San Bartolomé de Tirajana

La cosecha del albaricoque de Tirajana suma dos años consecutivos en mínimos

La falta de frío en las medianías de San Bartolomé de Tirajana provoca que la producción no supere los 10.000 kilos.

Albaricoques de Tirajana de la cosecha iniciada esta semana.

Albaricoques de Tirajana de la cosecha iniciada esta semana. / LP/DLP

La producción de albaricoques en San Bartolomé de Tirajana suma ya dos años consecutivos en mínimos. Los agricultores de las medianías del municipio arrancaron esta semana la campaña para recolectar este fruto y la previsión es que tan solo se puedan recoger 10.000 kilos, muy lejos de los 150.000 kilos de 2018, cuando la localidad firmó la mejor cosecha de este producto. La cifra supone un 93% menos de albaricoques, pero pese a eso no es la peor recolecta de la historia, pues la caída de este producto superó el 95% a finales de la primera década de los 2000.

La producción será similar a la del año pasado, pero si bien en la anterior campaña el motivo de la falta de albaricoques estuvo en una ola de calor y calima en pleno mes de marzo que provocó un fuerte estrés hídrico a los árboles y que cayeran los frutos recién cuajados, en esta ocasión la baja producción es consecuencia de que apenas ha habido invierno y los árboles no han tenido las horas de frío mínimas para desarrollar los frutos.

Imagen de archivo de albaricoques de Tirajana.

Imagen de archivo de albaricoques de Tirajana. / LP/DLP

Esa falta de frío que necesitan los frutales se refleja en una brotación y una floración irregular, en la caída de las yemas de la flores y la caída temprana de la fruta, según explica Juan Carlos Gómez, ingeniero agrícola del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana. «Hay árboles en los que ni siquiera han brotado las hojas», señala el técnico. A eso se suma la sequía prolongada durante los últimos años, una situación que provoca que los árboles estén más débiles porque, aunque los rieguen, la humedad es más superficial que el agua de lluvia, que penetra más en la tierra. Y a este escenario se ha sumado, para colmo de los agricultores, el fuerte viento registrado esta semana que ha tirado al suelo un alto porcentaje de albaricoque.

Y el técnico avisa: con el cambio en la climatología «esto es una tendencia para el futuro». «En las medianías estos frutales están en peligro, porque llevamos dos años así y si le añadimos la sequía crónica ya es inviable el cultivo», añade. Entre Hoya Grande, Las Lagunas en Tunte, Fataga, Cercados de Araña y Manzanilla se plantan unas 20 hectáreas de albaricoque y por ahora no hay agricultores que hayan eliminado este cultivo. Este año se recogerán en el municipio 10.000 kilos, y eso siempre y cuando no lleguen nuevos vientos que tiren más fruta al suelo.