Algo debe de tener la Delegación del Gobierno en Canarias que los políticos sufren, diríamos, síndrome de Estocolmo, al tener que dejar el palacete de La Feria. El socialista José Segura, que después de alcalde de La Laguna ha sido casi todo, se refería en 24h a sus años de delegado del gobierno como la "experiencia humana excepcionalmente hermosa que me ha tocado vivir". Y eso que en su tiempo las pateras dejaron en las Islas unas 70.000 almas.