Moleiro vuelve a caer: lesión de clavícula

La mala suerte volvió a cebarse ayer con Alberto Moleiro. Si en plena pretemporada, a una semana de que comenzara el campeonato sufrió una rotura muscular y luego recayó, por lo que no pudo debutar en Primera División hasta la décima jornada, a finales de octubre frente al Rayo Vallecano, ayer sufrió un percance en la clavícula derecha que el impedirá jugar como mínimo pasado mañana en San Mamés, pero seguramente algún tiempo más. A falta de conocer el alcance exacto de la lesión, si es una fisura o una fractura, el tinerfeño tendrá que parar y su participación contra el FC Barcelona el 4 de enero está prácticamente descartada.

La acción fue de lo más desafortunada, toda vez que una entrada de Iván Alejo, que ya tenía una tarjeta amarilla y bien pudo haber recibido la segunda, acabó con el jugador dolorido en el hombro y la clavícula por una mala caída. Sucedió a la altura de la medular, muy cerca del banquillo de Sergio González, sobre la línea lateral. De alguna manera, por el dolor que sentía, el joven canterano amarillo sabía que no iba a poder seguir y que había padecido algo grave. Sus palabras de rabia mientras se retiraba del campo tras el pitido final de la primera parte le delataron. Aguantó unos minutos sobre el terreno de juego, pero ya no volvió del vestuario.

Mal presagio

Lo que hizo Moleiro fue acudir al Hospital Perpetuo Socorro junto a algunos de los galenos de la UD para someterse a una pruebas con el objetivo de saber rápidamente lo que tenía, si bien las primeras exploraciones in situ en la caseta ya habían determinado que se había roto la clavícula. Esta por ver la gravedad de la rotura. En cualquier caso, la UD Las Palmas pierde a Moleiro, que estará ausente en otro de los campos con solera de la máxima categoría.

Ya se perdió las visitas a Mestalla, el Ramón Sánchez-Pizjuán y el Bernabéu, y ahora tampoco estará en La Catedral. Justo cuando había alcanzado un gran estado de forma que le había convertido en titular en el extremo izquierdo de Las Palmas tiene que volver a parar, lo que implica también un hándicap para el equipo, necesitado de su velocidad y fantasía.

En los siete partidos anteriores al Cádiz Moleiro marcó un gol, en El Sadar frente a Osasuna, y dio dos asistencias, a Kirian frente al Atlético de Madrid y el Alavés. Más allá de sus registros, su incidencia en el juego fue alta, más todavía en ausencia de Jonathan Viera, al que se asemeja en cuanto a magia se refiere.

Nadie quiere pensar en lo peor: que la lesión de clavícula de Moleiro le obligue a estar fuera de los terrenos de juego hasta un par de meses. En el mejor de los casos, ese tipo de afección requiere de un mínimo de cinco semanas de recuperación, según varios médicos, pero si es grave puede necesitar hasta 10, es decir, dos meses y medio. Si esto fuera así, cuestión que se sabrá en las próximas horas, Moleiro no volvería a jugar hasta principios de marzo, por lo que se perdería, entre otros, los encuentros ante el Barcelona y el Real Madrid en el Gran Canaria, y el Atlético en el Metropolitano. Es el calvario del tinerfeño.

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