Verano tórrido | Planes para zafarse de la canícula

Piraguas e historia contra el calor

Vecinos y turistas gozan de las actividades estivales pese al riesgo por altas temperaturas

María Reyes tira de la piragua, ayer, en Las Acaravaneras. | | QUIQUE CURBELO

María Reyes tira de la piragua, ayer, en Las Acaravaneras. | | QUIQUE CURBELO / M. Reyes

Un remojón en Las Alcaravaneras y un paseo a la fresca por las calles de Vegueta para conocer los secretos del barrio histórico ¿Alguien da más en esta tremenda ola de calor?

Las actividades que promueve el área de Turismo en el programa Estación Las Palmas de Gran Canaria se convirtieron ayer en el mejor aliado para sobrellevar un calor difícil de soportar, con grupos de aventureros que se lanzaron a la práctica del piragüismo en Las Alcaravaneras, o que recorrieron Vegueta en un tour guiado para bucear en los secretos de varios de sus edificios históricos, ahora convertidos en hoteles emblemáticos para deleite de los turistas más inquietos.

Y es que la ciudad se levantó perezosa, envuelta en calima, con un bochorno tremendo desde primera hora. A las diez de la mañana, los termómetros del parque San Telmo picaban los 30 grados, mientras que los de Bravo Murillo elevaban la temperatura dos grados más.

Así amanecía el patio capitalino, con el día, quizá, aún más apretado que los cuatro anteriores de esta ola de calor eterna que golpea Canarias, con restricciones varias por las altas temperaturas y la llegada de micro algas a la orilla de Las Canteras. El Ayuntamiento mantiene la recomendación de no bañarse en toda la playa por sexto día consecutivo.

Al otro lado del istmo, en Las Alcaravaneras, libre de las molestas algas, María Reyes, funcionaria del Gobierno de Canarias, se da un chapuzón con el Aula de Piragüismo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y con su familia belga, que está de visita y han aprovechado la iniciativa municipal para aprender a manejar esos veloces chismes. «Cuando vienen me gusta enseñarles las cosas bonitas de nuestra tierra», explica Reyes, orgullosa del mar que rodea las islas. Sobre la arena hace fuego, pero nadie se arredra y los seis piragüistas se lanzan a la travesía de iniciación.

Más allá, casi a la misma hora, la guía turística María Lezcano reúne a los pies del Guiniguada a una veintena de entusiastas de la historia, y se los lleva de ruta para enseñarles los secretos de Vegueta, con parada y fonda en los hoteles Peregrina, Malteses y Santa Ana, unas casonas con mucha tradición que han sido reformadas en los últimos años para ponerlas al servicio del negocio turístico.

Y entre hotel y hotel, historias de barcos que se chocan en el Puerto de La Luz, los ataques de los piratas y la resistencia numantina, amoríos varios, las primeras composiciones de cine mudo o la influencia portuguesa... Un sinfín de anécdotas a prueba de calor que llenan el alma y reconfortan el espíritu en el barrio histórico de la capital grancanaria.

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