UD Las Palmas-Real Sociedad: Sobró fútbol, faltó suerte (0-0)

El cuadro amarillo completa su mejor partido del curso, aunque no encuentra el gol

Loiodice se estrella con el larguero en dos ocasiones

Buena actuación colectiva

Un buen espectáculo, aunque sin gol. El cero en el casillero de la UD y la Real Sociedad fue lo que sobró en un duelo que dejó las suficientes ocasiones de gol como para que el resultado no hubiera sido tan vacío, y que tuvo un dominador claro en cada parte. En su mejor partido de la temporada hasta ahora, el cuadro amarillo completó una primera parte portentosa en la que pudo haberse adelantado varias veces, sobre todo al cuarto de hora, cuando Loiodice mandó la pelota al larguero en una de las muchas jugadas llenas de vitalidad con las que el equipo agradó a la grada.

Luego, en el tramo final del choque, volvería a encontrarse con el poste superior también después de que Remiro le frustrara con una gran parada. Pero para ese entonces el rival, muy mejorado tras el descanso, había perdonado. Al final Las Palmas sumó una nueva jornada sin ganar pese a que seguramente mereció más que el oponente, pero al fin se dejó ver tal y como es, sin miedo. Así, sí. Un paso hacia adelante a la espera de la primera victoria.

No defraudó García Pimienta, que puso a Sory Kaba como titular a las primeras de cambio. No era para menos después de dos encuentros con Jonathan Viera como falso nueve, fuera de donde es más decisivo. Ahora por fin daba un pasa para atrás para liderar el juego y lanzar balones al delantero centro y a los extremos, Munir y Sandro, elegidos una vez más por delante de Pejiño. El sacrificado por el movimiento fue Javi Muñoz, suplente por primera vez. La otras novedades del once estuvieron en los laterales, con Julián Araujo y Sergi Cardona por Lemos y el lesionado Sinkgraven. Coco, por segunda jornada consecutiva, partió desde el banquillo.

La alineación, por tanto, apuntaba a más ataque. Había más alternativas, y toda vez que a esa mayor versatilidad de entrada el equipo añadió intensidad, coraje y precisión y muy buen juego, Las Palmas pasó por encima de la Real en la primera parte, especialmente en una primera media hora en la que si no marcó fue por pura mala suerte, porque buenas ocasiones y buenas ejecuciones tuvo. Esta vez sí. Por fin apareció esa UD desatada, sin complejos, mandona, segura de sí misma. El estilo del cuadro txuri-urdin, mucho más alegre que el del Mallorca y el del Valencia, los rivales anteriores, le benefició porque le brindó mas espacios, y cuando el equipo amarillo puede correr, es temible.

Desde muy pronto demostró Las Palmas que era otra, que iba a por el partido. Una anticipación de Mika Mármol, un pedazo de central, originó una acción veloz en la que Viera encontró a Sandro, que llegaba en carrera a su izquierda y tiró con la zurda por encima del larguero, por muy poco. La oportunidad fue clara, y habría acabado en gol si el isleño hubiera visto a Sory Kaba por el centro (4'). No eligió bien, pero al menos ejecutó y se convirtió en el protagonista de casi todas las jugadas de peligro, como la que tuvo lugar al cuarto de hora, cuando otra cabalgada suya en diagonal hacia la portería acabó en un pase a la frontal a Loiodice, quien golpeó con rosca y estrelló el balón en el larguero no sin que antes Remiro hubiera hecho un paradón.

Las mas de 25.000 personas que poblaron el Gran Canaria en la calurosa tarde de agosto estaban a tope de adrenalina ante la efervescencia del equipo. Todos estaban enchufados, juntos, involucrados, comprometidos en las tareas defensivas. Las anticipaciones fueron clave para provocar los errores de la Real y avanzar a toda velocidad. También lo fueron los movimientos de Sory Kaba, que no paró de moverse, descargó hacia un lado y otro y aguantó varias veces la pelota mientras esperaba la llegada de algún compañero. Justo lo que se esperaba de él.

La vorágine ofensiva de la UD no menguó. Munir se encontró el balón a un metro y medio de la línea de gol tras un córner lanzado por Jonathan Viera y si no marcó fue porque este se desvió muy hacia arriba cuando chocó en su canilla. Mala suerte. Sandro, el mejor hasta entonces, buscó el tanto con un tiro desde el borde del área para completar una primera media hora muy buena del equipo. De ahí al descanso bajó un poco el ritmo, y la Real, superada, sólo se dejó ver en ataque con un disparo de Take Kubo alto. Fue todo el bagaje ofensivo en 45 minutos del cuadro de Imanol, desesperado en la banda.

El técnico debía dar una vuelta a su equipo y lo hizo con la entrada de Oyarzabal y Sadiq por Barrene y Carlos Fernández, inéditos, nada más volver del vestuario. Mejoró con con las nuevas incorporaciones, pero también con la bajada de marchas de la UD. Entraba dentro de lo normal; al fin y al cabo, el desgaste había sido importante. En un nuevo panorama en el que el conjunto vasco pasó a ser el dominador del encuentro, tocaba apretar los dientes y tratar de aprovechar algún contraataque.

Pese a que Viera fue el primero en probar fortuna, desde lejos y sin peligro para Remiro, que atrapó el balón sin problemas, la ocasión más clara en el tramo inicial de la reanudación fue para el equipo visitante, con un tiro de Oyarzabal con la derecha desde dentro del área que desvió Álex Suárez con el pie y justo después con otro chut, esta vez de Kubo, tras aprovechar un regalo de Loiodice. Por fortuna para los amarillos, la pelota se fue por encima del larguero (55'). Ante los problemas que ocasionaba el japonés por la derecha, García Pimienta decidió cambiar a Sergi Cardona, que tenía una tarjeta, por Coco, y trasladar a Mika Mármol al lateral. Luego entró Javi Muñoz por Sory Kaba y el ataque quedó desordenado. Entre tanto cambio de posición, el equipo no se encontró.

Un disparo lejano y alto de Kirian fue el preludio de otro par de ocasiones muy claras de la Real Sociedad, la primera desbaratada por Coco, que se cruzó justo a tiempo para evitar el gol de Oyarzabal (73'), y la segunda por Valles, que hizo un paradón a bocajarrro tras un cabezazo de Zubimendi, solo, delante de él (74'). Ya sin duda alguna, ahora el cuadro txuri-urdin era el que merecía el tanto por ser mejor, sin embargo, la UD jamás perdió la cara.

Ya con Benito, Pejiño y Mfulu en el campo en los lugares de Sandro, Viera y Kirian, después de que el técnico catalán comenzara a valorar el punto como muy positivo, Loiodice volvió a encontrarse con el larguero en una jugada casi calcada a la de la primera parte, con Remiro también como salvador al desviar la pelota. Sin su intervención, el zurdado del francés desde fuera del área al recoger un rechace habría sido un golazo (83').

Adentrados en los 10 minutos finales comenzó una especie de correcalles en el que Cho estuvo a punto de marcar en un contraataque y Benito en la réplica, con un tiro fortísimo desde la frontal que salió demasiado centrado. Y agonizó el partido. Con una UD sobraba de fútbol, pero la suerte no le iba a estar de cara.

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