Estados Unidos (EE UU) se ha convertido en el tercer mercado extranjero para las bodegas lanzaroteñas inscritas en el Consejo Regulador de la Denominación de Origen de los Vinos de Lanzarote, después de Alemania y el Reino Unido. En lo que va de año se han exportado cerca de 6.000 botellas de vino a distintas ciudades de EE UU lo que ratifica la buena acogida que está teniendo el vino conejero en uno de los mercados más importantes del mundo.

El presidente del Consejo Regulador de los Vinos lanzaroteños, Javier Betancort, asegura que los datos de venta en los Estados Unidos son una buena noticia para la consolidación de la marca Lanzarote. "Aunque en términos absolutos la comercialización de estas 6.000 botellas supone apenas el 0,3% de toda la producción de la isla lo cierto es que ayudan a consolidar la presencia de los caldos conejeros fuera de nuestras fronteras".

El Consejo Regulador valora de forma "muy positiva" el aumento en 15 puntos de la comercialización de los caldos insulares fuera de la Isla, que alcanza en la actualidad al 45% de la producción total, frente al 30% que suponía tres años atrás; así como la apertura de nuevos mercados nacionales e internacionales.

Precio más elevado

En la actualidad las bodegas lanzaroteñas venden alrededor de 50.000 botellas de vino fuera del territorio nacional, especialmente en Alemania y el Reino Unido. "Es lógico que sean estos dos países los que más conozcan los vinos de la isla por el elevado número de turistas británicos y alemanes que cada año nos visitan", señala Betancort. Por tal motivo, la irrupción del mercado norteamericano es mucho más importante dado que además su comercialización llega a través de canales especializados del sector vinícola.

De hecho, el precio de cada botella alcanza los 15 euros (unos 20 dólares) por el coste no sólo de la producción en la isla sino por el transporte. No obstante, el elevado precio puede compensarse por la calidad.

El presidente del Consejo Regulador destaca la importancia de mantener los canales de comercialización en el extranjero. "Muchas bodegas ya han notificado que seguirán destinando una parte de su producción para los mercados internacionales a pesar de la gran caída que experimentará la vendimia de este año", señala. Las elevadas temperaturas en invierno y la ola de calor de junio hará que la vendimia de este año, que comenzará a mediados de agosto, no llegará a los 600.000 kilogramos de uva, lo que significa un descenso aproximado de un 60% respecto a la de 2010.

Una situación que provocará que muchas bodegas no puedan atender todos sus compromisos por la importante caída que experimentará la producción de botellas de vino.