Un mar de nubes a ras de costa: el intenso calor desploma la inversión térmica en Canarias

La masa de aire sahariano origina un fenómeno muy poco frecuente en las Islas, las nieblas de advección

La calima se une a la bruma para crear neblinas más densas

Neblina sobre Las Palmas de Gran Canaria (15 de abril de 2024)

LP/DLP

Verónica Pavés

Verónica Pavés

Mar de nubes a ras de costa y neblinas intensas a pocos metros de altura. Son los dos fenómenos atmosféricos que han protagonizado el amanecer en Canarias en los últimos días, llamando la atención de los isleños y provocando problemas de visibilidad a primeras horas de la mañana.

Este fenómeno, muy poco común en las islas occidentales y en Gran Canaria, son fruto de un "desplome" de la inversión térmica como consecuencia de la interacción entre la masa de aire continental seca y cálida que se ha desplazado desde África a las Islas y el frío de las costas.

"Cuando sopla el alisio la inversión térmica se encuentra en torno a los 1.000 o 1.500 metros en primavera y en unos 600 metros en verano. Estos días estaremos hablando de que esa línea se encuentra a unos 200 metros", explica el delegado de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Canarias, David Suárez.

En este caso, la masa de aire cálida que ha adelantado el verano en las Islas durante los últimos días, avanza por las mañanas sobre una superficie más fría –el mar– y "se satura". "El mar aporta altos valores de humedad y disminuye la temperatura, por lo que provoca nubosidad en la costa y nieblas al contacto con el suelo, que también está más frío a primeras horas de la mañana", concreta Suárez.

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Este fenómeno se conoce como nieblas de advección, un fenómeno común en Lanzarote y Fuerteventura debido a la influencia de las aguas frías del afloramiento africano, pero muy raro en el resto. Como explica la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en su Atlas de las nubes la niebla de advección se forma debido al movimiento (advección) del aire relativamente cálido y húmedo sobre una superficie a menor temperatura y al enfriamiento del aire por contacto con esa superficie fría hasta que alcanza la temperatura de saturación.

Nieblas de advección desde Santa Cruz, esta mañana

Nieblas de advección desde Santa Cruz, esta mañana / El Día

Para que se produzca este desplome de la línea del mar de nubes no solo se necesita una notable diferencia de temperatura entre dos cuerpos, también muy poco viento. "Las nieblas de advección se trasladan por lo que necesitan viento que les empuje, pero este no puede ser muy intenso", insiste Suárez. Y es que si la brisa arrecia "la turbulencia provoca que este fenómeno se disipe", recalca el delegado de la Aemet.

Otro de los ingredientes que incrementan la sensación de que la isla está rodeada por nubes es el viento terral. Si la inversión es baja y la isla está afectada por un viento que va desde la tierra (más fría) hacia el mar (más caliente) –algo que ocurre a primeras horas de la mañana– "parece que la línea de nubosidad no puede entrar en la isla", revela Suárez.

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Este peculiar fenómeno atmosférico es solo perceptible unas pocas horas después del amanecer. "A medida que aumenta el calentamiento diurno, las neblinas se disipan", argumenta el investigador. De ahí que las molestias asociadas a la baja visibilidad sean transitorias.

En este sentido, la calima, que llega adosada a esta masa de aire continental, también favorece la formación de nubosidad o brumas. El aerosol desértico se une al aerosol marino y aumentan los niveles higroscópicos, es decir, ambos aumentan la capacidad del entorno para atraer agua en forma de vapor o de líquido del ambiente.

Neblinas de advección vistas al norte de Gran Canaria, en el municipio de Arucas.

Neblinas de advección vistas al norte de Gran Canaria, en el municipio de Arucas. / E.D

El calor empieza a remitir

Este peculiar fenómeno recuerda que Canarias se encuentra aún bajo la influencia de un episodio cálido muy poco habitual para la época del año. Durante el fin de semana los termómetros han empezado a marcar valores cada vez más bajos, pero aún ha habido lugares, como al oeste de Gran Canaria, donde las máximas han superado los 34 grados.

Pese a que las temperaturas se mantendrán aún por encima de los 30 grados durante un par de días, la Aemet espera que poco a poco vayan descendiendo y lo hagan "de manera continuada". "Se espera que las temperaturas vuelvan a ser las típicas de esta época a partir del viernes", revela Suárez, que indica que ese mismo día podrían darse precipitaciones débiles en algunas zonas del Archipiélago.

Canarias se encuentra, no obstante, en tierra de nadie atmosféricamente hablando. Y es que, en estos momentos, el tiempo en nuestra zona lo están determinando dos estructuras: un anticiclón muy intenso al norte de Azores y una borrasca débil sobre ese mismo archipiélago. "La baja interrumpe el flujo del anticiclón, por lo que los vientos serán del norte, pero débiles", insiste Suárez.