El presidente del Parlamento de Canarias, Gustavo Matos, ha asegurado este viernes que tanto el cambio de los sillones de la Cámara como las características de los nuevos escaños responden a razones y recomendaciones técnicas, algunas de ellas de seguridad.

En declaraciones a la cadena Cope y en respuesta a la polémica surgida por el coste del cambio de este mobiliario, Matos ha señalado que los actuales sillones tiene una antigüedad de 32 años y los técnicos del Parlamento aconsajaron su sustitución, entre otros motivos porque no son ignífugos y porque no había posibilidades de reparación, ya que sus piezas ya no se fabrican.

Ante esta recomendación, Matos ha indicada que la Mesa solicitó otro informe al Gobierno de Canarias, en concreto a la Dirección General de Cultura, dado que el Parlamento se ubica en un edificio declarado Bien de Interés Cultural.

En este escrito, ha proseguido, y dada la calificación del edificio, se pedía información sobre las características que debían tener los nuevos sillones y de acuerdo con los informes técnicos, los servicios de la Cámara elaboraron las bases del concurso público, al que se presentaron varias empresas.

Ha insistido en que son los técnicos del Parlamento y del Gobierno de Canarias los que deciden la oferta adecuada, que posteriormente es ratificada por la Mesa y ha defendido que cada uno de los escaños que se sustituirán supondrá un coste de 1.157,60 euros, lo que supone un ahorro del 20 por ciento.

Ha afirmado que al final de la pasada legislatura y para atender la ampliación del número de diputados, se pidieron varias ofertas para dos sillones como los actuales que se precisaban y el mejor precio encontrado fue de 1.632 euros.

En su opinión, la polémica suscitada por algunos responsables políticos es "demagógica, populista", y daña la imagen del Parlamento y ha indicado que conocían el expediente, que, según ha dicho, ha sido impecable, y nunca han alegado nada en su contra ni han pedido más información.

"Los escaños no se cambian por capricho", ha insistido Matos, que ha lamentado que esta polémica y su difusión nacional, no se haya producido cuando otros parlamentos regionales o incluso el Congreso y el Senado, han cambiado los escaños.

El precio pagado es, ha reiterado, el "más justo y de mercado y el menos gravoso para las arcas públicas" y se ajusta, ha dicho, al mantenimiento de un edificio histórico y emblemático como el que acoge al Parlamento de Canarias.

Además ha indicado que los que "ahora se rasgan las vestiduras", en privado apoyan la iniciativa y ha recordado el caso de un parlamentario de una legislatura anterior que no podía levantarse del sillón por problemas de movilidad.

Matos ha asegurado que a los actuales sillones se les dará otro uso.