Con el transcurso del tiempo, nuestras toallas domésticas tienden a desgastarse. Algunas adquieren un tono amarillento, otras se manchan de manera persistente, algunas pierden su suavidad característica y otras simplemente quedan obsoletas. En resumen, estas toallas ya no cumplen su función principal y ocupan espacio en lo más profundo del armario, esperando una segunda oportunidad que nunca parece llegar.

No obstante, las toallas viejas pueden encontrar una nueva vida más allá de ser meros objetos para secarnos después de la ducha o limpiarnos el rostro. Nosotros te ofrecemos hasta cuatro usos alternativos, muy sencillos de aplicar, que seguramente te sorprenderán y serán de gran interés para aquellos que desean mantener su hogar limpio.