De la docena de personas que transformaron en precarios hogares las viejas naves de salazón de pescado de Las Salinas sólo quedaban tres la pasada semana. Las demás se fueron voluntariamente, algunas de ellas con ayudas de alquiler que les prometió el Ayuntamiento. Pero tres se resisten a irse sin una orden judicial de desalojo.

Entre los viejos habitantes de Las Salinas, una zona con impresionantes vistas al oleaje embravecido de la zona norte de la Isla, se encuentra Antonio, que vive en el lugar desde hace tres décadas. "Llevo 30 años revolcándome aquí y me van a echar en 30 segundos", se lamentaba hace unos días Antonio, que ocupó una de las naves con el permiso de su antiguo dueño y la misión de hacer de guardián. Como otros okupas del lugar, Antonio no concibe la vida en otro lugar que no sea su querido Confital, donde ha pasado buena parte de su vida. Fue a parar a las naves, en las que trabajó hace muchos años salando y tendiendo el pescado que luego se enviaba a África, cuando tiraron las chabolas de La Punta, justo al lado de la playa.

Las parcelas de Las Salinas, cuya superficie ocupa 3.976 metros cuadrados, fueron expropiadas a los dueños de las naves por el Ayuntamiento en 2005 y las actas de ocupación fueron firmadas durante 2007.

La totalidad de las naves, cuyo interior fue ocupado con infraviviendas, serán destruidas y la zona se quedará como un espacio más del Paisaje Protegido de La Isleta. El Ayuntamiento, explicaron las fuentes, quiere recuperar el lugar para la ciudad y se propone ahora mejorar la carretera de acceso a la zona.