Regalo amarillo de padre a hijo

El abonado de la UD Wenceslao Santana celebra el 20 cumpleaños de su vástago con viaje, hotel y entrada

«Todo me costó 400 euros»

Wenceslao  Santana Medina (d) posa junto a Nuke Mfulu y su hijo Alejandro, ayer, en el Hotel Western de Girona.  | | LP/DLP

Wenceslao Santana Medina (d) posa junto a Nuke Mfulu y su hijo Alejandro, ayer, en el Hotel Western de Girona. | | LP/DLP / Paco Cabrera

Paco Cabrera

Paco Cabrera

Historias de grada en Primera. En busca de la primera victoria de la temporada, Alejandro Santana tiene un partido en papel celofán. No es una final de Liga de Campeones, pero ilumina su corazón. «Es un regalazo, si ganamos ya sería impresionante». Apuestan por un héroe especial: Nuke Mfulu.

Un escudo en papel celofán. Ni un móvil de última generación ni una entrada para un concierto de Quevedo en Miami. Wenceslao Santana Medina preparó a conciencia el regalo del vigésimo cumpleaños a su hijo Alejandro Santana –jugador de la UD Telde–. En el guion imaginario, triunfo apoteósico en el infierno de Montilivi con un tanto de Nuke Mfulu en el 89’ para certificar un 0-1 de leyenda. Happy birthday con Nukazo. Con un presupuesto que supera los 400 euros, este trabajador del Lopesan Villa del Conde llevó a su vástago de Arenales al Best Western Premier CMC Girona.

Lo de la colonia o unos calzoncillos resulta inaceptable cuando la galaxia de Jonathan Viera regresa a la mazmorra de Míchel y Stuani. Montilivi, tierra peligrosa. Descartadas las próximas salidas a la bombonera del Sánchez Pizjuán o al majestuoso Santiago Bernabéu, por problemas de agenda con su empresa, desde el pasado julio, cuando se conocía el calendario, activó su maquinaria imaginativa de recursos. Todo para contentar al bautizado como Marvin Park del Telde, un lateral incisivo como Lemos y salvaje como Julián Araujo. «No ha sido fácil, por el tema del último cambio de horario de esta cuarta jornada. Pero me parecía un regalo interesante, un Girona-UD promete. Pero sobre poder compartir estas horas con el plantel de Pimienta y volver a viajar a mi niñez del Estadio Insular».

No estuvo en el 6-0 de la infamia. Un duelo en el que Paco Jémez y su ciclo del camuflaje se arrastraba por la hierba de Montilivi. «A ese partido no acudí, afortunadamente. Pero sí estuve en el 5-1 del Santiago Bernabéu ante el Real Madrid de Vicente del Bosque. Marcó Guayre para la UD, a la media hora. Lo celebré como si fuese Fin de Año». Las Palmas contó con la dirección técnica de Kresic. Por parte del club blanco, marcaron Raúl González, Guti, Savio y tres tantos de Fernando Hierro. Un señor bombardeo.

Amar a un hijo exige destreza. Manejarse con habilidad por los buscadores de vuelos y hoteles. Ejercer de detective privado. «El equipo llega a las 23.00 horas, lo tengo todo estudiado». Incluso el resultado. Esclavos de un escudo, legionarios de Viera y Kirian. Devoción por Nuke Mfulu. «Un futbolista muy inteligente, mantiene la posición y ejerce un equilibrio invisible poco valorado», apunta el padre de una agencia de viajes imaginaria. Una travesía con el alma, como volver al Insular en el DeLorean de Regreso al Futuro.

Wenceslao Santana Medina no gastaría una caloría por un ticket para el derbi de Manchester. O para un Chelsea-Arsenal. La entrada que regala a su hijo, así como este viaje a lo imposible, es un trozo de su corazón. Nuke no ha marcado de amarillo. Tampoco importa.

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