Athletic Club - UD Las Palmas: una tragedia catedralicia (1-0)

La UD cae en San Mamés en los últimos segundos del descuento por un gol de Unai Gómez tras una acción de ataque mal gestionada

Las Palmas, sobrada de personalidad en un campo ilustre, llega viva al tramo final gracias a Valles, que detiene un penalti a Guruzeta

El VAR rectifica una pena máxima a favor de la UD con empate a cero de manera inexplicable

La crueldad se cebó con la UD en La Catedral, donde completó un gran partido lleno de personalidad, la que no tuvo el árbitro Martínez Munuera para mantener su decisión de pitar un penalti claro a Marvin en la primera parte cuando el partido marchaba con empate a cero que no se sabe muy bien por qué el colegiado del VAR mandó revisar. Con todo, Las Palmas supo tocar, defender y apretar los dientes liderado por un Álvaro Valles que se invistió santo en San Mamés, porque sus paradas, múltiples, incluida la de una pena máxima a Guruzeta en el acto inicial, mantuvieron con vida al cuadro amarillo hasta pocos segundo del final, cuando Unai Gómez aprovechó el desconcierto amarillo tras una acción de ataque mal ejecutada, con posible falta a Sandro incluida, para matar a la UD y provocar el estallido de la grada. Y por esa desazón del gol sobre la bocina la gran actuación isleña, casi catedralicia, se convirtió en tragedia.

Aún así, la UD se fue de Bilbao con la cabeza alta. Bien pudo haber marcado mucho antes el Athletic, que acosó en la segunda parte, pero el oficio también vale en el fútbol y cuando un rival es mejor sirve para mantenerse con vida. En cualquier caso, Las Palmas, una vez más, compitió, en esta ocasión en un templo como el que gobierna el Botxo, en gran parte porque García Pimienta no defraudó y puso a su mejor equipo posible, al contrario que hiciera en otro campo de alcurnia como el Santiago Bernabéu. Introdujo cuatro cambios, pero tres eran casi sabidos: el regreso de Sergi Cardona al lateral izquierdo después de cumplir sanción, la entrada de Loiodice por Kirian y la de Sory Kaba, que llevaba cuatro partidos sin jugar un sólo minuto, por Moleiro, lo que trasladó a Munir a la banda izquierda. En el otro lado, Marvin entró por Pejiño, pero no supuso un cambio drástico, sino todo lo contrario, porque había que tener velocidad arriba para atacar la espalda de una defensa muy adelantada.

Valverde, por su parte, repitió el equipo que el sábado pasado arrolló al Atlético de Madrid. A un lugareño se le escuchó decir antes del pitido inicial que el del fin de semana pasado había sido el mejor partido del Athletic en 10 o 15 años. A priori, por tanto, el rival asustaba.

El duelo comenzó con mucho ritmo por parte de los dos aunque sólo se esperaba del cuadro local. Faltó imprecisión durante el primer cuarto de hora para que el partido, que ofrecía más carreras que calidad, tuviera ocasiones de gol, hasta que apareció Sancet por el costado derecho para brindar un pase en profundidad perfecto a la espalda de Sergi Cardona hacia Iñaki Williams, que cabalgó como suele hasta plantarse delante de Valles, que aguantó bien arriba y dejó en nada la picadita del hispano-ganés.

Poco después (19'), otra acción vertiginosa, esta vez por la izquierda y protagonizada por Nico Williams y Yuri terminó en un pase atrás del lateral a Guruzeta, que remató al primer palo, algo forzado, al lateral de la red. Justo en los mejores momentos del cuadro bilbaíno, que cada vez que tenía la pelota ejecutaba a toda velocidad, como suele, llegó la acción más polémica de la noche: un penalti señalado por Martínez Munuera poco antes de la media hora por un empujón de Vivian a Marvin, clarísimo, que en ningún caso debió ser rectificado por el VAR. Sólo Jaime Latre, sentado en una silla en Madrid con miles de cámaras enfrente, podrá explicar qué vio para que el colegiado principal, después de más de tres minutos de espera bajo la presión de la caldera de San Mamés, cambiara su decisión tras ir al monitor. No tuvo la personalidad suficiente para mantener su postura inicial, que era acertada.

La rectificación reactivó al campo y al Athletic, que aprovechó la especio de estado de shock en que cayó la UD para irse hacia arriba. Una falta de entendimiento entre Mika Mármol y Valles acabó con otra salvada del sevillano, esta vez al estirar la pierna derecha, como si fuera un defensa. El mejor de Las Palmas en toda la temporada ya había dejado su sello en La Catedral, pero no le pareció suficiente.

En el minuto 40, con el cuadro amarillo tocado, Mika Mármol cometió un agarrón claro que también vio Martínez Munuera, pero esta vez su colega aprobó la decisión por el pinganillo. Tampoco había dudas, pero como la vez anterior, en la que las protestas del Athletic quedaron sin sanción. En esta ocasión, Araujo vio la tarjeta amarilla. Guruzeta asumió la responsabilidad y ejecutó la pena máxima, pero san Valles rechazó su disparo con las rodillas tras estirarse hacia su derecha. Su tercera parada clave de la noche no sólo había vuelto a salvar al equipo, sino que también provocó la reacción de Las Palmas hasta el descanso.

Con San Mamés algo más silenciado por el fallo, la UD se vino arriba. Con Julián Araujo, genial durante toda la primera parte, como protagonista de una doble ocasión, primero con una pared que terminó en un centro suyo que remató Munir y despejó un defensa cuando parecía que el balón se colaba dentro, y luego con un remate algo forzado tras un centro perfecto de Sergi Cardona (48'). Tiró muy desviado. Fue la mejor ocasión del conjunto amarillo en la primera mitad, en la que los laterales pudieron contener, salvo en aquella ocasión de Iñaki, las cabalgadas de los Williams.

Tras una reanudación con control amarillo, volvió a ser un pase a la carrera del internacional por Ghana, esta vez de Lekue, el que generó la primera oportunidad clara del acto final, con el mismo desenlace, otra parada de Valles al taponar un tiro de Berenguer, que acababa de entrar por Guruzeta, tras un lío del mexicano, que en su afán de despejar dejó la pelota muerta al extreño, pero estaba el santo de la UD para poner solución. Cuatro ya.

LaLiga: Athletic Club - UD Las Palmas

LaLiga: Athletic Club - UD Las Palmas / LOF

A medida que pasaban los minutos el cuadro de Valverde sumaba más hombres en el área y hacía valer su mayor poderío físico, acrecentado por el aliento de la grada. De la misma forma, el partido se ponía perfecto para una contra mortal amarilla, ya con Sandro, que entró en el 59' por Sory Kaba, como extremo izquierdo y Munir por el centro. El grancanario regresó con ganas, tanto que disparó un par de veces en apenas siete minutos, y en el segundo chut, el que más le gusta, con la derecha buscando el poste más alejado en un trayecto perpendicular a la línea de banda, a punto estuvo de consagrarse, pero Unai Simón voló para evitarlo.

El choque, convertido en un correcalles, entró en una fase selvática que inició San Mamés con un rugido espectacular tras una doble ocasión de Iñaki Williams, ambas desbaratadas por Valles, la segunda de ellas con otra gran parada abajo tras un cabezazo picado. De alguna manera, La Catedral entendió que su equipo sólo podía ganar el partido como lo hizo toda la vida, con empuje, coraje, acoso desorganizado. Con eses argumento Nico, después de varios rebotes, a punto estuvo de fusilar a meta sevillano, pero Saúl Coco, providencial, se deslizó para taponar el tiro.

Tan acosada estaba la UD que tuvo que adelantar la línea defensiva, pero el Athletic volvió a encontrar el hueco. El canterano Unai Gómez, con una vitalidad tremenda desde que entró, llegó antes que Valles a una pelota enviada desde la defensa entre el desconcierto de la zaga y si no marcó fue por Araujo llegó como un rayo para rechazar el disparo a puerta vacía. San Mamés estaba ya en su su estado máximo de efervescencia cuando Vesga estuvo a punto de marcar de cabeza a la salida de un córner, pero el balón se fue alto. García Pimienta dio entrada a Mfulu por Marvin en los últimos 10 minutos para contener el asedio, que se diluyó a medida que el cansancio y la desesperación hacían mella en el Athletic.

Pero la crueldad iba a cebarse con la UD Las Palmas cuando menos lo esperaba, en los últimos segundos de los cuatro minutos de añadido. Sandro gestionó fatal una acción de ataque cuando el equipo estaba arriba y la contra fue mortal, aunque contó con dosis de mala suerte para los amarillos y buena para los rojiblancos, porque el centró que despejó Valles con la mano para evitar el gol de Raúl García acabó con el balón suelto en el área y el primero que llegó, como un tren, lanzándose en plancha, fue Unai Gómez, apodado Roky, que marcó el gol de la victoria local. Una tragedia catedralicia.

Incidencias: partido correspondiente a la decimoctava jornada de LaLiga EA Sports, disputado en el estadio de San Mamés ante 39.471 espectadores.