Pascual Ruiz: "Los vecinos de Gáldar hicieron suya la Cueva Pintada desde sus inicios"

El excorresponsal de La Provincia, Pascual Ruiz, dona a la Cueva Pintada de Gáldar distintos documentos periodísticos y epistolares

La entrega del material se llevará a cabo este miércoles, coincidiendo con el 17º aniversario del museo

Antiguos recortes de periódico en las manos de Pascual Ruiz Quesada

Antiguos recortes de periódico en las manos de Pascual Ruiz Quesada / lp/dlp

"Lo que se cuida del pasado es un recuerdo del futuro". Es la frase que el excorresponsal de La Provincia, Pascual Ruiz Quesada, repite como un mantra cuando describe los recuerdos que custodia desde hace más de cincuenta años: un intercambio epistolar con Celso Martín de Guzmán, uno de los grandes impulsores de la investigación y puesta en valor de uno de los enclaves arqueológicos más importantes de Canarias, la Cueva Pintada de Gáldar.

El excorresponsal de La Provincia en Gáldar Pascual Ruiz Quesada

El excorresponsal de La Provincia en Gáldar Pascual Ruiz Quesada / lp/dlp

Las noticias que publicó como corresponsal del periódico La Provincia en Gáldar entre los años 1967 y 1969 reflejaron la transformación que vivió la ciudad a cuenta del famoso yacimiento. La realización del audiovisual 'Memorias para un aniversario', producido por el Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada, permitió conocer de cerca la documentación que custodia Pascual Ruiz, y él mismo, con motivo de la presentación de la pieza audiovisual en el museo y parque arqueológico, transmitió su voluntad de donarla al museo. La entrega de los documentos tendrá lugar este miércoles día 26 de julio, coincidiendo con el 17º Aniversario de la inauguración del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada, a las 12:00 horas.

"Estamos hablando de los años 60 del pasado siglo. No había redes sociales y, en aquel entonces lo que se publicaba en el periódico tenía una trascendencia tremenda"

Pascual Ruiz Quesada

A finales de los años 60, Celso Martín de Guzmán era un inquieto estudiante de Filosofía de la Universidad de La Laguna que llegaba en verano "y revolucionaba el pueblo". Y hace 50 años Pascual Ruiz Quesada era corresponsal del periódico La Provincia en Gáldar. "Yo le servía de altavoz a sus inquietudes culturales", contextualiza Ruiz sobre su relación con el emblemático arqueólogo. "Él tenía dos grandes sueños: que la Cueva Pintada adquiriera forma y entidad propia, y lograr el traslado de los restos de Fernando Guanarteme desde La Laguna hasta Gáldar". Las cartas que el joven estudiante Celso le enviaba desde La Laguna estaban selladas con unos peculiares cuños que también reflejaban, a juicio de Quesada, sus inquietudes hacia el pasado prehispánico de su Gáldar natal.

"Quiero dejar claro que la inquietud de Celso por la Cueva Pintada no es algo que le viniera de cuando fue director general de Patrimonio con el gobierno socialista de Jerónimo Saavedra. Era un deseo que arrancaba de su primera juventud", aclara el experiodista, que años más tarde fue juez de paz del municipio galdense. "Estamos hablando de los años 60 del pasado siglo. No había redes sociales y, en aquel entonces lo que se publicaba en el periódico tenía una trascendencia tremenda. A mí, al ser corresponsal en esa época de Gáldar, me tocó ser el enlace entre ambos", contextualiza Pascual Ruiz sobre la repercusión que tuvieron en aquella época los artículos de opinión que Celso Martín de Guzmán publicaba en La Provincia.

El excorresponsal conserva los recortes de prensa de los artículos que se publicaron, así como el manifiesto del Día de Canarias que hizo Celso en el año 1984 "y un libro histórico", añade, "las crónicas de Gómez Cudero y Cedillo, editadas en la imprenta de Gáldar en 1934, de ahí el valor de esta obra. "Creo que el responsable de custodiar todo este material debe ser la Cueva Pintada y no yo", afirma Ruiz Quesada al anunciar que todo este material estará incluido en su donación al Museo y Parque Arqueológico.

Una personalidad arrolladora

A los quince años, Celso ya dirigía un grupo de teatro en Gáldar, llamado 'Jacaracas'. En él participaba Pascual Ruiz Quesada como actor. "Recuerdo que él, tan joven, dirigía a personas mucho mayores", reflexiona el donante. "Yo soy del barrio de La Montaña, pero mi relación siempre ha sido en el centro de Gáldar, a través de la casa parroquial. Esto motivó que me empezara a relacionar con los estudiantes que durante el verano venían a 'pegarle fuego' al pueblo, literalmente hablando. Tenía el inconveniente de que formaban la revolución durante sus vacaciones y después se marchaban otra vez a sus estudios", relata. "Pero no fue así en el caso de Celso", advierte. "Él ya era ilustre antes de nacer. Era un superdotado", asegura.

"La Cueva Pintada es algo muy nuestro, es de los vecinos"

Pascual Ruiz Quesada

"La aportación de Celso fue fundamental para conseguir lo que significa Cueva Pintada hoy día. Él fue la piedra angular de todo", no duda en afirmar Pascual Ruiz. "Sin olvidar que la Cueva es realmente fruto de la inquietud cultural de nuestros aborígenes, su participación posterior en el Gobierno autonómico también fue importante para terminar de desarrollar el proyecto", recuerda el corresponsal refiriéndose al cargo que ocupó Celso Martín de Guzmán al frente de la Dirección General de Patrimonio.

Revolución vecinal

"La Cueva Pintada es algo muy nuestro, es de los vecinos", asegura Pascual Ruiz Quesada, en calidad de testigo presencial de lo que aconteció en las últimas décadas del siglo XX con respecto a Cueva Pintada. Este espíritu vecinal y comunitario es algo que recoge muy bien el documental 'Memorias para un Aniversario', producido por el Museo y Parque Arqueológico. "Fue una revolución para el municipio la situación que se vivió en torno al yacimiento durante los años 70. Fue necesario derribar algunas casas... Los vecinos se dieron cuenta enseguida de que no se trataba de una cosa de los arqueólogos, sino que implicaba a todo el pueblo. Cada día era un hervidero de noticias nuevas, según avanzaban los movimientos en las obras", rememora Ruiz acerca de esa época.

"Fueron incluso los vecinos quienes impidieron que se realizara un destrozo por parte de un tractor que, con toda su buena fe, empezó a quitar escombros sin darse cuenta de que se estaba llevando también buena parte de vestigios arqueológicos", recuerda entre todas las anécdotas. "De hecho, fue un grupo de vecinas de Gáldar las que se enfrentaron con los trabajadores y consiguieron paralizar la obra, exigiendo la presencia de los arqueólogos para certificar que, efectivamente, la pala del tractor se estaba llevando lo que no debía. Esto da cuenta del hecho de que los vecinos hicieron suya la Cueva Pintada desde sus inicios", asevera orgulloso Pascual Ruiz Quesada.

Cualquier crónica que enviaba Pascual Ruiz en aquella época se publicaba en el periódico inmediatamente. La expectación y avidez de los grancanarios por saber lo que se estaba descubriendo en Gáldar hacía que toda noticia "se publicara sin problemas", añade el antiguo corresponsal galdense. Sin embargo, el cronista no olvida que "había otros intereses creados, pero era más bien por parte de los propietarios que estaban alrededor del yacimiento. Había quien me advertía: muchacho, no estés tocando ese tema..."

El punto culminante fue la expectación que generó la visita de los príncipes de Asturias, en 1973, que después regresaron como reyes para la inauguración del Museo y Parque Arqueológico. Don Pascual recuerda nítidamente ambas llegadas. "La primera fue el no va más", exclama. "Se paralizó todo el municipio para acudir en masa al frontis de la Iglesia a recibir a los príncipes de España, como se decía entonces. Fue todo un acontecimiento para el municipio, sin duda".

El futuro

"Es muy gratificante ver cómo se van trayendo a los escolares de los centros educativos de la isla, además del turismo que genera para Gáldar", valora Pascual Ruiz sobre la evolución del centro museístico y parque arqueológico que gestiona la Consejería de Cultura del Cabildo de Gran Canaria. "Lo están 'vendiendo' muy bien. Se ve a mucho turista que llega a Gáldar por su cuenta y, después, eso se nota en las terrazas del casco. Le da una gran vida a la ciudad", afirma, a modo de conclusión.

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