Carnaval

Seguridad achaca el atasco en La Isleta al cierre puntual de Juan Rejón

El Ayuntamiento prevé otro día crítico con los cortes de calles previstos para el Lunes de Carnaval

La primera noche se salda con bocinazos y retenciones

Algunos vecinos se quejan del «desastre» en la regulación del tráfico y la oposición cuestiona el plan de seguridad elaborado para celebrar las fiestas en el barrio porteño

Atasco en una calle de La Isleta durante al noche del viernes.

Atasco en una calle de La Isleta durante al noche del viernes. / LP / DLP

«De todo se sale menos de La Isleta en Carnavales». El atasco de tráfico en la primera noche de las fiestas no solo ha suscitado un meme propio, sino una buena andanada de críticas en las redes sociales y, sobre todo, la primera gran discusión en el pleno municipal sobre la organización del Pregón. El acto se celebró el viernes por la noche en el nuevo escenario de Belén María y ha generado molestias importantes a los vecinos, con largas colas para entrar y salir del barrio portuario por los cortes de calles. 

La oposición, con Vox y CC al frente, preguntaron al grupo de gobierno por la celebración «catastrófica» y el «atasco monumental» que sufrió La Isleta en la primera noche de Los Carnavales del Mundo de Las Palmas de Gran Canaria, forzando así las explicaciones de Josué Íñiguez Ollero, concejal de Seguridad.

Tras la previsible defensa de las fiestas y del dispositivo desplegado, Íñiguez Ollero achacó lo sucedido al corte puntual de Juan Rejón, lo cual estaba previsto y «marcado» en el calendario como uno de los dos «días rojos» de las carnestolendas. 

El otro día que se prevé problemático, según el concejal, es el Lunes de Carnaval. Ese día, igual que ha sucedido con el arranque de las fiestas y la cabalgata anunciadora de este viernes, una parte de los actos festivos coincidirá con el horario laboral, y eso generará más tensión en La Isleta, un barrio con malas conexiones para circular o aparcar y una densidad de población elevada, con más de 20.000 habitantes más los trabajadores del Sebadal y del Puerto. 

Nada improvisado

Íñiguez Ollero aclara que detrás del Carnaval no hay nada improvisado, sino «meses de trabajo» y dos juntas locales de seguridad que resumen esa labor, con la finalidad de «desentrañar» las necesidades de movilidad en La Isleta para «conjugarlas» con la seguridad de los actos programados, incorporando las «sensaciones» de los vecinos a través del proceso «capitaneado» por Inmaculada Medina, concejala de Servicios Públicos y de Carnaval.

Fruto de ese trabajo, tras la imposibilidad de usar el parque de Santa Catalina por las obras de la Metroguagua, se idearon los tres espacios principales para celebrar las fiestas de este año, entre ellos Belén María, un escenario que es «nuevo» para el Carnaval, pero «no para los profesionales de la seguridad», explica el edil. 

Íñiguez Ollero recuerda que en esa zona portuaria se celebran también las Fiestas del Carmen, con el añadido de la procesión marítimo-terrestre, uno de los «eventos más complejos», añade. 

La Isleta siempre comunicada

Con esa referencia, el Ayuntamiento ha diseñado un plan de seguridad y de movilidad en el que La Isleta «siempre esté comunicada», destaca el concejal. 

El barrio portuario, en ese sentido, dispone de dos entradas naturales: Pérez Muñoz y Belén María. De ahí que el dispositivo ideado para las fiestas mantenga una de esas dos entradas siempre abierta.

Eso, subraya Íñiguez, fue lo que se hizo la noche del viernes: cuando arrancó la pequeña cabalgata anunciadora, que iba de Santa Catalina a Manuel Becerra, se cerró Pérez Muñoz, y cuando comenzó el pregón en Belén María se cerró esta vía y se volvió a abrir Pérez Muñoz al tráfico. «Este plan», agrega, «está vivo» y es «adaptativo a la realidad de miles de mascaritas», las cuales disfrutan de una fiesta que es «interés turístico nacional».  

El corte de Belén María, además, estaba previsto entre las 20.00 y las 00.00 horas, pero la Policía Local, tras analizar la situación, solo cerró entre las 20.30 y las 21.15 horas, dándole a La Isleta «dos salidas en dirección Sur», aclara Íñiguez.

Colapso

El problema es que cuando se adoptó esa decisión, La Isleta ya estaba colapsada, con cientos de vecinos atrapados por el cierre de Pérez Muñoz y, por tanto, de Juan Rejón, una de las vías interiores que es clave para conectar el barrio con el resto de la ciudad.

Vecinos como Juan José López, que vive en La Naval, asegura que fue «un desastre», con «bocinazos» debido a «grandes retenciones que no suelen pasar a esa horas en dicha calle», afirma. «Todavía está por llegar lo fuerte, a ver quién sale de aquí si ocurre una emergencia», se pregunta.

Las vías de evacuación, precisamente, fue el argumento al que apeló Vox para interpelar a Íñiguez, preocupado por las intervenciones de urgencia derivadas de algún accidente o problema de salud. El concejal de Seguridad especificó que los vecinos no solo tendrán disponible los recursos habituales, sino todo el plan de seguridad y de movilidad desplegado, incluidas las ambulancias medicalizadas desplazadas a la zona para la ocasión.

Evacuación

También existen vías segregadas para los vehículos de emergencia, como la GC-1, que se cierra solo para los particulares, pero no para las ambulancias y demás servicios especiales. Es, lo que en los planes de seguridad, se conoce como «norias de evacuación». La calle Juan Miguel Pérez, en ese sentido, se ha reservado para ese menester. 

Los eventos, además, están pensados para soportar a unas 8.000 personas, mientras que la capacidad de evacuación es de 19.000, subraya el concejal de Seguridad.

La respuesta no gustó al edil de CC, David Suárez, pues cuestionó que el plan de seguridad se pueda extender a zonas como Las Coloradas, como quedó acreditado con el «colapso» de las calles en el estreno de los Carnavales. Vaticinó, en esa línea, más problemas, incluso más allá del Lunes de Carnaval o de cualquier otro día en el que existan actos festivos simultáneos, porque el acceso de Miguel Muñoz «es insuficiente» para conectar La Isleta con el resto de la ciudad. 

De los 26 días de Carnaval, hay previstos dos semanas de cortes, la mayoría en horario nocturno. Las principales molestias surgirán cuando los actos se solapen con la vida normal del barrio y el horario laboral del Puerto de Las Palmas.