Santa Brígida

Las toallitas que matan cabras

Los pastores de La Oliva llevan ocho años sufriendo la muerte de su ganado por los vertidos en el barranco de La Angostura

«Nos están quitando años de vida», dicen

Toallitas en el barranco de La Angostura

Toallitas en el barranco de La Angostura / Juan Castro

Los vertidos en el barranco de La Angostura, en el municipio de Santa Brígida, llevan años haciendo la vida imposible tanto a los pastores como a sus ganados. Sonia Mayor y Enrique Suárez han visto morir en ocho años a 40 cabras y ovejas a consecuencia de digerir las toallitas húmedas que los vertidos van dejado regadas por la zona. Y a este material tóxico le siguen compresas, sacos de escombros o incluso preservativos. 

Sonia Mayor y Enrique Suárez pastorean doscientas cabezas de ganado en el barranco de La Angostura, un vergel de caña, tedera, hinojo, retama, acebuche, viñatigo...,y basura. Ambos, son muy conscientes con todo lo que tenga que ver con la naturaleza, y en los últimos años han visto cómo la humanidad no solo está haciendo que el fondo del mar muera, sino también la tierra y todo lo relacionado con el medioambiente.

Cada día sacan a su ganado a pastorear por la zona de La Angostura, pero desde hace ocho años, sus recorridos se han visto delimitados a consecuencia de las aguas pluviales. Uno de los principales problemas del municipio de Santa Brígida, tal y como explica el concejal de Saneamiento, Abastecimiento de Aguas, Vías y Obras, Festejos y Alumbrado Javier Ramírez, no hay una red separativa de recogida de aguas pluviales. "Actualmente, cuando se urbaniza hay que meter un conector para aguas pluviales y otro para aguas fecales", explica. Una división que en el municipio de la villa no existe.

De este modo, cuando llueve, la capacidad de la tubería se ve comprometida porque tiene más caudal y revienta, provocando derrames en la zona del barranco de La Angostura. La cuestión está en que en el barranco no solo desembocan aguas pluviales, sino que entre los desechos que van a parar a esa zona hay materiales tóxicos para el medioambiente, como son las toallitas, compresas o incluso preservativos entre un sinfín de objetos. "Nosotros empezamos a darnos cuenta de esto hace diez años, cuando comprendimos y vimos que los vertidos no eran buenos. Veíamos que todo a nuestro alrededor estaba muriendo de una forma u otra", asegura Enrique Suárez.

Decenas de cabras y ovejas muertas

En los últimos ocho años, Sonia y Enrique han visto morir a 40 de sus cabras y ovejas a consecuencia de estos vertidos, por lo que desde hace un tiempo han tenido que adaptar el modelo de pastoreo a esta nueva involución, como ellos mismos describen. La problemática es clara, y a ella llegaron en la facultad de veterinaria al hacerle la autopsia a uno de los animales fallecidos. "Nos dijeron que al comerse las toallitas que la gente tira por el váter, en el estómago se les forma una bola grande dura, que hace que el animal sea incapaz de digerir, por lo que se muere de hambre", explica Enrique. "Estamos abatidos, la gente no es consciente de lo que significa ver morir de esta manera tan cruel, lenta y dolorosa a los animales que has criado durante tantos años", dice.

Problemas con aguas fecales y basura en el barranco de La Angostura

Problemas con aguas fecales y basura en el barranco de La Angostura / Juan Carlos Castro / LPR

Esta pareja de ganaderos también hace pastoreo de prevención de incendios forestales. "Lo que hacemos es reducir masa. Tenemos un permiso para hacerlo y un contrato que cumplir, y si no lo hacemos nos restan dinero", explican. Un contrato que muchas veces no pueden cumplir al pie de la letra debido a que hay determinadas zonas por las que el ganado no puede pasar a consecuencia de los vertidos. Y no solo se ven afectados las cabras y ovejas de Sonia y Enrique, sino que son muchos los de la zona, e incluso los pájaros que beben esas aguas y a los pocos días aparecen muertos.

La solución todavía no ha llegado, y desde el ayuntamiento de Santa Brígida, cuando acuden al lugar, lo que hacen es retirar a los lados la basura en lugar de retirarla. "Estas tuberías rotas las arreglan con piedra y cemento, pero no las cambian", explica Sandra. "Uno de los emblemas del municipio son las palmeras y se están muriendo. Esto es una zona maravillosa y se ha ido al traste, porque este apaño en cualquier momento volverá a reventar y la historia se va a volver a repetir".

Concienciación ciudadana

A pesar de que esta problemática no solo viene por la antigüedad de la red de saneamiento, sino también por la concienciación ciudadana de no tirar materiales tóxicos en el váter y en la propia naturaleza, desde el ayuntamiento de Santa Brígida aseguran que están en el camino para poner una solución. Javier Ramírez ha explicado a LA PROVINCIA que cambiar la red de saneamiento requiere un trabajo de décadas, y aunque ya han empezado con el proceso, si los vecinos siguen arrojando cosas al medioambiente, la historia seguirá igual.

Problemas con aguas fecales y basura en el barranco de La Angostura

Problemas con aguas fecales y basura en el barranco de La Angostura / Juan Carlos Castro / LPR

"En el punto en el que estamos ahora mismo es en un diagnóstico en la red de saneamiento y abastecimiento, porque el contrato que había estaba vencido y estamos haciendo los estudios previos para sacar a licitación la redacción de los pliegos para luego hacer una localización del ciclo integral del agua", señala el concejal Ramírez. Además, a esta cuestión se le añade un extra, y es que el agua que lleva esta determinada red de saneamiento no solo lleva caudal de Santa Brígida, sino también de San Mateo. "Esa tubería puede llevar instalada 50 años, y en un principio fue concebida para una población y ahora la ciudadanía se ha triplicado como mínimo, teniendo la misma instalación", dice.

Vigilancia de vertidos y basura

En cuanto a los vertidos de escombros, que también hacen acto de presencia en esta zona del barranco de La Angostura, Javier Ramírez asegura que en el mandato anterior, cuando Ando Sataute estaba en la oposición, presentó una moción en un pleno para solicitar que la Policía Local destinara agentes a la vigilancia de vertidos y basura, pero no se hizo. El concejal admite que la competencia de retirar todos esos vertidos de la zona pertenece al Ayuntamiento, pero que desde el consistorio no lo hacen debido a "la falta de personal y de medios". Explica que en el lugar existen restos de basura de años y de cientos de derrames y que una de las soluciones que han planteado es organizar campañas de voluntariado para que entre todos ayuden a eliminar la basura.

Problemas con aguas fecales y basura en el barranco de La Angostura

Problemas con aguas fecales y basura en el barranco de La Angostura / Juan Carlos Castro / LPR

Desde Ben Magec-Ecologistas en Acción también están al corriente de este desastre medioambiental. Su portavoz, Eugenio Reyes, apunta que los barrancos han sido desde hace años el vertedero de las islas. "Hay un dicho que he escuchado mucho y que dice eso de que se lo lleve el barranco, y aunque esa cultura ha ido cambiando en algunas zonas, Santa Brígida tiene un abandono total", dice. Reyes expresa que lo más coherente en esta situación es que los vecinos denuncien y difundan la noticia del estado del barranco.

Otro de los consejos es comunicar al Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) el infierno que están viviendo los vecinos de la zona y posteriormente dar al ayuntamiento un plazo para que retire toda esa basura que, desde hace ocho años, se ha estado acumulando en el barranco de La Angostura. "Hay que tomar acciones legales, porque estamos hablando de salud pública y este asunto podría tener incluso penas de cárcel y una multa económica", advierte.

Ausencia de Ecologistas en Acción

Cuestionado por la ausencia de Ecologistas en Acción en esta zona de Santa Brígida, Eugenio Reyes explica que desde el grupo son tan ciudadanos como los propios vecinos del barranco. "Somos un movimiento y podemos colaborar y asesorar, pero en este caso la legalidad es muy clara", asegura. "Los habitantes de esa zona son los que tienen que dar el primer paso, porque nosotros no somos la solución a nada, sino compañeros de viaje. Si los vecinos se implican, nosotros les echaremos una mano", sentencia. Un problema que tiene a los vecinos de La Oliva en un sin vivir, y que tal y como narran Sonia Mayor y Enrique Suárez, les están quitando años de vida.

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