Humo, pasión y retraso en la despedida de la UD Las Palmas antes de volar a Tenerife

Más de un centenar de aficionados de la UD despiden a la expedición amarilla a las afueras de la ciudad deportiva. El cúmulo de coches en la carretera demora la salida de la guagua

Los aficionados despiden a la UD Las Palmas antes de viajar a Tenerife para el derbi canario

Pablo Fuentes

La convocatoria era a las cuatro y media de la tarde, pero muchos intuyeron que debían ir antes: la carretera de doble sentido de Barranco Seco es estrecha, el asfalto deja mucho que desear y apenas hay aparcamientos, sólo unos pocos, y pasada la ciudad deportiva de la UD Las Palmas. Era necesario, por tanto, llegar con tiempo para coger un sitio y despedir a la expedición amarilla que había de volar a Tenerife a las 18.30. Todo transcurrió en orden, sin embargo, la aglomeración de gente y de coches en las cunetas fue tal que la guagua tuvo que esperar casi media hasta que tuvo vía libre para partir. Sin drama.

Porque los futbolistas convocados por Xavi García Pimienta –todos menos los lesionados Marc Cardona, Sandro, Marvin y Vitolo–, el cuerpo técnico y demás personal de la entidad amarilla embarcaron alrededor de las 18.30 en el aeropuerto de Gran Canaria y llegaron a la isla vecina sobre las 19.08, por lo que el retraso a la hora de salir de Barranco Saco no tuvo una incidencia significativa en el programa previsto.

Lo que se llevó la expedición a cambio de unos minutos de duda fue el apoyo de varias decenas de aficionados, quizá de un par de centenares que acudieron al lugar con camisetas amarillas, pancartas, bengalas y demás objetos de la UD para animar a los suyos de cara al derbi de esta tarde (17.30 horas) en el Heliodoro.

La fiesta duró aproximadamente una hora, desde que los primeros integrantes de la expedición comenzaron a llegar a la ciudad deportiva para dejar los coches y subirse a la guagua –la amarilla con el escudo del equipo ya esperaba a la UD en Tenerife– hasta que la Policía Nacional organizó la salida tras dar el aviso de que todo el que hubiera aparcado en la carretera debía retirar el vehículo para abrir el paso al autocar.

La plantilla, el cuerpo técnico y el personal aterrizan en Tenerife sobre las 19.08 horas

El director deportivo Luis Helguera fue de los primeros en llegar, como Álex Suárez y Eric Curbelo, pero cuando los presentes comenzaron a hacerse notar con sus gritos de apoyo fue en el momento en que apareció un coche rojo con Sergi Cardona al volante, Valles de copiloto y Pejiño detrás, junto a otro jugador no identificado. A ellos les siguieron Moleiro, Sidnei, Kaptoum, Momo, Álex Domínguez y Florin Andone, el último en llegar. Aunque la mayor ovación se la había llevado antes Jonathan Viera, a bordo de un coche rojo en lugar de su Lamborghini amarillo.

Con todos arriba, la organización abajo corrió a cargo de la peña Ultra Naciente, portadora de una pancarta de dos palabras: ‘Hasta reventar’. El mensaje, claro: dar todo en el duelo de máxima rivalidad canaria. Con el lema de frente y aficionados tanto detrás como en los laterales, la guagua de la UD empezó a bajar la cuesta de la ciudad deportiva. Los cánticos se sucedieron, así como el encendido de bengalas que provocó la advertencia de la policía, que si bien no puso denuncia alguna, sí pidió que no se encendieran más.

Los capitanes Viera, Mfulu y Fabio, y García Pimienta, se bajan a aplaudir a los seguidores

Fue entonces cuando los tres capitanes del equipo a bordo, Jonathan Viera, Mfulu y Fabio –el cuarto, Benito, está lesionado y no tiene ficha–, y el entrenador García Pimienta, se bajaron para aplaudir a todos los seguidores que se habían molestado en ir a despedirles. Esos minutos, tres o cuatro, fueron los de máximo apogeo. La pasión desbordada.

Vuelta atrás

Entonces todo iba en orden, sin embargo, la primera rareza iba a producirse cuando el vehículo se disponía a girar a la derecha para abandonar Barranco Seco. La policía impidió el avance porque había comprobado que a lo largo del camino había coches aparcados en los laterales que iba a impedir el paso. Además, otros muchos coches ajenos a la UD transitaban por la zona camino del colegio que hay justo enfrente de la ciudad deportiva. El atasco era ya de grandes dimensiones cuando afloró la preocupación en los jefes de la expedición. La guagua retrocedió a la cuesta, al origen.

El delegado Rubén Fontes y el jefe de seguridad Manolo Hernández fueron lo que mantuvieron el contacto con las fuerzas de seguridad en todo momento y no fue hasta pasada casi media hora cuando la guagua de la UD pudo partir hacia el aeropuerto. Lo hizo con retraso, pero también rebosante de humo y de pasión. La de la afición de Las Palmas.

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