LAS PALMAS DE GRAN CANARIA

La obra de ensanche de las aceras de Guanarteme lleva dos días paralizada

Los obreros no acuden desde el pasado viernes

La constructora ha retirado parte de los materiales, aunque el Ayuntamiento asegura que no le consta ninguna anomalía en la marcha de la actuación

Vistas de las obras de ensanche de aceras de la calle Fernando Guanarteme.

Vistas de las obras de ensanche de aceras de la calle Fernando Guanarteme. / José Carlos Guerra

Las obras de ensanche de las aceras de la calle Fernando Guanarteme, en Las Palmas de Gran Canaria, que empezaron hace más de un año, están paradas desde el pasado viernes, el último día en el que acudieron los obreros a trabajar. Los comerciantes y vecinos de la calle aseguran que la empresa constructora se ha llevado parte de los materiales, la maquinaria y el baño químico.

Según indicaron los obreros a los vecinos, la empresa Abaldo S.A. ha abandonado la obra por el retraso en el pago de los trabajos realizados, algo que negaron desde la Concejalía de Urbanismo, que dirige Mauricio Roque.

Las fuentes municipales aseguraron que no les consta la paralización de la obra ni la existencia de «ninguna anomalía» en torno a los trabajos y desmintieron que exista impago por parte del Ayuntamiento, dado que es el Cabildo de Gran Canaria el que se encarga del abono de las certificaciones, al tratarse de una obra del Plan de Cooperación.

«El pasado mes de octubre enviamos al Cabildo la última certificación, correspondiente al mes de septiembre y el supervisor municipal de la obra no tiene constancia de que exista algún problema con la empresa», indicaron las fuentes.

Los comerciantes denuncian que la larga duración de las obras perjudica a los negocios

La obra, que comprende el ensanche de las aceras de Fernando Guanarteme, desde la calle Viriato hasta la calle Pizarro, fue adjudicada en julio de 2022 por 998.200 euros y un plazo de ejecución de un año.

La actuación ha supuesto un martirio para el vecindario y los comerciantes, por la larga duración de los trabajos y los perjuicios ocasionados en los negocios, la mayoría de los cuales han perdido clientes y algunos incluso han cerrado. Entre los comercios cerrados figura una frutería y una tienda de venta de vehículos.

Guanarteme gana seguridad en las aceras de 19 calles con rebajes y vallas.

Guanarteme gana seguridad en las aceras de 19 calles con rebajes y vallas. / J. Pérez Curbelo

Los vecinos critican el escaso personal que ha estado trabajando en la obra, con una cuadrilla de tres personas, formada por un maquinista y dos operarios. Aseguran que ha sido esta insuficiente dotación la que ha eternizado unas obras, a las que aún les faltan meses para su terminación, pese a que ya tenían que haber concluido. No es la primera vez que la obra se paraliza según los vecinos. El pasado agosto, las obras estuvieron veinte días sin actividad.

Perjuicios

Entre los residentes afectados figura uno que ha tenido que seguir pagando el vado, pese a que ha quedado totalmente desactivado, porque en el Ayuntamiento le han dicho que si deja de abonar la tasa, tendrá que empezar de cero para poder reactivarlo.

Un de los comerciantes perjudicadas por las obras es Aily, dueña del comercio Ca’song, que asegura que se vio obligada durante unos días a cerrar su negocio, debido a los trabajos. «El lunes», explicó, «no vinieron los obreros. Se llevaron la maquinaria y el baño portátil».

Miguel Cabrera, dueño del bar piscolabis Olimpus, critica los tropiezos que ha tenido la obra en el tramo entre la calle Viriato y Pelayo.

«Empezaron por la acera de enfrente, pararon el año pasado y en mayo empezaron por esta acera. A los comerciantes nos está afectando bastante, a algunos más que a otros. Hay una frutería que ha cerrado por culpa de las obras y la farmacia ha perdido el vado que tenía. En mi caso, he tenido como clientes a los trabajadores, pero he perdido la gente de paso. Gracias a Dios, tengo una clientela fija».

Otro comerciante, que prefiere mantenerse en el anonimato, considera que la obra tenía que haber durado cinco meses como mucho. «Empezó con una dotación de personal totalmente insuficiente. Aquí había tres personas trabajando para tres manzanas que habían cerrado y en agosto estuvieron 20 días sin trabajar». «Los vecinos», quiso aclarar, «no estamos en contra de la obra, sino de la forma en que se está haciendo».  

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