Teror

La Basílica recupera su órgano tras una restauración pieza a pieza

El instrumento vuelve a sonar en un concierto a cargo del músico Arturo Barba

El Cabildo ha invertido 66.447 euros en las labores de recuperación

Antonio Morales se dirige a los asistentes junto a Sergio Nuez y José Mazuelos. | | LP/DLP

Antonio Morales se dirige a los asistentes junto a Sergio Nuez y José Mazuelos. | | LP/DLP / LA PROVINCIA/DLP

La Provincia

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El órgano de la Basílica Santuario de Nuestra Señora del Pino, en Teror, recientemente restaurado por el Cabildo de Gran Canaria, con una inversión de 66.447 euros, fue reinaugurado oficialmente el pasado sábado, con el concierto que ofreció el reconocido organista y concertista internacional, Arturo Barba Sevillano.

Durante el concierto, Arturo Barba interpretó un extenso programa, con obras de JS Bach, Pierné y Mendelssohn, entre otros compositores, que hicieron las delicias de todas y todos los presentes. El evento, en el que participaron el presidente del Gobierno insular, Antonio Morales; el Obispo de la Diócesis de Canarias, José Mazuelos, y el alcalde de Teror, Sergio Nuez, estuvo organizado por la Real Academia Canaria de Bellas Artes de San Miguel Arcángel, en colaboración con el Cabildo, el Consistorio terorense y la Diócesis de Canarias.

Los trabajos de restauración del órgano fueron impulsados por el Servicio de Patrimonio Histórico de la Consejería de Presidencia y Movilidad Sostenible del Cabildo, que dirige Teodoro Sosa, en una iniciativa que forma parte de una amplia lista de acciones desarrolladas por la Corporación insular, con el propósito de garantizar la conservación del patrimonio artístico de la Isla.

Los trabajos consistieron en la rehabilitación de la parte instrumental y de la caja

Los trabajos realizados han consistido en la restauración de la parte instrumental y de la caja del órgano. Desde los primeros momentos del proceso, los profesionales constataron que el órgano, aunque no funcionaba, se hallaba en un estado de conservación bastante bueno, ya que mantenía intactos todos sus elementos en la ubicación original, sin haber sido sometido a modificaciones visibles.

En términos generales, el instrumento sufría fundamentalmente de envejecimiento y desgaste, junto con una gran acumulación de polvo. Es más, de acuerdo con el informe de estos expertos, a excepción de algunas pequeñas piezas desaparecidas, el instrumento se conservaba casi con la misma disposición con que fue concebido en su día ya hace casi 125 años.