Las Palmas de Gran Canaria cuenta con un solo baño adaptado para pacientes ostomizados

Las personas con una enfermedad inflamatoria intestinal sufren una odisea fuera de casa al no disponer de las infraestructuras necesarias para ir al aseo

El Hospital Doctor Negrín es el único espacio de la ciudad con un baño adaptado.

El Hospital Doctor Negrín es el único espacio de la ciudad con un baño adaptado. / Andrés Cruz

"Los baños ostomizados son muy importantes para el bienestar físico, psicológico y moral en la vida de los pacientes", explica la presidenta de la Asociación de Enfermos de Crohn y Colitis Ulcerosa de Canarias (ACCU), Fuensanta León Amador. La capital solo cuenta con un aseo adaptado que se ubica en el Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín para una enfermedad que obliga a las personas a asistir rápidamente a un servicio donde poder vaciar la bolsa pegada a su estómago que contiene sus necesidades fisiológicas.

La cosa no mejora más allá de la capital, en toda la Isla existen únicamente dos baños adaptados; en Ingenio en el Centro de la Fundación Canaria Hermanos Juan y Juana Espino Juárez y en el centro hospitalario de la ciudad. Mientras, Tenerife cuenta con catorce de estos servicios. León opina que la diferencia recae en que la isla vecina está más adelantada en el asunto.

La ostomía es realizada a personas con una enfermedad inflamatoria intestinal que engloba a dos patologías: la enfermedad de crohn y la colitis ulcerosa. Los síntomas son diferentes en cada paciente pero los más comunes son la diarrea, cansancio, dolor, fiebre, fatiga, pérdida de peso, pérdida de apetito, que pueden venir acompañados en algunos casos de dolor de articulaciones, ulceras bucales o encías sangrantes.

Imagen del baño instalado en el centro hospitalario.

Baño instalado en el complejo hospitalario. / LP/DLP

No todos los pacientes requieren de la intervención quirúrgica en la que colocan la ostomía, solo aquellos a los que los fármacos ya no funcionan y el intestino o el recto están afectados de forma irreversible. El proceso es el de extraer una parte del intestino al exterior para crear una salida artificial para el contenido fecal que se almacena en una bolsa pegada al abdomen.

Aunque la ostomía ofrece calidad de vida a los pacientes al desaparecer los principales síntomas, la falta de baños adaptados en la capital dificulta que los afectados puedan vivir con tranquilidad. "Para hacerse una idea es como si te entran ganas de ir al baño junto a un dolor que es como un clavo entre el ano y el estómago que no puedes ni caminar", pone como ejemplo Miguel Ángel Pérez que fue operado hace un año. Por su parte, destaca que no solo no existen baños ostomizados sino que también faltan baños públicos en general. "Al final te lo terminas haciendo encima", lamenta. Por lo que pide a los políticos que exista una red de servicios públicos para poder vivir con mayor tranquilidad.

"Uno de los principales problemas de esta enfermedad es la necesidad imperiosa de ir al baño, no es que te puedas aguantar tienes que ir sí o sí si estás en brote", incide León. Los pacientes ostomizados sufren los inconvenientes físicos y psicológicos de la patología al tener que lidiar con una sociedad poco adaptada a sus necesidades. "Tienes un pánico a la calle", resume Miguel Ángel Pérez, que cuenta que cosas tan básicas como pasear puede convertirse en una odisea si por la zona no hay aseos. "Un día quería hacer unas compras en el Centro Comercial Las Arenas y al no poder aparcar cerca de la puerta no pude aguantarme, con lo denigrante que eso supone", rememora.

Ante este tipo de situaciones ACCU cuenta con un proyecto que están poniendo en marcha en colaboración con los ayuntamientos y la policía local de las diferentes zonas para que las personas ostomizadas puedan aparcar en plazas preferentes. Sin embargo, en la actualidad solo se ha puesto en marcha en Güímar, Tenerife. Para facilitar el día a día de las personas afectadas, la asociación también cuenta con la aplicación, No aguanto más, donde aparecen todos los comercios adheridos a la iniciativa en la que los pacientes pueden entrar en los baños de los locales mostrando una identificación.

Las características

Los aseos adaptados cuentan con un váter a la altura de la barriga para poder verter con facilidad el contenido de la bolsa. Además de una manguera para limpiar la zona, papel y un espejo para poder manipular el área del abdomen. Si no existe este tipo de infraestructuras los pacientes tienen que arrodillarse para poder vaciar el contenido, León explica que no es ético que las personas afectadas tengan que arrodillarse para para hacer sus necesidades y menos cuando en muchas ocasiones las condiciones de higiene no son las óptimas. "Además, de la enfermedad derivan otras condiciones como la artritis por lo que muchas personas no cuentan con las condiciones para estar haciendo malabares", señala León.

La presidenta de ACCU reconoce que es complicado adaptar todos los baños cuando no hay espacio en las instituciones públicas y negocios para construir uno nuevo pero destaca que en las edificaciones en construcción todavía no lo incorporan. León propone en los baños para discapacitados incluir el tocador para personas ostomizadas. "Con el tiempo será obligatoria su inclusión", espera la representante de la asociación.

Una ley que no ve futuro

Los baños ostomizados no están incluidos en la ley de edificación pública, por lo que no es una obligación que las instituciones públicas tengan en sus sedes los aseos. A principios del año pasado el Partido Popular presentó una moción en la que instaba al Gobierno de España a dotar a los edificios públicos de este tipo de servicio y a promoverlo en los edificios privados. En el Parlamento de Canarias, el mismo partido, propuso medidas para que las personas ostomizadas tengan los mimos derechos que el resto de ciudadanos a la hora de hacer sus necesidades. La propuesta fue votada favorablemente por unanimidad. Sin embargo, la presidenta de ACCU, Fuensanta León, asegura que "las cosas de palacio van despacio". 

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