Las Palmas arrebata a Santa Cruz un hotel flotante para llenar sus tanques y cambiar de tripulación
La ‘Floatel Triumph’, que asiste a la industria ‘off shore’ con alojamiento para 500 trabajadores, obtiene mejores condiciones en La Luz
El buque, que llegó procedente de Australia, zarpa hacia Europa para operar en el Mar del Norte
Otro semisumergible de la misma empresa sueca lleva sin actividad en Tenerife desde 2016
La Floatel Triumph, un buque semisumergible de apoyo a la construcción y el alojamiento (floatel) en la industria off shore, ha hecho escala en el Puerto de Las Palmas para cambiar de tripulación y llenar sus grandes tanques de combustible, con 1.800 metros cúbicos de capacidad en sus depósitos, entre otros servicios despachados por las empresas locales de La Luz.
La Triumph, que pertenece al armador sueco Floatel International, tenía previsto recalar en Santa Cruz de Tenerife para someterse a una puesta a punto, donde permanece amarrado desde 2016 otro buque de la misma corporación, la Realience, pero las complicaciones para cerrar el atraque motivaron el cambio de planes a última hora.
A la compañía sueca no le convenía fondear en la bahía tinerfeña ni desplazarse hasta el puerto de Granadilla, que eran las opciones disponibles en la isla vecina. En Las Palmas, en cambio, sí le ofrecieron la posibilidad de atracar dentro del puerto, en el muelle Nelson Mandela.
Combustible en Oryx
Allí, al abrigo del dique de La Esfinge, la multinacional Oryx le suministró el combustible de manera directa, a pie de muelle, mejorando así para el armador los costes asociados al repostaje y al cambio de la tripulación, según explican fuentes del sector.
La Floatel Triumph llegó a Luz el pasado 14 de febrero procedente de Australia. Al día siguiente, tras completar un cambio de tripulación de 30 miembros, puso rumbo hacia el Mar del Norte, donde prestará su apoyo a las plataformas petrolíferas y a los buques de la región. Está diseñada para trabajar en cualquier parte del mundo, incluidas aguas polares y los entornos más hostiles situados al norte de Europa.
El enorme buque, con una cubierta de casi 1.200 metros cuadrados y capacidad para 500 personas, funciona como un auténtico hotel flotante y está equipado con el último sistema de posicionamiento dinámico Kongsberg.
Prestaciones a bordo
Entre sus servicios de hospedaje destacan cabinas de una y de dos camas, con aire acondicionado y conexiones tanto de teléfono como de televisión, así como amplias áreas recreativas que incluyen comedor y salas de día, gimnasio, cibercafé y un cine, recoge su ficha técnica.
El barco dispone de una pasarela telescópica de 38 metros para trasladar al personal hasta la instalación de acogida, la cual está preparada para funcionar en condiciones adversas, permaneciendo siempre anclada y con la capacidad de suministrar servicios de aire, agua, combustible o comunicaciones informatizadas.
También dispone de una plataforma para helicópteros, un hospital, dos grúas de cubierta, una gran zona de depósito o talleres y almacenes de apoyo para las actividades de logística, construcción y almacenamiento, entre otras prestaciones. Es, en síntesis, un híbrido de plataforma y de hotel que se mueve por el mar propulsado por seis motores.
Plató de cine
La Triumph fue construida en 2016. Casualmente, ese mismo año, la Reliance, de la misma empresa y similares características, llegó al Puerto de Santa Cruz de Tenerife para someterse a una reparación. Desde entonces sigue allí, parada, solo con una tripulación mínima de mantenimiento, a la espera de que Floatel International le asigne un nuevo destino.
Ambos buques de alojamiento off shore están representados por el consignatario local Canarship, que se encarga de resolver sus necesidades a bordo y de tramitar los servicios que precisa el armador. La Reliance, en ese sentido, no ha estado del todo inactiva durante los ocho años que lleva atracada en Santa Cruz, pues se ha convertido en un improvisado plató para rodar series de plataformas como Netflix y HBO MAX.
En la popular serie española La casa de papel, de Netflix, la Reliance se transformó en una plataforma petrolífera noruega en la que ocurre un robo, mientras que en The Head, de HBO, el buque se convirtió en la Polaris VI, una estación de la Antártida que fue reproducida a escala real en el buque, con varios crímenes de científicos que suceden en la noche polar.
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