FIESTAS DE LA NAVAL

Las Palmas de Gran Canaria derrota al dragón

El 6 de octubre de 1595, la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria hacia frente al corsario Francis Drake en la conocida como Batalla de La Naval

El pirata inglés, de camino a la conquista de Panamá, decidió desembarcar en la bahía de Las Isletas sin éxito

Este sábado se recuerda a los héroes de las milicias canarias en los jardines del castillo de La Luz

Desfile en recuerdo a los caídos en la batalla de La Naval en los jardines del castillo de La Luz, en una edición pasada.

Desfile en recuerdo a los caídos en la batalla de La Naval en los jardines del castillo de La Luz, en una edición pasada. / ANDRÉS CRUZ

Las Palmas de Gran Canaria celebra este sábado la derrota el 6 de octubre de 1595 del corsario inglés Francis Drake a manos de las milicias canarias. Una gesta histórica en la que participó una población civil armada, sin experiencia militar, de unos 1.500 hombres que hizo frente a los 4.000 ingleses que pretendían desembarca en la ciudad

El objetivo no era Gran Canaria, sino conquistar Panamá y Puerto Rico, por donde pasaba la flota española de regreso a casa cargada de la plata de América. Pero en el siglo XVI la ruta para llegar al Caribe pasaba sin discusiones por el Archipiélago canario, el último lugar para avituallarse antes de emprender la ruta marítima para llegar a las Indias, bajo dominio español desde que en 1492 Colón las descubriera para la corona española. Una flota inglesa formada por una treintena de navíos, capitaneada por Francis Drake y John Howkins, se vislumbra en el horizonte de lo que entonces era la bahía capitalina y hoy el Puerto de La Luz. Estamos en octubre de 1595 y los ingleses no son bienvenidos en territorio español, principalmente desde que en 1588 España fuese derrotada y casi humillada a ojos de Europa al intentar derrocar a Isabel I con su flota -la llamada invencible-, después de que esta abrazara el protestantismo y que hubiera apoyado a Flandes en contra del católico rey español Felipe II. Ningún habitante de Las Palmas de Gran Canaria, ni el mismísimo corsario Drake, se espera que las milicias canarias, una tropa compuesta por soldados y ciudadanos mal formados y sin apenas formación y experiencia militar, logre repeler el desembarco. Pero así fue.

La gesta de las milicias canarias es recordada cada mes de octubre en el castillo de La Luz, donde se esconde el primer torreón que se levantó en la ciudad para su defensa, dentro de las fiestas de La Naval. Este año, se celebrará este sábado, día de Nuestra Señora de La luz, a las 18:00 horas, en el castillo de La Luz, donde habrá un recuerdo a los caídos en esa fecha.

Los ataques piratas en las posesiones españolas era algo cotidiano en el Caribe entre los siglos XV y XVIII

Un artículo en la Revista de Indias (2021) escrito por el historiador Luis Rafael Burset Flores de la Universidad Carlos Albizu y titulado `Ser señores de Indias: Las agresiones inglesas en el Caribe español (1590-1620)` explica que a medida que España fue incrementando su territorio los problemas para defenderlo eran mayores por lo que los enemigos del reino de España ya no solo atacaban la mercancía que de allí salía o los suministros que llegaban de España, sino que buscaban asentarse en el nuevo territorio. "La presencia de enemigos se había convertido en parte de la cotidianeidad del Caribe", señala el historiador, que indica que los gobernadores y presidentes de Audiencia se quejaban en aquella época de la falta de defensas, material bélico y soldados preparados para enfrentarse a las flotas extranjeras y a los piratas que con patente de corso trabajaban para la reina Isabel I.

Es en ese contexto internacional de la Guerra anglo-española donde tiene lugar la fallida incursión inglesa en Gran Canaria por parte de Francis Drake de camino a la conquista de Panamá. La idea de asaltar la ciudad para llevarse el máximo botín no era del agrado de Howkins, que no intervino en el asunto, aunque según cuentas las crónicas inglesas se jactó desde el Roque Ceniciento, donde esperaban los barcos, como Drake era repelido por los españoles. Así lo indica el cronista de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria Juan José Laforet, que señala que aún queda por averiguar los motivos por los que Drake realizó este ataque a la isla frente a la oposición de John Howkins y teniendo en cuenta que ya se había hecho rico con sus fechorías por lo que sumergirse en los archivos ingleses puede aún aportar muchas pistas para completar la historia de la batalla de La Naval. "La historia del ataque ya está contada en uno de los tomos que escribió Antonio Romeu de Armas en 'Piraterías y ataques navales contra las Islas Canarias´", aunque el detalle que no se cuenta es que el viaje de Drake no era para robar en Gran Canaria, sino que tenía un objetivo mayor el de conquistar Panamá y que además estaba financiado por la reina", destaca Laforet.

Las milicias canarias, formada por ciudadanos y soldados, se pusieron a prueba en el desembarco del pirata inglés, que no llegó a pisar la ciudad

Pero volvamos a primeros de octubre de 1595 y a sus protagonistas. Por la parte inglesa, Francis Drake, uno de los piratas más conocidos de la época por el sobrenombre de El Dragón por sus hazañas; aunque no era el único apodo que tenía, y primer inglés en circunvalar el globo terráqueo; John Howkins, navegante, mercader, corsario y comerciante de esclavos, y el general Tomás Baskerville al mando de una tropa de unos 4.000 hombres. 

Personajes de la gesta

Por parte española, Alonso Alvarado, recién nombrado gobernador y capitán general de la isla, combatiente en Italia y Flandes y también contra los moriscos y turcos; el lugarteniente Antonio Pamochamoso, comandante de las milicias populares, y las propias milicias, conformadas por los vecinos entre 15 y 60 años y el grupo de soldados, como único cuerpo de defensa frente a los piratas e incursiones europeas.

La flota inglesa había salido de Plymouth (Inglaterra) en septiembre y el 4 de octubre se encontraba frente a la costa grancanaria decidiendo si atacar a la ciudad o pasar de largo hacia su objetivo. Alonso Alvarado, conocedor de la fragilidad de la isla en materia defensiva y la precariedad de materiales y de hombres preparados, había reorganizado las milicias tras su llegada en abril y había implantado un sistema de vigilancia en los castillos de La Luz de Santa Ana que dieron resultado cuando Francis Drake, haciendo caso omiso a la negativa de Howkins, intentó penetrar por la bahía de Las Isletas.

El humo de una hoguera fue la señal de alarma para alertar al castillo de Santa Ana -ya desaparecido,- que con un cañonazo avisó a la población. Según Francisco Marín Lloris , director de honor de la Económica, no fue fácil organizar a las milicias y solicitara la población asustada su colaboración, según manifestó en 2017 en una conferencia sobre `Alonso Alvarado y Antonio Pachamoso, en la defensa de Gran Canaria´, con motivo de unas jornadas en defensa de la conmemoración del ataque de Van der Does. "Alvarado impuso su criterio en cuanto a entablar la pelea contra los invasores antes del desembarque, frente a los que opinaban lo contrario" y "Pachamoso no solo conseguió apaciguar a la población, sino al actuar en el avituallamiento de la tropa y en derribar bajo su responsabilidad las puertas de la Casa donde se encontraba la munición para la defensa de la ciudad ante la ausencia del regidor Gaspar Sorio", manifestó.

El cronista de la ciudad Juan José Laforet indica que la defensa utilizada en la batalla de La Naval fue "un ejemplo para la posterior defensa de la isla", que se tendrá que poner a prueba en el ataque del pirata holandés Van der Does del 28 de junio 1599. Pero en aquella ocasión no hubo suerte.

Suscríbete para seguir leyendo