Registros ante la adversidad

La UD pasa de dominar la pelota a economizar esfuerzos tras la expulsión de Mfulu y resistir por último ante el asedio del rival

Estampa justo después de que el árbitro Cordero Vega pitara un penalti que luego el VAR anuló. | | LOF

Estampa justo después de que el árbitro Cordero Vega pitara un penalti que luego el VAR anuló. | | LOF / Pablo Fuentes

Pablo Fuentes

Lo volvió a demostrar. Es, en realidad, la gran evolución de la UD Las Palmas con respecto a la del curso pasado: la capacidad para cambiar su registro de juego ante distintas situaciones, bien condicionadas por los rivales o bien, como ayer, por el árbitro. Cordero Vega se inventó la tarjeta roja a Nuke Mfulu al cuarto de hora, o por lo menos tuvo la piel muy fina a la hora de mandarlo a la calle por una entrada que debió tener como consecuencia una amarillo, porque no fue juego brusco grave, y toda posibilidad de victoria pareció esfumarse. Sin embargo, hay mucho fondo en este equipo.

Antes de la acción desafortunada la UD había salido al campo como lo hace siempre –menos en el choque ante el Andorra–, es decir, con la intención de manejar la pelota y asumir el control del duelo. Había tenido varios acercamientos al área, al igual que el Villarreal B, aparentemente cómodo en su papel de presionar arribar para forzar una pérdida o aprovechar un robo y ponerse por delante. Pero con la expulsión los papeles quedaron intercambiados.

Porque la UD, que había entrado al campo con valentía a imponer su estilo, cambió el chip para dar un paso atrás, cerrar espacios y salir al contraataque. El rol le vino casi impuesto, por el mero hecho de encontrarse con uno menos con 75 minutos por delante, prácticamente todo el partido. Xavi García Pimienta entendió a la perfección que Fabio tenía que entrar al terreno de juego y que el único sustituto posible era Óscar Clemente, como así fue. Y la UD fue una máquina perfecta.

Cada uno economizó sus esfuerzos con suma inteligencia. La consigna era clara: cualquier carrera innecesaria podía ser un lastre más tarde, cuando las fuerzas comenzaran a flaquear. Así fue como Las Palmas completó una media hora final de la primera parte para enmarcar, con robos arriba, ocasiones y hasta un gol, obra de Marc Cardona en la tercera oportunidad que tuvo. Recibió un gran pase de Moleiro después de un robo anterior y definió con categoría por bajo. Sexto gol de la temporada y más pichichi amarillo.

Luego los Cardona se inventaron otra jugada que bien pudo haber concluido en el segundo tanto, pero Sergi disparó muy alto cuando recibió de Marc, que había regateado a un rival en la línea de fondo. El lateral también tuvo una actuación para enmarcar.

Como también Moleiro, líder del juego ofensivo en ausencia de Jonathan Viera y jugador feliz con espacios. Así, en la verticalidad, es donde mejor se desenvuelve, y seguramente agradeció que el equipo tuviera que replegarse aunque tal circunstancia significara que tuviera que realizar el mayor esfuerzo defensivo de su vida.

En la segunda parte ya sólo quedaba defender, y Las Palmas, es su tercer registro del día, el del cerrojo, también cumplió. Las caras que ganaron a la adversidad.

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