El sector vitivinícola de Gran Canaria salva la cosecha pese al aumento de las temperaturas

El Consejo Regulador de la Denominación de Origen sostiene que la vendimia tendrá la misma cantidad y calidad que en 2022 y calcula que en octubre estará recogida toda la uva 

Rosi Hernández, Miguel Hidalgo, Antonio Morales y Pedro Suárez, con los caldos premiados en la Cata Insular

Rosi Hernández, Miguel Hidalgo, Antonio Morales y Pedro Suárez, con los caldos premiados en la Cata Insular / David Delfour

La vendimia de este verano en Gran Canaria «estará en los niveles del año 2022 en cuanto a cantidad y calidad» pese a las dos olas de calor que ya han afectado al Archipiélago, según auguró ayer el presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Vinos de Gran Canaria, Pedro Suárez, quien explicó que las cosechas del sur de la isla y de Valsequillo son por ahora las más afectadas por el aumento de las temperaturas, lo que posiblemente obligará a adelantar en unas semanas la recogida de las uvas. 

El fuerte calor sí está obligando a los viticultores a regar las parras con mayor frecuencia, pero las situadas en terrenos de secano están «soportando bien» el aumento de los termómetros porque el suelo mantiene la humedad, detalló Pedro Suárez, quien consideró que esta próxima vendimia será «parecida» a la del año pasado. 

La alta calidad de las cosechas de 2021 y 2022 ha quedado confirmada en la XXVII Cata Insular de Vinos de Gran Canaria, donde un jurado nacional ha valorado con más de 80 puntos sobre 100 a la mayoría de caldos que se presentaron al concurso.  

«Lo peligroso» es que haya una parada vegetativa de la parra por desidratación, lo que ocurre cuando no tiene humedad en el suelo y tira del fruto, de la propia uva, que entonces se calcifica y no llega a madurar, añadió Suárez tras acompañar al presidente del Cabildo, Antonio Morales, en la comunicación de los resultados.  

Aseguró que los viñedos grancanarios suelen soportar el calor, incluso los de secano, por lo que tendría que venir un calor muy fuerte y prolongado para que la cosecha se pierda. «Si la viña ya está tocada por la plaga de oidio o por otra enfermedad se acaba por secar, pero si la parra está sana suele aguantar los calores; el problema es el viento cálido, que es como un soplete y le entra el calor por todos lados», comentó el también viticultor de San Mateo.

Viento cálido

Si las altas temperaturas no vienen acompañadas de viento, la propia sombra de la parra protege las uvas. Por tanto, señaló Suárez, «se está recomendado a los productores que no deshojen mucho o nada la planta para que la propia parra se proteja». 

Aunque una vendimia se ha adelantado, la de Carboneras, ha sido de forma testimonial, para hacerla coincidir con una inauguración de instalaciones. El resto se harán en las fechas habituales, que dependen de las zonas y de las bodegas. «Aquí hemos tenido vendimias desde finales de julio hasta principios de noviembre, pero con estos calores creemos que a final de octubre estará toda la uva recogida», declaró Suárez, quien precisó que «ahora hay una tendencia a hacer los vinos con menos graduación y más ácidos, por lo que adelantan las vendimias». 

Esa es también una de la razones por las que no todas las bodegas se presentan a la Cata Insular, pues para estas fechas ya no les queda el mínimo de vino exigido para poder concursar.  

Bodega Bentayga, la gran triunfadora de la Cata Insular de este año, realizará en septiembre la vendimia en sus cinco hectáreas de Tejeda, según informó su gerente, Sandra Armas. Respecto al calor, dijo que a su empresa aún le queda algo de agua para regar, pues ayer en Tejeda ya había 31 grados al amanecer y por las noches los termómetros no bajan de los 29 grados. 

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