Copiar la fórmula del 21-J

La UD de Herrera, en 2015, tocó fondo en Leganés y ganó las últimas cinco jornadas para subir en el ‘playoff’ | «Nos unimos y el técnico nos escuchó», valoran los pesos pesados

El delantero grancanario Sandro Ramírez Castillo presiona, ayer, al central lanzaroteño Saúl Coco, durante el ‘partidillo’ en el campo Manuel Betancor de la ciudad deportiva de Barranco Seco.  | | LP/DLP

El delantero grancanario Sandro Ramírez Castillo presiona, ayer, al central lanzaroteño Saúl Coco, durante el ‘partidillo’ en el campo Manuel Betancor de la ciudad deportiva de Barranco Seco. | | LP/DLP / Paco Cabrera

Paco Cabrera

El espejo bendito de 2015. Despegue air lines con 63 puntos. Un reflejo bíblico. Luchar sin egos por el Roque Nublo. Xavi García Pimienta afronta su instante más crítico como técnico de la UD –un triunfo en ocho jornadas– en el peor momento –restan cinco fechas ligueras y quince puntos en esta Segunda de la taquicardia–. Hace ocho años, y también en el punto kilométrico 37, los amarillos sucumbían en Butarque (2-1). Con una dinámica de resultados catastrófica, tres victorias, cuatro empates y cinco derrotas, la formación de Paco Herrera descendía de la primera a la cuarta plaza. Lucían 63 puntos. De gobernar la tabla con puño de hierro, a quedarse a ocho unidades del segundo.

La UD de la 2014-15, con el argentino Sergio Araujo de máximo realizador (25 tantos), fue líder durante 21 jornadas. La de Pimienta, un total de 14. La primera versión amarilla, reforzada con Jonathan Viera en el mercado invernal, permaneció un total de 25 semanas en ascenso directo, por las 27 de la actual. Son almas gemelas.

Los mismos puntos y un desplome a falta de cinco finales. Con argumentos de peso para figurar en la zona de privilegio en el último mes, las dos versiones de la UD se hundieron en el tramo clave. Las dos con 63, pero un bagaje de experiencia diferente.

Con Herrera, la derrota en Leganés (2-1), en la 37ª jornada, un 9 de mayo de 2015, escenificaba el fin del universo. Se tanteó la opción de la destitución y los pesos pesados del vestuario dieron un paso al frente. La veteranía acudió al rescate de un grupo de enorme talento. Lo tenía todo ese proyecto –que luego estuvo tres años en Primera–, liturgia y testiculina, así como una generación de mimbres de la tierra que cautivarían en la máxima categoría como el citado Viera, Vicente, Roque Mesa, Tana, Javi Castellano, Dani Castellano, David Simón, Hernán, Lizoain...

Núcleo duro

El dogma de Herrera se quedó sin batería. Había que darle una vuelta al credo futbolístico. Unidad, calma, diálogo. Juan Carlos Valerón (un ascenso a Primera con el Dépor y 40 años en aquella 2014-15) ejerció de líder espiritual. Las charlas del Flaco con Roque Mesa o Viera fueron cruciales. Bajó la temperatura. Restó importancia al drama. Aythami Artiles Oliva (dos saltos de categoría con Xerez y Dépor), Jerónimo Figueroa Momo, actual técnico asistente de Pimienta (con el Xerez y Betis conocía el camino), Ángel López (veinte partidos de Liga de Campeones y un ascenso con el Celta), Nauzet Alemán (un ascenso con el Valladolid), Culio (un ascenso con el Dépor), Marcelo Silva (había subido con el Almería), Christian Fernández (un ascenso con el Almería) y el meta Casto Espinosa (ascendió con el Betis) elevan a once el número de ascensos en aquel vestuario. Consejeros de oro.

En el actual plantel, solo Jonathan Viera (1), Álvaro Jiménez (1) y Marc Cardona (1) conocen el GPS de la gloria. «La clave fue que supimos reconducir la situación, con charlas personales y hablando muchísimo entre nosotros. El entrenador fue inteligente y se dejó asesorar», realza uno de los veteranos de aquella formación. El sexto ascenso comenzó a tomar cuerpo con las victorias ante el Recreativo de Huelva (3-0), Osasuna (1-2), Barça B (4-3), Real Zaragoza (0-2) y Deportivo Alavés (3-2).

En ese camino hacia la perfección, los amarillos tomaron el feudo del Zaragoza. Este domingo y desde las 20.00 horas (Movistar #Vamos) con tantos de Araujo y Viera. El Mesías reconocía que hace año «era un equipo más perro».

Para Nauzet Alemán, «aquella plantilla supo competir en los momentos que había que competir (...) Ahora, tienen que echarse el equipo a la espalda más de uno, entre todos conjurarse para conseguir el objetivo». Aplaude la cintura de Herrera, que escuchó a los reyes de la caseta. «No es que el míster diese un paso al lado, sabía que tenía mucha gente de carácter y con un gran conocimiento en este tipo de eliminatorias. Era un extra más. Te lo juegas todo por pequeños detalles y todo suma».

Errática y reconocible

En el caso de Pimienta, insiste en el plan inicial, el que le funcionó la pasada temporada para firmar un cierre perfecto –nueve victorias y dos empates–. Es un estratega de rachas. Cuando tomó el mando, sumó una victoria en siete fechas. Luego, arrasó. En el playoff, fue devorado por el Tete de cemento.

En la edición liguera actual, la UD se coronó campeón de invierno con diez victorias, ocho empates y tres derrotas. Solo encajó doce dianas (promedio de 0,57). Comenzó la segunda vuelta pletórico: ocho jornadas invicto –cinco victorias, tres empates–. Pero desde el 3 de marzo en Andorra (0-0), estalla el tramo diabólico de ocho encuentros y una victoria. El derbi del chorreo (4-1) en Tenerife, las primeras partes de Los Cármenes o Albacete...Cuatro duelos de local sin victorias. Síntomas de un desplome. Buscar variantes desde el diálogo funcionó en 2015.

Curbelo y Sergi Cardona son bajas. Recuperar la rutina. Ganar bajo el protocolo del 21-J. El coach Richi Serrés formó parte del equipo técnico de hace ocho años.Lucía un rol más secundario que el actual. Escolta a Pimienta en el calentamiento de cada duelo oficial. Cinco peldaños y un precedente que vale de atajo al cielo eterno.

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