Ganar o se acaba la temporada. Así de simple. El Herbalife Gran Canaria necesita vencer esta noche (21.00 horas, Movistar Deportes 1) al Valencia Basket para igualar la eliminatoria de cuartos de final del Playoff por el título y volver a la Fuente de San Luis el viernes para disputar el partido definitivo. Para ello los claretianos deberán, primero y antes que nada, recuperar una habilidad básica para alcanzar el éxito y de la que careció el pasado lunes: el acierto en el tiro.

Porque sin eso no hay trabajo defensivo ni reboteador que valga. Por ahí se diluyó el Granca el pasado lunes hasta el punto de que todo lo bueno que hizo no le valió para nada más que para perder una vida, pero le queda otra. Todo el Arena, que presentará una de las mejores entradas del curso, espera que la inspiración vuelva a apoderarse de los tiradores amarillos para mantener viva la esperanza de la Euroliga, competición que tiene más cerca que nunca.

Por lo demás, la receta es la misma. "El equipo tiene asumido que hicimos un buen trabajo, porque cuando sólo dependes de la efectividad o la puntería, no hay nada más que decir. Es un error de habilidad, no de actitud ni de procedimiento", aseguró el técnico Luis Casimiro antes del comienzo de la sesión de ayer en el pabellón de Siete Palmas.

El manchego demuestra esa buena labor en la retaguardia con la puntuación total del cuadro de Txus Vidorreta. "Dejarles en 71 puntos dice mucho del buen trabajo que hicimos en defensa". Por tanto, la intensidad será una de las claves para sostener al equipo de la ACB que más triples mete -14 de 32 en el primer partido de la serie, por los 5 de 27 del Granca-.

También lo será el mantenimiento del buen juego interior, faceta en la que los claretianos fueron superiores a su rival durante la primera parte, en la que capturaron siete rebotes más que el equipo taronja -23 por 16-. Desgastar al montenegrino Bojan Dubljevic, que sólo anotó 6 puntos cuando generalmente destroza al Granca, es otra de las prioridades. El pívot del Valencia anda renqueante tras su lesión en el tendón de Aquiles, acumula muchos esfuerzos seguidos y el Herbalife debe aprovecharse de ello.

El poder del Arena

Como también debe hacer valer su poderío en el Gran Canaria Arena, donde sólo ha perdido tres encuentros en la fase regular de la Liga Endesa, ante Real Betis, Barcelona Lassa e Iberostar Tenerife. Los de Luis Casimiro se muestran mucho más fiables en su casa, donde el pasado 4 de marzo ya se impusieron a los valencianos en la fase regular por un contundente 87-78, aunque bien es cierto que sobre ese mismo parqué los peninsulares superaron (69-63) a los amarillos en la final de la Supercopa de España en septiembre.

Se trata sólo de una muestra más de que la victoria es posible, de que forzar el tercer partido e incluso ganarlo también está al alcance, a pesar de que la historia juegue en contra. La estadística es irrefutable en ese sentido: en un 93,3 por ciento de los casos, el equipo que gana como local el primer partido de unos cuartos de final al mejor de tras partidos pasa a las semifinales.

La última vez que sucedió lo contrario fue en 2013, precisamente en la Fuente de San Luis, la casa del Valencia, donde el CAI Zaragoza completó su remontada en la eliminatoria. El año pasado estuvo a punto de ocurrir otra vez, pero el triple de Kyle Kuric en el último segundo del partido, que habría supuesto la eliminación del Baskonia, no quiso entrar.

Como tampoco lo hicieron un total de 22 lanzamientos desde más allá de 6,75 el pasado lunes, demasiado para un equipo que pretende estar entre los cuatro mejores en uno de los campeonatos más reñidos del continente. La teoría dice que eso es cuestión de suerte, que unos días entran y otros no. Pues más le vale al Granca tener hoy la bombilla encendida.

No hay cansancio que valga. Los claretianos llegaron ayer por la tarde y se fueron directamente a entrenar. El Valencia, por su parte, aterrizó anoche. Son los avatares del calendario los que hacen que hace menos de una semana el equipo ganara al campeón de Europa y esta noche se gane el derecho de jugar un partido más. Ganar o a la playa. No queda otra.