Ingenieros que dejaron huella en el Puerto

En la larga lista de ingenieros de caminos, canales y puertos que han servido al puerto de La Luz en sus casi 140 años de historia, hay nombres propios que merecen un recuerdo por su trayectoria y labor desarrollada. Ellos trazaron lineas maestras en la ejecución de sus trabajos al dejar unas huellas de futuro con nuevos muelles y explanadas y otras super-estructuras que han convertido aquel primitivo Puerto de Refugio en el principal recinto de su clase en estas Islas y uno de los primeros de España.

Entre estos distinguidos ingenieros, a los que ahora se les quiere borrar de la memoria por una nefasta Ley de Puertos que ha abierto el camino a otras profesiones para dirigir los recintos portuarios, merece mencionarse en primer lugar a nuestro paisano Juan de León y Castillo. Él trazó en 1882 las primeras líneas del Puerto de Refugio de La Luz con el apoyo estimable del ayudante de obras públicas Cirilo Moreno.

Otros ingenieros históricos fueron Francisco Acedo Villalobos, Julio Rodríguez Roda y Antonio Artiles Gutiérrez, que proyectaron y dirigieron la ampliación del puerto con el actual dique de León y Castillo y el muelle General Primo de Rivera. Este último supuso una gran obra con los 2.825 metros de longitud ejecutado en ocho años, entre 1927 y 1935.

También hay que añadir otro ingeniero de grato recuerdo como fue el gallego Rafael Picó Cañeque, que convirtió las explanadas polvorientas de acceso al puerto por el muelle Grande en unos magníficos jardines. Aparte de diseñar nuevos edificios, tinglados y muelles que potenciaron este recinto.

Sin perjuicio de volver en próxima ocasión por la falta de espacio, hemos de referirnos a otros ingenieros que forjaron recientemente la gran obra dela Dársena Exterior, donde se asientan los varaderos y las terminales de contenedores además de otras múltiples industrias, y la última dársena de la Esfinge donde tuvieron su papel destacado los ingenieros Modesto Vigueras González, Juan Argenti Ulloa y José Miguel Pintado Joga.

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