta, otra más, en el centro del campo. Era el minuto 79. Fabio sustituyó a Óscar Clemente para aportar oxígeno y las posibilidades de Las Palmas de ganar se redujeron al mínimo.

Bastaba ya con no perder, porque el Oviedo se lanzó en buscar del gol. Jimmy estuvo a punto de conseguirlo con un disparo desde la frontal en un saque de falta ensayado, pero el portero catalán, dubitativo en Gijón, voló para mandar el balón al córner y evitar el tanto. A partir de ahí comenzó un asedio que ponía a prueba la resistencia de Las Palmas, fiable a lo largo del curso. Aprobó con nota, y habría sacado matrícula de honor de Andone enchufa un disparo cruzado con la derecha en el descuento que habría provocado la locura en los más de 500 seguidores amarillos. Pero el empate era lo más justo.

Incidencias: partido correspondiente a la decimonovena jornada de LaLiga SmartBank, disputado en el estadio Carlos Tartiere de Oviedo ante 12.376 espectadores.

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