El Burrero estrena un paseo costero de un kilómetro hasta Guayadeque

La playa de El Burrero, en Ingenio, es el pulmón del municipio en época estival, un espacio idóneo para recibir a los habitantes foráneos de todo el municipio apretados por el calor. Este año lo harán con muchas novedades. Además de su bandera azul y para daltónicos, equipos de socorristas que empezaron a trabajar hace unos días, ahora se une el nuevo paseo costero, que discurre en la zona sur de la playa y presenta, a pesar del viento, un lugar para pasear y disfrutar de las vistas al mar. Esta obra, cofinanciada por el Cabildo de Gran Canaria, Gobierno regional, el Estado y el propio Ayuntamiento de Ingenio, tuvo un parón por problemas con los materiales.

Ahora se convierte en un emplazamiento único que posibilita disfrutar de la brisa marina a pesar del viento de la zona Sureste grancanaria. Está en tierra firme con vistas al mar y a la desembocadura del barranco de Guayadeque, donde pone colofón.

Eso sí, el Ayuntamiento pide civismo para que el paseo se mantenga como está. Ha sido diseñado con una tarima de madera casi a ras de los callaos de la playa, y mantiene unas distintivas obras con las que ha sido habilitado. Por ejemplo, un nido de batalla que data de la Guerra Civil Española, que ha sido rehabilitado para un rincón del paseo.

No está culminado, pero ya cuenta con mobiliario urbano como luminarias de estilo minimalista, bancos y papeleras, de las que piden encarecidamente que hagan uso los usuarios que paseen con mascotas. Recoger los excrementos y limpiar la zona donde miccionan es fundamental para mantener limpio el paseo.

Enmarcado en el proyecto ‘Continuación margen izquierdo Paseo Marítimo en El Burrero’, este espacio junto a la playa finaliza su ejecución tras la nueva redacción adaptada a las condiciones geológicas del entorno. De este modo, el nuevo sendero confirma en su trazado el respeto por el medio y el entorno sin descuidar el atractivo para el visitante. La utilización de materiales agradables con el ambiente y la proyección sobre el terreno evitando el impacto ante un espacio natural, han dado como resultado un paseo junto al mar de 502 metros de longitud con una trayectoria que se confunde con el paisaje. Ello permite a los y las viandantes continuar su camino por las zonas que dan salida al sendero hacia el barranco sin crear una separación entre ambos espacios. Desde el alumbrado hasta la instalación del mobiliario han estado presididos por la dotación de una estética afín al medio englobando, incluso, como elemento singular, el nido de ametralladoras.

Los primeros días tras la apertura han dejado imágenes de disfrute por parte de los viandantes de este nuevo atractivo junto al litoral. Y desde la institución municipal se insiste en el llamamiento al cuidado de la nueva estructura por parte de los transeúntes.

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