'Por-No Hablar', un camino hacia la educación sexual

El proyecto educativo tiene como objetivo reflexionar sobre la influencia de la pornografía y generar "nuevas fuentes de aprendizaje"

Tras tres años de andadura, el programa ha llegado a diferentes centros educativos de Las Palmas de Gran Canaria

Ilustración de dispositivos móviles.

Ilustración de dispositivos móviles. / La Provincia / DLP

Idaira es la coordinadora de Por-No Hablar, un proyecto educativo que tiene como objetivo reflexionar sobre la influencia de la pornografía en las relaciones, en especial, sexuales. El programa surgió para activar "nuevas fuentes de aprendizaje sobre sexo", explica Idaira, pues la prioridad de la iniciativa es trabajar con personas jóvenes que, a través de lo que ahora se conoce como la nueva pornografía, han accedido a ella "desde edades muy tempranas".

Los datos que hablan del acceso al contenido pornográfico son "escalofriantes". En palabras de la coordinadora de Por-No Hablar, en España el primer acercamiento a la pornografía se sitúa en torno a los 8 años, a los 12 se normaliza el consumo y 3 de cada 4 jóvenes afirman que "es su principal fuente de educación sexual". "Este último dato es el que hace que nos demos cuenta de la necesidad de abordar esta problemática", cuenta la coordinadora. Nació, de esta forma, una iniciativa para crear conciencia sobre "los malos aprendizajes que deja la pornografía y generar inquietud ante una responsabilidad que como sociedad tenemos que asumir: la educación sexual".

Tras tres años de andadura, el programa ha pasado por diferentes centros educativos de Las Palmas de Gran Canaria para proporcionar, entre otras actividades, talleres con los alumnos. En el año 2023, el proyecto impartió 53 talleres formativos a jóvenes, nueve a las familias y cinco a profesionales, lo que supuso un total de 1.411 participantes. "Lo que pretendemos con los cursos de formación es trabajar en una doble línea: por un lado hablar sobre educación sexual y, por otro, estudiar la influencia que la pornografía tiene en nuestras vidas", matiza la experta y añade que los dos aspectos "deben ir de la mano porque la clave es generar alternativas saludables".

Un mundo desconocido

Jennifer Montesdeoca es docente de la familia profesional de Servicios Socioculturales y la Comunidad en el CIFP Felo Monzón Grau Bassas en Las Palmas de Gran Canaria y, junto a sus alumnos, participó en uno de los talleres que desde Por-No Hablar se ofrecen. "La idea de participar en los cursos me pareció fundamental", cuenta. Desde su punto de vista, "hay que poner la mirada en quienes serán futuros profesionales, es decir, los jóvenes".

La profesora reconoce que la pornografía es un mundo desconocido porque hasta que no se habla de su magnitud "nadie razona acerca de su influencia en las relaciones que, finalmente, terminan por convertirse en insanas". En palabras de Jennifer, se trata de contenidos que fomentan "el tema de todo vale y todo se permite".

Una vez finalizado el taller, Montesdeoca destaca las reflexiones de los estudiantes: "Estaban sorprendidos porque no habían analizado la dimensión de la información que día a día reciben". Además, señala que a muchos de ellos "les llamaba la atención no haberse dado cuenta del peligro de aplicaciones como Onlyfans".

Hacia la nueva pornografía

Otra de las iniciativas que desarrolla el programa es la instalación de buzones para resolver dudas de los alumnos en los centros educativos. El pasado año, el proyecto recibió un total de 314 cuestiones. Las preguntas en los buzones son variadas. Sin embargo, Idaira reconoce que le impacta que aparezcan "las relacionadas con el lugar donde se encuentra el clítoris". Piensa que es algo "tan esencial que debería estar incorporado". A la anterior se añaden preguntas "muy ligadas a prácticas y categorías de la pornografía".

La experta habla de la nueva pornografía como consecuencia de la irrupción de los móviles en la vida diaria. El término hace referencia al contenido de fácil acceso que, además, es gratuito y presenta infinidad de categorías. "Es aquella que recoge todo lo que se puede imaginar e incluso lo que no se puede imaginar". Otra de las características es el nivel de interacción: "Se pasa de ver un vídeo a interactuar con una persona que está detrás de una webcam". La coordinadora considera que la característica más preocupante es la facilidad para acceder al contenido, pues "no hay filtro y niños muy pequeños están viendo el contenido".

Jennifer subraya que, aunque es "muy difícil" controlar el acceso, la clave es "saber que esa realidad existe, despertar actitud crítica y estar pendiente". Como madre recalca que con los talleres ha aprendido a "hablar del peligro, que es un temor que tienen todas las familias". Valora la importancia de saber educar en base a un buen uso de las tecnologías porque "prohibirlas no sirve de nada".

"Cada vez hay más personas que consumen pornografía de una manera problemática"

De cara al profesorado y a las familias, desde el proyecto se ofrecen pautas y material didáctico "de lo que se mal aprende en la pornografía e indicaciones de cuál sería la receta adecuada". En lo que respecta a los jóvenes, presentarles alternativas: "Muestran interés, ganas de aprender y reflexionan sobre aspectos como la construcción del deseo".

Para la coordinadora "es necesario establecer medidas para abordar el consumo de pornografía". En palabras de la coordinadora, las estadísticas hablan de un incremento del porcentaje de personas que consume contenido de una manera problemática". De esta forma, asegura que la pornografía comparte características con otras drogas como "la necesidad de escalar a vídeos cada vez más violentos para conseguir los mismos niveles de dopamina".

Idaira lo tiene claro: "La fórmula está en analizar el contenido y estudiar hacia donde nos lleva". Desde su punto de vista, "solo a través de las reflexiones se podrá generar un mayor rechazo hacia la violencia sexual que presenta el contenido pornográfico".