Arucas

Torres, en su pregón de San Juan de Arucas: «La paz es quebradiza, protejámosla y defendámosla»

El presidente del Gobierno de Canarias abre las Sanjuaneras con un alegato a la concordia y la búsqueda de la felicidad

Ángel Víctor Torres, anoche en el pregón, a los pies de la iglesia de Arucas, con Juan Jesús Facundo a la derecha.

Ángel Víctor Torres, anoche en el pregón, a los pies de la iglesia de Arucas, con Juan Jesús Facundo a la derecha. / Gustavo Martin

Javier Bolaños

Javier Bolaños

«Vivir, sentir la vida es, repito, maravilloso y por eso hoy también aquí tengo que reivindicar que lo hagamos en paz. Sí; he dicho que la paz es lo mayor fortaleza que tiene la humanidad pero a la vez es quebradiza, tenue, débil: protejámosla, exijámosla, defendámosla, defendamos la paz, porque es en paz cuando la humanidad crece, es en paz cuando la humanidad se reconoce, se fortalece y se hace digna». El presidente del Gobierno de Canarias y exalcalde de Arucas, Ángel Víctor Torres (1966), abrió esta noche del viernes las Sanjuaneras con un pregón en el que hizo un alegato a la concordia, en alusión a la guerra de Ucrania, pero también a la felicidad de poder abrazarnos tras superar la pandemia, el agradecimiento a su familia y vecinos, el recuerdo de su infancia y adolescencia, y una reivindicación a la búsqueda de la felicidad.

«¿Por qué a nosotros, papá?»

Ángel Víctor Torres, que fue alcalde de Arucas en dos mandatos (2003-2007 y 2011-2015), comenzó su pregón por las Sanjuaneras de su municipio realzando la felicidad que supone volver a la vida cotidiana, tras la reciente etapa de restricciones, de años «de sufrimiento, miedo, zozobras y angustias». En este sentido, considera que «merecemos» jugar con los hijos, con los padres, compartir encuentros y conversaciones, abrazos y besos. Y recuerda lo difícil que ha sido responder: «¿Por qué a nosotros, papá?», por el covid.

El pregonero reiteró su agradecimiento. Por un lado, a su familia, «que es la más perjudicada por mis ausencias», y a todos aquellos que se han sumado a lo largo de su vida. Y, por otro lado, a los vecinos de Arucas, «de quienes tanto he aprendido, en su crítica constructiva, en sus demandas, en su apoyo; en su cariño».

«Arucas es bastión de la democracia; lo refleja el cañonazo en las Casas Consistoriales»

Durante su intervención, en la que estaban presentes los miembros de la Corporación, hizo un repaso a su infancia en el barrio de La Goleta, cuna de labrantes, y por las calles del casco histórico. «Me recuerdo de niño caminando por estas calles que rodean la plaza de San Juan, avanzando lleno de inocencia e ingenuidad como cualquier otro niño, hacia el colegio en el que me formé, el colegio La Salle». Y ahí se paró para hacer una referencia específica a la iglesia, a cuyos pies estaba dando el pregón. «Esta hermosa obra humana que tengo a mi espalda, esta magnífica iglesia que es orgullo de nuestro municipio, de nuestra isla y de Canarias en su conjunto, se construyó con mucho sudor y esfuerzo. Nada me cuesta recordar el sonido metálico, seco, del escoplo golpeado armónicamente - tic, tic- por el martillo que moría sobre la piedra que los labrantes moldeaban con sus rugosas manos, hasta darle la forma que querían, y acabar siendo parte de esta hermosura que es nuestra iglesia. Junto al parque de La Paz, y bajo una lona, una lona siempre vieja, que los guarecía del calor y de la lluvia, los labrantes trabajaban horas y horas y el niño los miraba atónito: esos labrantes que tampoco están ya entre nosotros, físicamente, pero que son emblema perenne de la historia de Arucas».

«Somos» el esfuerzo de muchas generaciones y de sus empresas centenarias

Ángel Víctor Torres hizo un repaso a aquellos baños bajo un calor de justicia en El Puertillo o el Charco de Las Palomas, al igual que sus caminatas por El Cerrillo y otras vivencias por otros barrios.

«Una Arucas que ha crecido gracias al esfuerzo, al sudor, incluso la sangre, de hombres y mujeres, muchos de ellos anónimos, que no pasarán a los libros de historia pero que dieron lo mejor de sí mismos para enaltecerla», añadió.

Y repitió que «somos» el esfuerzo de muchas generaciones, de sus empresas centenarias, y también «Arucas, cuna y bastión de la democracia, como puede reflejarse en la fachada de las Casas Consistoriales, con el impacto de un cañonazo... que es la defensa de la libertad y de la palabra».

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