Así derrotó Las Palmas de Gran Canaria al pirata inglés Francis Drake

Centenares de vecinos y vecinas asisten al homenaje a los caídos en la Batalla de La Naval celebrado en el Castillo de La Luz

El despliegue del regimiento de infantería en las misiones internacionales de Estonia, Lituania y Turquía resta efectivos al homenaje militar

En este ocasión solo hubo dos cañonazos con cargas de pólvora reducida frente a los cuatro de otros años


Corría septiembre de 1595 y una flota de 27 barcos ingleses partió de Plymouth para conquistar Panamá y Puerto Rico, territorios que estaban en las rutas comerciales de Las Indias explotadas por España. Al frente de la expedición estaban los piratas Francis Drake y John Howkins. El seis de octubre llegaron a Gran Canaria, entonces paso obligado en los viajes a Las Américas, y al bueno de Drake, uno de los corsarios más temidos de la época, se le ocurrió desembarcar en la bahía de Las Isletas para saquear Las Palmas de Gran Canaria. Fue una pésima idea, la tumba de su perdición, porque las milicias isleñas repelieron la incursión y derrotaron a los ingleses con la artillería lanzada desde los arenales de la bahía.

La conmemoración de esa gesta del 6 de octubre de 1595, conocida como la Batalla de La Naval, es la que ayer se celebró en los jardines del Castillo de La Luz. El emotivo homenaje a los caídos contó con la participación del Regimiento de Artillería Antiaérea 94, que, como todos los años, desfilaron y recrearon la contienda con soldados vestidos de época.

El momento más emocionante del acto, que fue seguido a la sombra de los árboles por centenares de vecinos y de vecinas, llegó con los cañones Schneider de 75 milímetros.

Primera Guerra Mundial

Estas reliquias de la Primera Guerra Mundial fueron las encargadas de disparar los salvas para honrar a los caídos. Fueron solo dos cañonazos con cargas de pólvora reducida, la mitad que otros años. Los responsables del regimiento con sede en La Isleta explicaron que la reducción de efectivos en la celebración se debe al despliegue de tropas en tres misiones internacionales: Estonia, Lituania y Turquía.

Esa vocación internacional del ejército fue destacada en su discurso por el coronel jefe del Regimiento de Artillería Antiaérea 94 y alcalde del Castillo de Luz, José Miguel Salvador Garrido, así como por el concejal del distrito Puerto-Canteras, Héctor Alemán, y el cronista oficial de la ciudad, Juan José Laforet, que se encargó de realizar la glosa histórica del acto y de recordar algunos pasajes de la contienda.

Desde los versos de Lope de Vega hasta los del poeta Cairasco de Figueroa, la derrota de Drake corrió «como la pólvora flamígera» por toda Europa. El temido pirata inglés ni siquiera pudo desembarcar con su estandarte de dragón en la arena, pues la artillería y la «luz protectora de la Virgen de la Luz» le hicieron retroceder a los barcos, rememora el cronista.

Milicias populares

Y es que muchos vecinos de Las Palmas de Gran Canaria, sin apenas formación bélica, arrimaron el hombro junto a los soldados dirigidos por el gobernador Alonso Alvarado y su lugarteniente Antoni Pamochamoso, que comandaba las milicias populares de soldados y lugareños.

Ese ejército, de apenas mil hombres, con edades comprendidas entre los 15 y los 60 años, era la única línea de defensa frente a los piratas y berberiscos de la época. De ahí la importancia de la gesta isleña.

Procesión Cívico-Religiosa. Virgen de La Luz

Procesión Cívico-Religiosa. Virgen de La Luz / José Carlos Guerra

Drake, apodado el Dragón por sus hazañas, iba acompañado por el general Tomás Baskerville y sus 4.000 hombres, así como del comerciante de esclavos Howkins, aunque este último se abstuvo de participar de manera directa en la refriega e, incluso, recomendó a su colega que no lo hiciera, según cuentan las crónicas de la época. La mitad de esos soldados fueron repelidos por la artillería isleña al hacer imposible el desembarco de los ingleses por las ráfagas de munición disparadas a pie de playa.

Ambiente heroico

Todo ese ambiente heroico, germen de la tradición artillera española, estuvo presente durante la media hora que duró el homenaje a los que «sirvieron con lealtad, lucharon con valor y murieron con honor».

Que hubiera menos militares en el desfile y solo dos cañones no deslució el acto, al que acudieron cientos de personas pese al calor y el lleno de las playas capitalinas. Eso sí, apasionadas como Sandra Cobos, que tenía un hijo en el desfile, recomienda al Ayuntamiento y al Ejército que recupere la gloria de tiempos pasados, cuando la representación de la Batalla de La Naval se hacía en la Avenida Marítima, porque «estas cosas gustan mucho al pueblo», añade.

Tras los cañonazos en los jardines del Castillo de La Luz, donde se construyó la primera torre de vigilancia y defensa de la ciudad, el propio Regimiento de Artillería Antiaérea-94 se hizo cargo de la llama que dio origen al nombre de La Luz, con su traslado simbólico a modo de antorcha olímpica desde el antiguo límite parroquial (viejo Campo España) hasta la parroquia matriz.

Procesión

Una vez llegó la antorcha al templo de la Virgen de La Luz, sobre las 20.00 horas, el grupo de cargadores sacó la imagen de Nuestra Señora y la paseó a hombros por las calles Pérez Muñoz, Rosarito, López Socas, Juan Rejón, Luján Pérez, Prudencio Morales, Faro, Américo Vespucio, Gatita, Taliarte, Inés Chemida, Prudencio Morales, Juan de Garay, Veneguera y vuelta otra vez a Pérez Muñoz hasta regresar a la iglesia.

Procesión Cívico-Religiosa. Virgen de La Luz

Procesión Cívico-Religiosa. Virgen de La Luz / José Carlos Guerra

Pero el día grande de las fiestas de La Naval no acabó ahí, todavía quedaba por delante otra emotiva celebración: la recuperación para la ciudad del acto de recreación de la Batalla entre el Barco y el Castillo que tuvo lugar en 1595. Un espectáculo histórico-pirotécnico, a cargo de Benjamín Dávila e hijos, que dejó de celebrarse en la capital durante los años 30 por motivos económicos.

Ahora la conocida familia de fueguistas de Teror, donde se siguió representado la obra pirotécnica, vuelve a traer el espectáculo de fuego al corazón de La Isleta.

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