La directora de cine y guionista Josefina Molina afirmó ayer, tras recoger en el 67 Festival Internacional de Cine de San Sebastián el Premio Nacional de Cinematografía 2019, que si no se hubiera dedicado al cine estaría "en medio del vacío", al tiempo que puso en valor a todas las que "han peleado" por los derechos de las mujeres y alertó del "rechazo malintencionado y vergonzante a normalizar en la sociedad la Ley de Igualdad".

La entrega de este galardón ha tenido lugar en el centro internacional de cultura contemporánea Tabakalera de San Sebastián y ha contado con la asistencia de, entre otros, el director del Festival de Cine donostiarra, José Luis Rebordinos, el alcalde de la ciudad, Eneko Goia, y el delegado del Gobierno central en Euskadi, Jesús Loza.

Molina, que fue recibida entre los aplausos de los presentes, recogió este reconocimiento de manos del ministro de Cultura y Deporte, José Guirao, que aseguró que "es un orgullo" entregar este premio a una cineasta, cuyas películas reflejaron "cambios sociales emergentes y ayudaron a la sociedad integrarlos".

Asimismo, destacó que su cine ofrece "una visión completa de nuestra sociedad". También advirtió que "si no contamos con la voz, las ideas, las aventuras y desventuras de las mujeres el conocimiento del mundo será parcial". Guirao ha señalado que, si bien este premio lo ha ganado por su trabajo cinematográfico, cabe destacar también la "sólida carrera literaria" de Molina, que participó junto a otras mujeres cineastas en la creación de la asociación de mujeres cineastas y de medios audiovisuales Cima, de la que es presidenta honorífica.

Pionera

También señaló que con este premio se "salda una deuda" y es la primera vez que una mujer recibe este reconocimiento como directora, al tiempo que se mostró convencido de que "es necesario dar visibilidad y reconocimiento a lo ya hecho y apoyar lo que está por hacer", para lo cual ha recordado desde el Ministerio se ha impulsado en los últimos años la mayor presencia de las mujeres cineastas en el mundo del cine.

Por su parte, la premiada ha confesado haber estado "a punto" de llorar tras recoger el galardón. "Me falta el aire", reconoció. "Creo que os equivocáis, que no es para tanto, yo lo admito", afirmó dirigiéndose a los presentes.

Molina echó la vista atrás para recordar cuando era "aquella niña de Córdoba nacida en la Guerra Civil que hizo todo lo posible, contra viento y marea, para romper la inercia que destinaba a las mujeres a las labores del hogar" y agradeció este Premio señalando que "si no se hubiera dedicado al cine" se encontraría "en medio del vacío". "Quería ser directora de cine por encima de todo y sobre todo", relató la distinguida.

Además, puso en valor a las mujeres que se han dedicado al cine y a todas las que han peleado por la consecución de derechos. "Quiero que sigan batallando para que las mujeres cineastas tengan los mismos derechos que sus compañeros y mejoren sus condiciones laborales", insistió.