Tribunales

Seis condenados por vender droga en tres locales de Molino de Viento

Los cinco acusados restantes niegan que las sustancias estupefacientes incautadas en una redada de 2019 fueran suyas

Benyara Machinea

Benyara Machinea

La primera sesión del juicio contra los 11 supuestos narcos que operaban en tres locales de la calle Molino de Viento, en el barrio de Arenales de Las Palmas de Gran Canaria, se saldó este martes con seis condenas 'in voce'. Más de la mitad de los encausados han admitido que vendieron sustancias estupefacientes, principalmente cocaína y hachís, entre 2018 y 2019. Con sus confesiones y con algunos cambios en las peticiones de pena del fiscal, referentes a la autoría de ciertas ventas, los conformados cumplirán condenas de entre uno y tres años de prisión, mientras que los cinco restantes aún se enfrentan a posibles penas de cuatro años y seis meses de cárcel y multas de 2.939 euros.

María Delia S. S., Mencey Ricardo S. S., Yeray M. S., Audrey A. O., Iván Agustín N. R. y Eugenia S. M. no tendrán que acudir mañana a la última fase de la vista oral ante la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Las Palmas, que ha pasado de tres sesiones a dos tras alcanzar las sucesivas conformidades. Los autores confesos deberán abonar multas de entre 1.000 y 3.000 euros, en función del papel que desempeñaron en las operaciones ilícitas.

De esta forma, el juicio continuó con las declaraciones de los cinco encausados restantes: Jorge Joel O. P., Vanessa Alejandra F. D., Estefanía R. S., Yolanda R. T. y María Yurena R. R. El fiscal, Antonio Amor López, les señala como autores de un delito contra la salud pública, algo que todos ellos niegan.

Los encausados que se conformaron cumplirán penas de entre uno y tres años de prisión

"Me prostituía para consumir, pero nunca para vender", alegó una de las acusadas, Vanessa Alejandra F. D., en el momento de su declaración. La Fiscalía señala en su escrito que el nueve de febrero de 2019 vendió junto a Estefanía R. S. 0,49 gramos de cocaína en el número 48 de la calle Molino de Viento. Ante las preguntas del fiscal sobre si ese día acompañó al interior del inmueble a una persona que entró y salió a los pocos minutos con la sustancia estupefaciente, la acusada señaló que lo más probable es que el supuesto cliente hubiera acudido con la intención de solicitar sus servicios.

La acusada contó que ejercía la prostitución en varios inmuebles de la zona, entre ellos los números 48 y 45, que fueron intervenidos en febrero de 2019 por las fuerzas y cuerpos de seguridad para investigar la supuesta red de venta de sustancias estupefacientes. Según explicaba frente a los magistrados, era una práctica común que las mujeres que trabajaban en Molino de Viento alternaran entre distintas viviendas, en función de cuáles tenían habitaciones disponibles y cuáles no.

Tercer grado penitenciario

Estefanía R. S., por su parte, reveló que en el momento de los hechos estaba en un régimen de tercer grado penitenciario y que, en las horas de permiso que pasaba fuera de la prisión, acudía a Molino de Viento para ejercer la prostitución. "En las casas donde trabajábamos, los clientes traían sus drogas y a veces nos ofrecían rayas, pero no me consta que se haya vendido ninguna sustancia en el interior de los locales", declaró.

La acusada relató que se encontraba en una discoteca en el momento de la detención. "Me agarraron de los brazos tres hombres encapuchados que me llevaron a Molino de Viento. Allí les expliqué a los agentes mi situación", aseguró en su intervención.

Los supuestos narcos señalan que los locales registrados funcionaban como prostíbulos

Por otra parte, el fiscal señala que Yolanda R. T. vendió 0,08 gramos de cocaína el 30 de noviembre de 2018 en uno de los domicilios registrados y meses después, el 15 de enero de 2019, hizo lo mismo con otros 0,14 gramos de heroína junto a Audrey A. O. La acusada reconoció que en el momento de los hechos consumía cerca de un gramo de cocaína al día, pero asegura que nunca vendió sustancias estupefacientes. "Siempre permanecía en la puerta de la vivienda esperando a los clientes y también dejaba paso a los amigos de mi expareja", indicó.

María Yurena. R. R. y Jorge Joel O. P., que eran pareja sentimental en el momento de los hechos, también están siendo investigados por su presunta participación en la banda de narcotráfico. A la primera se le atribuyen dos ventas que habría realizado de forma conjunta con otros tres acusados el 20 de julio de 2018, cuando dos clientes compraron un total de 0,4 gramos de cocaína. La acusada defiende que ni vendía ni consumía sustancias estupefacientes y que la única actividad que realizaba en uno de los locales investigados era la prostitución: "Algunos entraban a ver a las chicas y, si no les gustaban, se iban a otra vivienda en cuestión de segundos".

Los acusados frente a la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Las Palmas.

Los acusados frente a la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Las Palmas. / José Carlos Guerra

Su pareja por aquel entonces cumplía un tercer grado penitenciario y aprovechaba sus salidas de prisión para visitar a María Yurena R. R. El fiscal sitúa a Jorge Joel O. P. en tres ventas diferentes. "Era normal que saludase a alguien, pero eso no quiere decir que le vendiera nada", sostuvo en su declaración.

Cabe recordar que las redadas que llevaron a cabo los agentes y cuerpos de seguridad en febrero de 2019 se saldaron con la intervención de 381,9 gramos de cocaína, 0,14 gramos de heroína y 110,67 gramos de hachís, con un valor total en el mercado de 2.939 euros, Además, hallaron en otras viviendas de las calles Castrillo, León y Castillo y Pasaje de los Canales objetos que supuestamente utilizaban los encausados para pesar y preparar las sustancias estupefacientes, anotaciones de las ventas que realizaban y dinero en efectivo procedente de estas actividades.

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