Las calles del centro urbano de Teror retrocedieron ayer décadas enel tiempo para ofrecer los sonidos de otras épocas, la de los oficios tradicionales como los de vendedora de pescado o el afilador de objetos cortantes. Escenificada por la asociación cultural Salsipuedes, La casa del bosque de Aterura, mezcló vendedores ambulantes con los oficios. Informa: P. H.