La formación en materia asistencial y primeros auxilios de dos funcionarios del Estado y un agente de la Policía Portuaria, resultó determinante para que Álvaro Vizcaíno Albertos salvara su vida tras permanecer 48 horas herido en la zona de Punta Paloma, en la costa oeste del litoral majorero. La fortuna apareció en el mar y se alió con un desesperado empresario del sector turístico que había acudido a la zona para practicar surf. Un desafortunado resbalón provocó que cayera a un acantilado, donde permaneció dos días a la intemperie y sobrevivió de los elementos que arrojó el mar.

Vizcaíno acudió el pasado domingo a una zona cercana al litoral de Cofete a bordo de su Izuzu Trooper matrícula M 4059 PN para practicar surf. Como quiera que el mar estaba en calma bajó su mochila y su tabla y la depositó en el suelo. Caminó unos metros para buscar una bajada para acceder al mar, pero resbaló en unas dunas de arenas duras y plagadas de moluscos petrificados, deslizándose durante varios metros en dirección al acantilado. A pesar de quedar colgando del mismo, una vez que le flaquearon las fuerzas cayó al vacío, produciéndose heridas en la cadera, la pelvis y en una de sus manos. En la orilla de la marea permaneció con fuertes dolores durante dos días, utilizando sus conocimientos de supervivencia para resistir. La suerte se alió con él ya que el martes logró ser rescatado por dos funcionarios del Estado y un policía portuario después de pasar una auténtica odisea.

Tres amigos, Jorge (Policía Portuaria), Arán I. A. y Alberto P. C. (funcionarios) decidieron disfrutar el pasado martes de una jornada de pesca submarina, su deporte favorito. Debieron madrugar para desplazarse desde Puerto del Rosario hasta una zona de la costa oeste donde habitualmente y, siempre que las condiciones del mar lo permite, suelen acudir para sumergirse, dado la enorme riqueza pesquera que atesora en sus fondos. Sin embargo, no podían imaginar que la mejor pieza no procedía de las profundidades marinas sino de la superficie y a bordo de un bugui.

"Nosotros no somos protagonistas de nada. Actuamos porque es nuestra responsabilidad como ciudadanos y como profesionales. Todos los méritos son de Álvaro, que utilizó métodos de supervivencia para agarrarse a la vida a pesar de estar herido durante dos días. El mérito es exclusivamente de él". Así se expresa Jorge Artiles Hernández (Agüimes, 1974), agente desde hace siete años de la Policía Portuaria de Puerto del Rosario, uno de los rescatadores del empresario Vizcaíno.

Jorge y Alberto se enfundaron su traje de neopreno, agarraron su fusil y se lanzaron al agua para pescar a unos 26 metros de profundidad. A bordo se quedó Arán para supervisar el trabajo de sus compañeros y estar atento ante cualquier situación de emergencia: "Es un procedimiento que siempre hacemos. No nos tiramos todos al agua por precaución", señala el policía portuario.

En una de las veces que subieron a la superficie, relató, "Arán nos comentó que había oído gritos de una persona que pedía auxilio, pero que no sabía de donde procedía porque no había divisado nada ni en el horizonte ni cerca de la costa; dejamos las boyas en el agua y nos subimos a la embarcación para tratar de averiguar la procedencia de las llamadas de socorro; al poco tiempo vimos un bulto en el agua y comprobamos que era una persona agarrada a un buggi".

La impresión de los tres amigos fue mayúscula al encontrarse con Álvaro Vizcaíno en el mar. "Pensamos que era el tripulante de algún barco que se había hundido, pero al observar que estaba herido, no dudé ni un instante en tirarme al agua para tranquilizarlo mientras recibía el apoyo de mis compañeros desde la embarcación", comenta Jorge Artiles.

"Estaba conmocionado, las pupilas tenían un tamaño muy pequeño, la mirada perdida y con un aspecto de ansiedad. Empecé a hablar con él, a preguntarle por lo que había pasado y a decirle que ya había terminado todo, que estaba a salvo, se tranquilizó aunque sufría mucho dolor", recuerda.

Un plátano

Los tres policías desconocían el alcance de las lesiones y decidieron inicialmente no subir a Álvaro a la barca "porque cualquier movimiento brusco le podría afectar a su estado de salud. Al poco tiempo, empezó a temblar con intensidad y entró en un estado de hipotermia. Entonces decidimos izarlo y acostarlo boca abajo", explicó el policía portuario. Una vez en el interior de la embarcación, los rescatadores le dieron agua. "Solo unos buchitos, corté un plátano en trocitos y comencé a dárselos para que tuviera algo en el estómago", apunta Artiles, que tiene una enorme vinculación con el mar. No solo es un experto pescador, sino que practica surf y travesías de larga y media distancia.

Tras ser rescatado el herido por le helicóptero del Grupo de Emergencia y Salvamento (GES), los policías se acercaron a la costa para recoger los efectos personales de Álvaro, que estaban junto al vehículo: la mochila, las llaves del coche y la tabla de surf. Ya se la entregaron a su propietario, que sigue hospitalizado.

En la operación de búsqueda de Vizcaíno también participó la Policía Local de Pájara, Agentes de Medio Ambiente, y miembros del Servicio de Seguridad y Emergencias del Cabildo.