Playa del Inglés necesita acuerdos de propietarios y otra norma urbanística

El informe del Cabildo para reflotar los centros comerciales ruinosos concluye que algunos deben ser derribados y propone tres estrategias de rehabilitación 

«Lo primero que salta a la vista es la complejidad de la gestión de una rehabilitación integral de un centro comercial con una estructura de comunidad de propietarios bajo la Ley de Propiedad Horizontal». Así se inicia el apartado de conclusiones del informe Centros Comerciales en las zonas turísticas de San Bartolomé de Tirajana. Antecedentes, conceptos y estrategias de rehabilitación y modernización, que luego detalla que tan solo se ha encontrado un caso con propietario único, el Faro II, y otro con el mismo perfil por tener una concesión administrativa, el Parque Europa.

El informe, encargado por la Consejería de Turismo del Cabildo de Gran_Canaria y la Cámara de Comercio, subraya que en los establecimientos analizados «se ha podido constatar que han tenido, y siguen teniendo, problemáticas de tipo legal muy diferentes». Incluso el Anexo II y el Oasis, los dos centros de playa afectados por el cambio de la delimitación de la zona pública, según la Ley de Costas de 1988, «están en situaciones muy distintas».

Durante la etapa 2009-2014, recalca Antonio Garzón en su documento de 115 páginas, hubo intentos por parte de empresarios y de la administración por emprender procesos de reforma importantes, como fue el Kasbah y el Oasis. En el primer caso incluso se estuvo a punto de conseguirlo. Sin embargo, agrega, «el clásico motivo de los propietarios no se ponen de acuerdo no es la causa única del fracaso en la última década, sino que también jugó un papel igual de importante, entre otras cuestiones, la compleja maraña burocrática».

Demoliciones

En las conclusiones, Garzón sostiene que en varios centros comerciales, que datan de la década de 1970 o incluso de 1960, la modernización «pasa inevitablemente por el derrumbe y la nueva reconstrucción», pero «para ello necesitan el soporte de alguna figura jurídica, donde esté encajado el nuevo proyecto y que contemple nuevos aprovechamientos y edificabilidad, así como, en algunos casos, algunos usos nuevos».

Jardines del centro comercial Cita.

Uno de los jardines del centro comercial Cita. / J. Pérez Curbelo

Otra conclusión es que un reflote de un centro comercial, especialmente si lleva asociada la demolición, debe llevar asociado algún «concepto diferenciado», pues las actividades comerciales genéricas ya no atraerían el suficiente público para amortizar una inversión de derrumbe con reconstrucción. «Lo ideal es que todos los centros se reconstruyan y, aparte de una cierta oferta genérica, cada uno tenga asociado algún concepto que sea exclusivo para así garantizar su subsistencia», recomienda.

Además de una oferta segmentada, para atraer clientes mayores (silver), familias o jóvenes, los centros comerciales de Playa del Inglés deben ser proveedores de servicios esenciales del núcleo turístico, como aparcamientos o baños públicos.  

La estrategia más «atrevida» implicaría una coordinación de todos los centros del núcleo turístico

En las conclusiones se plantean tres estrategias o grados de rehabilitación. En la denominada Playa del Inglés 1.0, se rescatarían conceptos de éxito clásicos, pero en una versión modernizada, y surgirían conceptos nuevos específicos. Así, «se culminaría el lavado de cara del núcleo con estructuras y fachadas totalmente renovadas, que impresionarían al turista repetidor, atraerían nuevos clientes y a inversores».

«En este escenario -relata Garzón- podemos imaginarnos un Cita con fachadas exteriores totalmente renovadas, un Anexo II con la materialización de su proyecto estético de reforma, un Faro 2 convertido en un centro artesanal canario y un Oasis con el retranqueo de 20 metros consolidado y con una apertura hacia la playa».

En la hipotética estrategia Playa del Inglés 2.0 se iría un paso más allá en la segmentación. Como ejemplos, un Parque Europeo dedicado a las familias, un centro especializado en mayores en el Kasbah, un Metro con una oferta específica para el residente, así como el Cita reconstruid con todos los comercios orientados a una gran plaza central con zonas verdes y una actividad desestacionalizada. 

Los nuevos usos que se proponen son aparcamientos, baños públicos y alojamientos

Finalmente, las propuestas más «atrevidas y complejas» se incluyen en Playa del Inglés 3.0, donde los centros comerciales estarían altamente diferenciados, coordinados entre sí y con algunos nuevos usos. Por ejemplo, el Plaza reconvertido a un parking, pero con una atractiva actividad comercial en su cubierta. O un Metro y Kasbah con incorporaciones de algún uso alojativo especializado con edificaciones en altura, así como el traslado del ocio a otras ubicaciones más cercanas a la playa.

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En San Bartolomé de Tirajana existe todavía suelo con clasificación comercial, como la denominada Parcela en el Campo de Golf de Maspalomas, que no ha sido desarrollada hasta la fecha. Ocurre lo mismo con el Faro I. Según el informe, la gran cantidad, el sobredimensionamiento de algunos de ellos (San Agustín o Sunset Meloneras) y la aparición de centros comerciales muy modernos fuera del municipio pueden hacer replantearse el desarrollo de una parcela comercial, a menos que se apueste por un concepto muy diferenciado que no exista en ningún otro sitio. Respecto a la Parcela del Campo de Golf, Garzón señala que «el cambio al uso alojativo es más complejo, pero hay otros usos que no difieren mucho del comercial, como es el deportivo». Dicha parcela se encuentra al lado del complejo Las Vegas Golf y frente al Jardín Dorado. Tiene cerca el campo de golf de Maspalomas, el club de tenis y un campo de fútbol, por lo que «cumple perfectamente las condiciones para el desarrollo de un centro de alto rendimiento deportivo». | J.M.N. 

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