En el silencio de la ciudad recluida, uno de los pocos signos de actividad durante los últimos días está siendo el resonar de las sirenas de los buques en el Puerto de La Luz. Con protocolos de contingencia y seguridad puestos en marcha ya desde la semana pasada, las operaciones siguieron sin sobresaltos durante el fin de semana, cuando el recuento de escalas, 60, resultó habitual, aunque la demostración de la continuidad tuvo lugar ayer, primer día laborable tras la activación del estado de alarma a causa de la pandemia por el coronavirus.

El principal recinto portuario de Canarias funcionó ayer con "normalidad dentro de las circunstancias", en palabras de su presidente, Luis Ibarra. A lo largo de estos días se han puesto en marcha más protocolos de seguridad con equipamiento para facilitar la higiene y desinfección en los puntos críticos del transporte de mercancías y el teletrabajo se impone en las labores comerciales y administrativas de muchas empresas, de modo que el día transcurrió ayer en La Luz con una combinación de cautela y tranquilidad.

Aunque el estado de alarma impone limitaciones al transporte de personas, el movimiento de mercancías está garantizado, incluso tras el cierre de fronteras decretado ayer por la tarde. Con la actividad portuaria concentrada en la operativa logística, los lugares clave ayer en La Luz eran las terminales de contenedores y el punto de inspección fronteriza. Con respecto a este último, que lleva a cabo una labor de despacho administrativo y aduanero de mercancías que resulta imprescindible para garantizar el flujo de productos, Ibarra indicó que funciona con absoluta normalidad. "Su personal tiene más relevancia en estos momentos para que esa mercancía pueda salir de los puertos", subrayó.

En las terminales de contenedores, principales puntos de recepción de la mercancía que llega a las Islas, hay protocolos de contingencia en marcha desde hace días. Parte de las operaciones administrativas se realizan ya de manera telemática, al igual que las reuniones con proveedores, de modo que se minimizan los contactos externos y entre empleados.

Mientras, a pie de muelle, con dispositivos instalados para la manos y normas para el uso de equipamiento protector en determinadas labores, el colectivo de la estiba acudió a trabajar con los turnos habituales "e incluso volcados con el avituallamiento", de acuerdo con Maxi Díaz, presidente de la Asociación Sindical de Trabajadores Portuarios. El sindicato ha llegado a recibir mensajes de estibadores jubilados ofreciéndose para echar un cabo en caso de que las circunstancias lo hicieran necesario, según indicó. Los trabajadores reciben mascarillas para los trabajos más sensibles, como las operativas a bordo de los buques, y las terminales instalan dispositivos de higiene de manos y realizan desinfecciones de la maquinaria. Aun así, fuentes del sector reconocen haber notado algunas complicaciones la semana pasada a la hora de adquirir los productos para estas tareas.

Una vez con las mercancías estibadas, los camiones y remolques no encontraron problemas dentro del Puerto de La Luz. Las empresas de transporte están colaborando con las terminales para agilizar los servicios a través de preavisos y el tráfico rodado fue fluido, de acuerdo con el secretario general de la Federación de Empresarios del Transporte de Canarias (FET), José Ángel Hernández, quien sí lamentó algunas dificultades que hallaron con miembros de las fuerzas del orden, que según relató pararon a transportistas en Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura y les advirtieron de consecuencias legales "diciendo que se pueden transportar unas mercancías y otras no, cuando es todo lo contrario, el sector de la logística tiene que operar". En cualquier caso, Hernández abogó por la colaboración continua con las autoridades, con las que ya ha entrado en contacto para aclarar la situación.