El trasiego de contenedores crece un 40 % por la crisis en el Canal de Suez

Los ataques a los barcos mercantes en el Mar Rojo, que se incrementaron en intensidad a finales del año pasado, están beneficiando de forma clara al Puerto de Las Palmas en su volumen de negocio, con aumentos notables de la actividad en sectores estratégicos como el suministro de combustible o el movimiento internacional de contenedores, todo gracias al desvío sistemático de los buques por Sudáfrica, que se ven obligados a bordear el Cabo de Buena Esperanza ante la imposibilidad de cruzar el Canal de Suez para llegar a Europa.

Operaciones Portuarias de Canarias SA (Opcsa), que explota la terminal de transbordo de contenedores de La Luz, ha facturado este mes pasado uno de los mejores ‘eneros’ de la última década, según explican fuentes del sector portuario. 

Y es que los movimientos de la filial de Mediterranean Company Shipping (MSC) han pasado de los 30.000 hasta los 50.000 contenedores, lo que supone un incremento de la actividad del 40 % respecto al mismo periodo del año anterior.

Indicadores de crecimiento

Los números con los que Puertos de Las Palmas cerró 2023, en esa línea, indicaban que se iba a producir este repunte de la actividad, el cual está vinculado a los ataques hutíes en Yemen y a la decisión de las grandes navieras de cambiar su ruta comercial entre Asia y Europa por seguridad. Las Palmas es el primer gran puerto del viejo continente que se encuentran los mercantes en ese nuevo itinerario. 

En general, la Autoridad Portuaria de Las Palmas (APLP) cerró su estadística anual con una actividad inferior a la desplegada en 2022, con un 1,48% menos de servicios despachados en los muelles de interés estatal. Un descenso de casi punto y medio que sitúa a los puertos de la provincia por debajo de la barrera de los 28 millones de toneladas anuales.

Esa pequeña pérdida de competitividad se debe a que el suministro de combustible estuvo a la baja casi todo 2023, pero, a final de año, en diciembre, con el fondeo de los grandes mercantes desviados de Suez en la bahía capitalina para repostar, la actividad volvió a la senda del crecimiento. Se vendieron 187.224 toneladas de hidrocarburos, 13.058 más que en el mismo mes de 2022. Ese aumento, que es del 7,50 %, rompe el ciclo de tendencia a la baja acumulado durante todo el ejercicio, aunque no ha sido suficiente para superar los números del año anterior.

Contenedores

La carga y descarga de contenedores, otro de los indicadores clave del puerto, también mejora en 2023, con 1,1 millones de Teu, un 4 % más que en 2022. En ese sentido, los contenedores en tránsito se sitúan en 630.421, con un incremento del 9,4 %. Un aumento de la actividad que también está ligado a la crisis en Suez y al esfuerzo que realiza Opcsa y la plantilla de estibadores para atender el aumento de la demanda.

La empresa ha llegado a un acuerdo con MSC para asumir una parte de los contenedores derivados para descargarlos en el muelle Cristóbal Colón y reenviarlo luego a los puertos del Mediterráneo, principales afectados al cerrar el canal habitual por la inestabilidad en el Mar Rojo.

El conflictivo, que está ligado a la invasión de Israel en Gaza, parece que va para largo, lo cual consolida y afianza la ruta comercial por el Cabo de Buena Esperanza y esto beneficia los tráficos de los puertos canarios.

Buenos datos

Aún faltan los datos oficiales de enero, pero los indicadores apuntan que el arranque del año será bueno, como avanza Opcsa con esos 50.000 contenedores despachados en los dos muelles que conforman su terminal en el Puerto de Las Palmas. 

La empresa, en ese sentido, ha recibido en enero grandes portacontenedores que no son habituales en el Atlántico, sino en la ruta por Suez y el Mediterráneo, como el MSC Le Havre, que cubre el servicio europeo con Australia, India y Sri Lanka, o el MSC Virgo, que hace el mismo recorrido hasta China. El último buque en recalar en La Luz de esta categoría es el MSC Capella, que ha llegado a puerto este fin de semana.

También se esperan buenos resultados en búnkering, pues las reservas para abastecerse de combustible se han multiplicado por tres y los fondeos en la bahía han crecido hasta un 40 %, según datos confirmados por la Autoridad Portuaria de Las Palmas.

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