25 de enero, la izquierda de Syriza gana las elecciones y su líder, Alexis Tsipras, promete acabar con la austeridad impuesta por Merkel. Dos días después, presenta su gobierno de coalición, sin mujeres, y sobre todo con este hombre: el economista Yanis Varoufakis, al frente de las finanzas y de las negociaciones con los acreedores, que se presentan como un duelo. Cada reunión era prácticamente un choque frontal.