Naranja con piel de cordero

El Gran Canaria visita a un Valencia Basket (16.00, Movistar Deportes) que, de mirar la situación clasificatoria del conjunto taronja –décimo con tan solo nueve triunfos en la Liga Endesa en 19 partidos disputados–, parecería un encuentro que a priori debería caer de lado claretiano por la superioridad numérica en victorias, dado que los insulares acumulan tres más que su rival y se sitúan séptimos para tener la ambición de engancharse al grupo de élite, intentar igualar al Unicaja y acechar al Lenovo Tenerife, cuarto en la tabla.

Pero la comparativa clasificatoria es engañosa. El rival del Granca se trata de una naranja con piel de cordero, dado que la confección de la plantilla local está sustentada por el talonario de Juan Roig –dueño de Mercadona– y tiene puestos los huevos en la cesta de la Euroliga, el torneo en el que quiere asentarse con una licencia que le permita jugar sin depender de invitaciones del organismo continental.

La escuadra que dirige Álex Mumbrú marcha octava en la Euroliga con 13 triunfos por 11 derrotas, un balance positivo y reflejo con la comparación de dónde se siente más cómodo el equipo valencianista compitiendo.

La última victoria del rival insular en el Viejo Continente llegó el pasado viernes con un triplazo en el último segundo de Chris Jones para poner el definitivo 91-92 contra el Panathinaikos en el OAKA Arena. Un triunfo in extremis en un choque que se jugó a un ritmo vertiginoso y que, teniendo en cuenta el traslado hasta Grecia de los valencianos, puede jugar a favor del Granca.

«Ellos llevan ya cuatro días entrenándose en Valencia y llegarán al partido mejor físicamente. Hay que aprovechar las pocas horas que tenemos para descansar y el hecho de jugar en la Fonteta para, en los momentos más justos físicamente, continuar apretando», expresó al respecto Mumbrú ayer en la previa del partido.

Situación contraria a la vivida por el Gran Canaria en la Eurocup. El cuadro amarillo se pudo permitir el lujo de bajar el pistón frente al Hapoel Tel Aviv el miércoles y darle rodaje a jugadores con menor carga física como Kljajic, que jugó casi 20 minutos, Mutaf, que estuvo diez sobre la pista hebrea, y Rubén López de la Torre, con cinco.

Una rotación que de alguna manera facilitó las cosas a un Hapoel que pasó por encima del Gran Canaria desde el primer cuarto y le trituró finalmente por 92-70, sin que los amarillos dieran sensación de querer exprimirse al máximo para solidificar su liderato continental y ahorrar energía tanto para el partido de esta tarde como para estar a tope en la eliminatoria de cuartos de final de la Copa del Rey de Badalona del próximo viernes ante el Lenovo Tenerife.

No estuvieron en Israel ni Oliver Stevic, tocado físicamente, ni Nico Brussino, al que se le dio un descanso más que merecido después de marcarse un partido de récord la semana anterior contra el Unicaja. Ausencias que no se repetirán hoy en el Pabellón Fuente de San Luis; al menos en la convocatoria del encuentro seguro que entrará el alero argentino.

Bajas locales

Por parte del equipo de la ciudad del Turia, quienes no estarán en la rotación de Álex Mumbrú son el capitán Bojan Dubljevic, quien apura su tiempo de recuperación para poder disputar la Copa del Rey la próxima semana, y los lesionados de larga duración San Van Rossom, Martin Hermannsson y Millán Jiménez.

Quien sí va a estar, a diferencia del choque que jugaron ambos conjuntos en la primera vuelta liguera –con un triunfo amarillo por 95-89–, es el base Shannon Brown, dado que pertenecía al Real Betis; precisamente, en esa primera vuelta con la camiseta verdiblanca, volvió a brillar frente a los insulares con 28 puntos para liderar la victoria por 88-82.

Espera darle Mumbrú responsabilidad a su fichaje estrella ante el Granca, dado que desde que llegó a las filas naranjas el 18 de enero solo suma 11 puntos en tres partidos disputados y está lejos de la versión MVP de la Liga Endesa que le valió la contratación por el equipo valencianista.

Suscríbete para seguir leyendo