Música

El Womad más estratégico

Rocío Márquez y Bronquio cierran un festival en un entorno que evita las aglomeraciones y los problemas de anteriores ediciones 

Rocío Márquez y Bronquio durante la actuación de la última jornada Womad

Rocío Márquez y Bronquio durante la actuación de la última jornada Womad / Fernando Ojeda

El Womad 2023 concluyó anoche en la plaza de la Música con el proyecto de la cantaora flamenca Rocío Márquez, Tercer Cielo, realizado junto al productor de música urbana y electrónica Bronquio. Muchas reflexiones se pueden sacar, una vez transcurridos treinta años desde la primera edición, pero lo cierto es que el lugar no pudo ser más adecuado. Primero porque con el espacio mejor definido no se producen las aglomeraciones en el tránsito entre los dos escenarios. Segundo porque el sonido no perjudica el descanso de vecinos y evita que se solape con los del auditorio situando astutamente los directos que coincidían entre ambos eventos en el parque El Rincón. Y tercero porque siempre es agradable sentir la brisa marina en un evento multitudinario.

Rocío Márquez y Bronquio exploran una zona intermedia entre tradición y vanguardia para seguir extendiendo el flamenco del siglo XXI que algunos críticos ya se han apresurado a situar al mismo nivel de artistas tan ambiciosos en ese terreno como Enrique Morente o Niño de Elche. Pero ese interés por adentrarse en universos hasta ahora inexplorados -o explorados sin la misma repercusión mediática- en el género andaluz, se pudo comprobar a través de su puesta en escena con títulos contundentes como Droga cara, Niña de sangre o Un ala rota.

Antes actuó Germán López, que con su último álbum, Alma, se acerca a géneros como el jazz y el flamenco en piezas de la entidad de Mediterráneo, Aires de tanguillo y La última gota de café que en directo adquieren más dinamismo y que a veces recuerdan a las ambiciosas ideas que con el instrumento vernáculo llevó a cabo su maestro José Antonio Ramos. En una valoración global, la directora de Womad España, Dania Dévora, señaló durante el día de ayer que «estamos muy satisfechos con el resultado, creo que el festival se ha enriquecido con el cambio de ubicación, volviendo al entorno de la playa de las Canteras donde comenzó. Las sensaciones que nos ha transmitido la gente son muy buenas y creo que el público verdaderamente ha disfrutado de este Womad espléndido». Ayer también se celebraron las últimas actividades paralelas, como Mundo de Palabras, el taller de especias y proyecciones de películas de la Muestra de Cine Africano. 

El colorista pasacalles cerró el evento con un recorrido protagonizado por la Banda Juvenil de Música de Firgas. Sea como fuera, tras tres décadas de vida, el festival sigue mostrando buena salud y deparando sorpresas a descubrir de los cinco continentes para los melómanos. La primera jornada arrancó con ímpetu gracias al pop agradable y refrescante tanto de la percusionista grancanaria Xerach como de la nueva dama africana de la música Dobet Gnahoré. La segunda deparó, probablemente, la sorpresa más interesante de estas cuatro ediciones con el combo Onipa y su manera soberbia de encajar afrobeat, highlife, soukous, rap afrofuturista y electrónica en una misma y multicolor propuesta.

De esa misma noche también habría que destacar, por supuesto, los imprescindibles Asian Dub Foundation y su forma de llevar elementos de la música asiática y europea a una nueva dimensión mestiza y moderna con sus siempre premonitorias letras

Pero la mejor sería la tercera noche con el imprescindible directo del etíope Mulatu Astatke fusionando el jazz y la música latina con las tradiciones musicales de su tierra natal, además de la contagiosa propuesta de Sammy Rae & The Friends con su combinación entre rock clásico, folk, funk, soul y jazz. Aún así, los instantes de mayor calidad los depararía la genial banda brasileña Bala Desajo y su forma de combinar sonidos como mpb, reggae, chula, salsa, rock y frevo en un estilo original.