UD-Racing / Pinchazo a la ilusión

Viera, suplencia y culebrón

Pimienta sienta al capitán por precaución y recurre a su arte en la última media hora | Dispuso de un tiro a bocajarro para la sentencia | Es la cuarta ocasión que irrumpe desde la banda

Jonathan Viera, ayer, calienta junto a Sandro Ramírez, en el inicio de la segunda parte del pulso ante el Racing.  | | JOSÉ CARLOS GUERRA

Jonathan Viera, ayer, calienta junto a Sandro Ramírez, en el inicio de la segunda parte del pulso ante el Racing. | | JOSÉ CARLOS GUERRA / Paco Cabrera

Paco Cabrera

Paco Cabrera

El mediapunta saltó al césped en el 61’ por Moleiro. Gozó de una clarísima ocasión y lideró la ofensiva en el tramo final ante el Racing. Es la tercera ocasión en este curso que comienza desde el banco en el Gran Canaria y cuarta de la temporada. Su condición de revulsivo se alineó con Sandro Ramírez, pero fue insuficiente para lograr el triunfo.   

Apagón creativo con polémica. La UD deja volar dos puntos ante el Racing de Santander y eleva a catorce la relación de unidades extraviadas de local –derrotas ante Burgos y Albacete Balompié, así como las igualadas ante Ibiza, Eibar, Zaragoza y el cuadro cántabro–. La cosecha macabra del Gran Canaria. El tropiezo deja una imagen para el análisis. Sentar a Jonathan Viera resultó un sacrilegio. Prescindir del mejor jugador de la categoría de plata durante 61 minutos salió carísimo. Hay 'caso Viera'.

El técnico García Pimienta justificó la suplencia como parte de un protocolo médico. «Al igual que Sandro, llevan mucho tiempo sin competir y queremos hacerlo de forma progresiva para que dentro de poco estén en forma. Creo que han hecho buenos minutos, y la semana que viene algo más», incidió el preparador barcelonés. En ese 61’, Moleiro, el mejor del pulso, dejó su puesto a Viera. Fue un doble error.

El Mesías fabricó un pase de oro a Pejiño y gozó de una grandísima ocasión que pudo resolver el pulso. Sin el ‘21’, la UD se adelantó con un golazo del gaditano y luego sesteó hasta que llegó el despiste de Sergi Cardona –una pena máxima de libro–. El penúltimo partido de Viera fue ante el Tenerife el pasado 26 de noviembre. Es la tercera ocasión que Viera es suplente en este curso en el Gran Canaria (las anteriores fueron ante Lega y Eibar). Curiosamente, la entrada del ‘21’ no surtió el efecto deseado.

Tras un inicio arrollador, poco a poco se fue diluyendo. La acumulación de efectivos –Marc Cardona y Florin de referentes ofensivos y la presencia de Álvaro en un costado– resultó ruinoso. Los cambios de Pimienta resultaron una trampa fatal. La precipitación devoró a una UD que había hecho lo más difícil. Adelantarse en el marcador pasó factura a los amarillos, como si hubiesen perdido el apetito. Sentar a Viera le dio alas al Racing, que tuvo un tiro de Pombo para ganar. Ese efecto de revulsivo del Mesías no terminó de asustar a la formación de López.

Moleiro completó uno de sus mejores partidos de amarillo. Retirarlo fue otra decisión errónea. Los cambios acomplejaron a la UD de Pimienta y en ese clima de melancolía, Viera se humanizó. Cuesta asimilar que la UD prescinda de un activo de Armani. La ovación del público del Gran Canaria deja patente el amor ciego de la grada por el genio de La Feria. Atascados en la creación y carentes de ambición, solo valieron los últimos diez minutos. A la desesperada, bajo el caos, la UD acarició la victoria. La tuvo tan cerca y tan lejos. Eludiendo la condición de ventajistas, jamás sabremos que hubiese pasado con Viera de inicio. Pero su entrada no ejerció el efecto deseado.Atropellado por el nervio del partido, dejó destellos de su potencial. El genio de La Feria precisa de minutos. Cada segundo vale oro. Atajo a la eternidad. El fútbol es de los artistas. Es la historia de una suplencia paranormal.

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