ARC/ PREPARATIVOS A LA SALIDA

La regata ARC obliga a hacer cola en la lavandería

La prueba, que celebra su 38 edición, incrementa el trabajo y el negocio del Muelle deportivo de Las Palmas de Gran Canaria

Los comerciantes proponen una semana más entre la ARC+ y la ARC para prestar mejor servicio

900 navegantes parten este domingo rumbo a Santa Lucía desde Gran Canaria

Clientes en Alisios Sailing, en el Muelle deportivo, este sábado antes de la salida de la ARC.

Clientes en Alisios Sailing, en el Muelle deportivo, este sábado antes de la salida de la ARC. / ANDRÉS CRUZ

Los comerciantes del Muelle deportivo de Las Palmas de Gran Canaria vivían ayer una frenética actividad horas antes de que los participantes en la ARC partan este domingo rumbo a Santa Lucía. Los últimos preparativos obligaban a hacer cola hasta en la lavandería y es que los 900 navegantes inscritos en esta 38ª edición estarán unas tres semanas navegando hasta su destino. Los establecimientos apuestan por ampliar una semana más entre la regata ARC+ y ARC, organizadas por World Cruising Club, para prestar un mejor servicio a los navegantes.

Las 2.700 millas náuticas que separan Gran Canaria de Santa Lucía, sin escalas, obligan a las tripulaciones a tener los barcos a punto para cruzar el océano Atlántico por lo que muchos participantes optan por pasar la ITV en la isla. Inspecciones que revierten en incremento de negocio y de empleo para las escasas empresas que se dedican al sector.

Ambiente a las puertas del autoservicio de lavandería en el Muelle Deportivo.

Ambiente a las puertas del autoservicio de lavandería en el Muelle Deportivo. / ANDRÉS CRUZ

En Alisios Sailing, especializados en la reparación y en la venta de materiales para barcos a vela y a motor, llevan desde septiembre sin parar, aunque las últimas semanas son especialmente intensas. «Hacemos inspecciones a los barcos tanto por seguridad como porque se lo piden las compañías de seguros antes de salir. Tardamos unas tres horas en una inspección, pero si luego tienen algún problema quieren que se lo resuelvas también, incluso si acaban de venir hace tres días para poder ir al Caribe. Muchos barcos vienen navegando hasta aquí desde Francia, Alemania, Inglaterra, Irlanda y pueden haber tenido algún problema. Otros prefieren arreglarlo antes de partir porque se trata de una travesía muy larga y cualquier cable distorsionado o hilo roto puede provocar problemas», cuenta Octavio Jiménez, socio de la empresa, sobre el incremento de trabajo que se produce en pocas semanas teniendo en cuenta que se han presentado a la regata 159 yates. A los que podemos sumar los 96 veleros que partieron el domingo 5 para la ARC+.

Ambiente en el Muelle Deportivo antes de la salida de la ARC este domingo.

Ambiente en el Muelle Deportivo antes de la salida de la ARC este domingo. / ANDRÉS CRUZ

«Tenemos la tienda, pero nuestro fuerte estos días está en el taller y en los pantanales, arreglando cosas. Las chicas de las velas han sido tan eficientes que son las únicas que han acabado el trabajo», dice con una sonrisa Octavio, mientras en el establecimiento no para de entrar gente de todas nacionalidades. «Empezamos arreglando velas y poco a poco ampliamos los servicios porque vimos que aquí no había nada. Pedro Texaco nos enviaba a los navegantes y, al final, nos hemos convertido en el Pedro Texaco del muelle que soluciona de todo», continúa Octavio Jiménez, con 15 empleados a su cargo.

Falta de personal especializado

La ARC supone un importante empujón anual al negocio, aunque este no subsiste solo con los dos meses en que están los regatistas en Gran Canaria. «No se puede tener una empresa como está para trabajar dos meses. No puedo contratar a más gente porque se trata de un trabajo muy especializado, requiere de conocimientos, pero también de saber subirse a un mástil sin peligro. Y en Las Palmas eso no se encuentra. No hay mecánicos de motores marinos y fuerabordas; los tres que hay están a tope, también hay poca gente que sepa de electrónica deportiva, ni electricistas, ni soldadores», continúa el empresario, quien señala que, por esa razón, tienen que dejar a tripulantes de la ARC en lista de espera. La inversión que hay que hacer en material para que salga a cuenta y para poder trabajar sin peligro de quedarse sin él es otro de los handicaps que tiene este tipo de negocio por lo que obliga a estar todo el año operativo.

«Es mucho trabajo acumulado para tan poco tiempo», apunta el director del establecimiento José Ponce, quien propone ampliar una semana más el tiempo entre la ARC+ y ARC para no dejar a nadie en tierra. «La ARC+ ha subido tanto que, si son 100 barcos, son cien atraques que no se pueden ocupar hasta que no se marchen. Con qué diez de los que lleguen tengan un problema, alguno se queda en tierra. Dos semanas es muy poco tiempo para atenderlos».

En Distrimar, establecimiento especializado en pesca, náutica, submarinismo y en motores fueraborda, el ajetreo de última hora también se nota. «Ahora mismo no tengo más que fatiga, me caigo al piso», responde Rubén Betancor, encargado del negocio, sobre la carga de trabajo. «Llevamos un mes, pero la última semana es mortal. Desde ayer estamos a tope», continúa.

Rubén Betancor, encargado de Distrimar, muestra el sistema de pesca que se llevan los navegantes de la ARC.

Rubén Betancor, encargado de Distrimar, muestra el sistema de pesca que se llevan los navegantes de la ARC. / ANDRÉS CRUZ

Entre los objetos que están vendiendo a las tripulaciones figura una plegadora para pescar a vano, que viene con hilo y señuelos. «En la pasada edición fueron cañas y carretes», explica Rubén sobre el tipo de equipos de pesca que adquiere la tripulación de la ARC. «Ayer [por el viernes] un cliente pidió un equipo más potente que hubo que montar en el barco y pagó casi 700 euros», indicó respecto al dinero que dejan los navegantes de la ARC. «Hasta febrero tenemos clientela porque hay gente que sale con la ARC, pero otra decide quedarse e irse después por su cuenta», puntualiza el joven, que asegura que el negocio se sostiene durante todo el año por los aficionados a la pesca que hay en Canarias.

El negocio ha tenido que cerrar el establecimiento que tienen en La Isleta para contar con refuerzo dada la falta de personal especializado. «Hay gente que saber pescar, pero no sabe atender al público y no tiene preparación en la materia», puntualiza.

En el bar Adago Muelle no paran de dar desayunos y almuerzos. La dueña, Luisa Otero, declara que la última semana es un no parar y que han tenido que contar con dos trabajadores más los días de la ARC. Pero no es oro todo lo que reluce. Las tripulaciones no siempre se quedan en el muelle deportivo. «Lo que tienen que incentivar es que vengan, consuman y gasten aquí. Anoche [por el viernes] no los vimos; vienen con cosas organizadas y van a otros sitios de la Isla. Claro que notamos la ARC, pero son cuatro días. Para nosotros ha sido la última semana», narra. El negocio hay que mantenerlo con la clientela local y para ellos proponen el último sábado de cada vez una noche de boleros con el grupo Isleño.

La razón de que el viernes no hubiera apenas navegantes en los restaurantes y locales del Muelle Deportivo era la fiesta despedida que organizó el Real Club Náutico de Gran Canaria. Durante el discurso de bienvenida, el vicepresidente del club, Adolfo López, se refirió a la Atlantic Rally for Cruisers (ARC) como «algo verdaderamente mágico» en referencia a la idea de «reunir una flota de 255 barcos con la ilusión de vivir una aventura que, sin duda, cambiará las vidas» de sus protagonistas. Los regatistas comenzarán a salir del Muelle Deportivo a partir de las 10.30 horas.

Suscríbete para seguir leyendo