El bloqueo desbloqueado

Coco, señalado por el entrenador en un córner en el que Sorloth está a punto de marcar, se redime con su primer gol en Primera, categoría en la que la UD no ganaba fuera desde 2017

Jonathan Viera y Juan Foyth.

Jonathan Viera y Juan Foyth. / Andreu Esteban

En la pause de la primera parte, Xavi García Pimienta recordó a Coco que no podían volver a bloquearle en un córner porque minutos antes Sorloth estuvo a punto de marcar. Muy poco después, el central internacional por Guinea Ecuatorial se redimió con un golazo de falta, el primero suyo en Primera y que encarriló el triunfo amarillo, que no llegaba lejos de Gran Canaria en la máxima categoría desde 2017.

Hay poco bueno del fútbol moderno, pero uno de los progresos, que por supuesto no daña la concepción histórica del juego como sí lo hacen otros supuestos avances, tiene que ver con la inclusión de micrófonos en las pausas de cada parte. Así, todo espectador puede escuchar lo que dicen en el corrillo los jugadores, entrenadores y demás personal de los equipos, en caliente. Una escena con imagen y sonido. Aceptable.

En la de ayer de Xavi García Pimienta hubo un mensaje a Saúl Coco: «Coquito, ya sé que te bloquearon. No te pueden bloquear tío. No te pueden bloquear o cambiamos». Se refería a una acción de córner minutos antes en la que Sorloth remató completamente solo desde el centro del área. No fue gol de milagro. Tampoco quedó muy claro si las palabras del técnico fueron una amenaza o el aviso de un cambio de sistema defensivo en las jugadas a balón parado. En cualquier caso, la respuesta del central fue rotunda: golazo de falta directa al filo del descanso y partido encarrilado.

Y el central se desbloqueó, porque la suplencia inesperada en el tramo inicial de la temporada le había generado dudas. De alguna manera, debía demostrar en un campo importante, ante un rival de entidad, la categoría que se le supone a un jugador, internacional por Guinea Ecuatorial, por el que llegaron a ofrecer varios millones hace tan sólo unos meses. Se atrevió a hacer algo que le gusta, golpear desde lejos. Ayudado por el hecho de tener la pelota quieta y por el portero Jorgensen, que sólo colocó a tres hombres en la barrera frente a un tipo que pretendía fusilarle, Coco golpeó fuerte, seco, y mandó el esférico a la red. Un gol como más le gusta y que eliminó cualquier duda sobre un posible cambio del jugador.

Su tanto fue el origen de otro desbloqueo, el de la suma de puntos y goles de la UD lejos del Estadio de Gran Canaria. En los cuatro partidos anteriores fuera de casa en la presente campaña el equipo amarillo había caído siempre y ni siquiera había sido capaz de ver portería en Mestalla, Montilivi, el Ramón Sánchez-Pizjuán y el Santiago Bernabéu. En el Estadio de La Cerámica, por fin, no sólo llegaron los primeros goles, sino también el primer triunfo, algo que Las Palmas no conseguía a domicilio en Primera desde 2017, en la cuarta jornada de la temporada del descenso, en Málaga (1-3).

Además, García Pimienta, al que suele salirle todo, parece haber encontrado el desbloqueo al ritmo de juego del equipo con su decisión de relegar a Jonathan Viera al banquillo. Por segundo partido consecutivo el capitán fue suplente y cuando entró, en el minuto 76, lo suficiente como para ser el que más tiró a puerta de su equipo, hasta tres veces, una de ellas al poste. El lunes pasado marcó un penalti y dio una asistencia en algo más de tiempo; ayer dio una clase magistral.

Con Kirian, Javi Muñoz y Loiodice a toda máquina hacia arriba y hacia abajo, bajo la batuta del de Candelaria, la UD aprovechó el mayor cansancio del Villarreal –jugó el jueves en Europa League– para dominar el centro del campo, más vertiginoso, menos mágico. Pero de momento funciona. La máquina está desbloqueada.

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