Las cabras de Perico siguen en Jandía

Los Alonso Cabrera, una familia respetada y admirada en Morro Jable, vinculada históricamente a la ganadería y a lucha canaria, volvieron al Barranco de Mal Nombre, donde muchos de sus miembros nacieron. En esta ocasión regresaron para asistir al homenaje que le tributaron a uno de ellos, Pedro, más conocido como Perico que fundador de la Asociación de Ganaderos Mal Nombre.

La figura de Perico, que falleció en mayo del año pasado, estará de forma permanente en este barranco por el que tanto corrió detrás de sus cabras y ovejas. Se descubrió una escultura, obra del majorero Juan Miguel Cubas, donde destaca sobre una gran piedra una imagen de homenajeado y su nombre tallado dándole nombre a la gambuesa.

Más de 300 personas participaron en el acto que se convirtió en un escenario de las costumbres y tradiciones pastoriles. Una autentica exhibición de como se produce queso, como se elabora la carne de cabra o el gofio amasado en un zurrón. Pero sin embargo, el momento más espectacular fue la apañada y la entrada del ganado a la gambuesa. Desde muy temprano, el comisionado de costa, Juan Pérez, y el actual presidente del colectivo, Andrés Acosta, tomaron el mando de la apañada. Comenzaron con distribuir a los participantes, muchos de ellos con una camiseta alusiva al acto, «por el Pico de La Zarza y desde allí fuimos apañando los animales hasta la gambuesa de Mal Nombre», señaló Juan Pérez. Además, añadió que «entraron poco más de 200 porque se trataba de un homenaje a Perico y queríamos demostrar a los asistentes esta tradición ancestral, heredada de los aborígenes».

Numerosos políticos de todos los signos hicieron acto de presencia en la apañada homenaje, entre ellos, el presidente del Cabildo majorero, Sergio Lloret, y el alcalde de Pájara, Pedro Armas, entre otros muchos asistentes.

Pedro Alonso y Margarita Cabrera, padres de los Alonso Cabrera, vivieron durante muchos años en Mal Nombre donde se dedicaban al ganado e incluso algunos de sus hijos nacieron en aquel paraje. Por ello, la ganadería y en especial la de costa, que pastorea libremente, se encuentra en el ADN de esta familia.

Vicente Alonso ‘el Majorero de Oro’, Perico y Teodoro destacaron en la lucha canaria y han sido siempre defensores del equipo del pueblo, aunque Vicente se paseó por varios equipos canarios.

Al margen de los hermanos de Perico, también estuvieron presentes sus hijos Valentín y Jacobo, así como su viuda Teresa.