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Crisis del coronavirus El regreso de las primeras contagiadas

Ahora sí, 45 días después, de vuelta a Italia

Bruna, Maura y Donatella, tres de las primeras contagiadas por coronavirus en Gran Canaria, regresaron ayer a su país - Estuvieron una semana en el Hospital Insular

Crisis del coronavirus | 45 días después, de vuelta a Italia

Crisis del coronavirus | 45 días después, de vuelta a Italia

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Crisis del coronavirus | 45 días después, de vuelta a Italia A. C. D.

45 días después de aquella historia rocambolesca, en la que tres italianas eran interceptadas en el aeropuerto de Gran Canaria después de que una amiga suya diera positivo por coronavirus en una vivienda vacacional de Arinaga, estas han podido regresar a su país. Bruna Lena, Maura Cortinovis y Donatella Verovati tomaron en la tarde ayer un vuelo con dirección a Milán para así estar cerca de los suyos después de pasar la COVID-19, que les llevó a permanecer ingresada en el Hospital Insular de Las Palmas de Gran Canaria durante una semana. Esta salida coincide, prácticamente, con la mejor de las noticias: su amiga Pier Angela, el primer caso de esta enfermedad en la Isla, pasó la semana pasada a planta tras 38 días en la Unidad de Medicina Intensiva (UMI) donde, en varias ocasiones, se temió por su vida. Pronto esperan reencontrarse en sus casas del norte del país transalpino, que se convirtió en el principal foco de esta pandemia en Europa.

Jorge Trujillo, propietario de Seven Islands Apartamentos B&B de Arinaga donde se alojaron, ha sido quien más intensamente ha viviendo la experiencia de estas cuatro turistas que llegaron a la Isla para pasar una semana de vacaciones y que han visto como, por desgracia, su estancia se ha alargado mes y medio. El pasado 5 de marzo se disponían a coger el vuelo de regreso con sus familias. Por aquel entonces, Canarias miraba de reojo el coronavirus. En La Gomera se había registrado el primer caso, un ciudadano alemán, y en Tenerife se había confinado todo un hotel después de que un médico italiano diera positivo por coronavirus. Era finales de febrero. Los días pasaban y Gran Canaria se mantenía ajena a todo aquello, viendo por las noticias cómo el número de casos y de muertos de aquella "gripe", como fue denominada en un principio, aumentaba sin freno alguno.

Fue ese día, el 5 de marzo, cuando se confirmó que una mujer de 61 años, que se encontraba en una vivienda de vacacional de Arinaga, había dado positivo después de que tuviera los primeros síntomas. Sus tres compañeras de viaje, que le acompañaron para visitar al hijo de la enferma que se encontraba en Gran Canaria para mejorar su español, se disponían aquel mismo día a abandonar la Isla. Llegaron al aeropuerto cuando se hizo público el positivo. Entonces se movilizó Guardia Civil y Policía Nacional con un único objetivo: evitar que se subieran a aquel avión de la compañía de bajo coste Ryanair que les llevaría a Bergamo. Lo consiguieron. Las tres turistas, que fueron localizadas ya en la sala de embarque, daban también positivo por coronavirus al día siguiente. El 9 de marzo ingresaba una de ellas en el hospital. 24 horas después lo hacían las otras dos. Pasaron una semana en el Insular hasta que todas recibieron el alta. Entre medias, España habían entrado en estado de alarma. El país quedaba confinado en sus viviendas.

Bruna, Maura y Donatella agradecieron el pasado 27 de marzo, a través de este periódico, el trato recibido por la sanidad canaria. Lo hacían en el apartamento de Arinaga, donde recibieron la noticia de que ya estaban libres del coronavirus. Allí permanecieron, en los 40 metros cuadrados del apartamento, durante la cuarentena. Trujillo intentó que al menos los pasaran de la mejor forma posible. "El viernes santo les invité a un sancocho canario con mojo", apuntó ayer este apasionado por la cocina que todas las mañanas les llevó pan de Agüimes para que lo desgastaran con el desayuno.

Una vez los sanitarios le confirmaron que ya habían pasado la enfermedad, sólo tenían una cosa en la cabeza: regresar a su país cuanto antes. Cuenta Trujillo que se les veía desesperadas. "Al principio habían encontrado un billete que les llevaría a Barcelona, después Alemania y finalmente a Italia". Sin embargo, el gobierno italiano firmó un acuerdo con una aerolínea para fletar vuelos a los que se podían acoger sus compatriotas para volver al país, siempre y cuando compraran el billete. Y ayer llegó ese día.

A las tres de la tarde un taxi acudió a recogerlas. Jorge y su novia Soraya esperaban a los pies de la escalera para recordarles que, después de los malos momentos que habían vivido durante el último mes y medio, podían regresar el año que viene a la Isla con el alojamiento en de Seven Islands Apartamentos B&B gratuito. La despedida fue fría. Ni abrazos ni besos. Lo impide el dichoso virus que ha paralizado la vida de medio mundo. Unas sonrisas y la esperanza de reencontrarse tarde o temprano con un presente y un futuro más prometedor. Antes, esos sí, Trujillo quiso hacer honor a sus dotes culinarias y les invitó a pulpo a la gallega.

Jorge Trujillo aún espera recibir a Pier Angela. La noticia de su recuperación, de su traslado a planta después de 40 días en la UMI del Insular, la recibió esta semana en forma de vídeo en el que lo sanitarios del Hospital Insular le hacen un pasillo y le aplauden mientras es trasladada a su habitación. "Su hija me lo envió para que viera que se había mejorado", que había conseguido sobrevivir a la enfermedad después de que estuviera muy grave. Trujillo lo sabe. La hija, desde Italia, le mantiene informado de la evolución de su madre, de 61 años, quien ya espera recibir pronto el alta. Para ello aún tendrá que esperar unas semanas más.

El propietario de los apartamentos da por hecho que Pier Ángela pasará sus últimos días de cuarentena en sus apartamentos. No se opone a ello. Es más, asegura que le va a proporcionar todas las facilidades que estén en sus manos. Eso sí, solicita el apoyo de las administraciones públicas. Asegura que no tiene ninguna queja del Ayuntamiento de Agüimes, que desde el primer momento ha colaborado para atender a las turistas. Pero critica que desde Sanidad no se le da solución a los gastos en los que ha incurrido durante el último mes y medio, y tampoco se le ha dado respuesta a su última petición: que le desinfecten las habitaciones en las que han estado hospedadas las cuatro turistas que han dado positivo en la COVID-19.

Bruna, Maura y Donatella, por su parte, volvieron a pisar su país a las 23.27 hora italiana de ayer domingo después de un vuelo de más de tres horas en un avión de la aerolínea NEOS. Lo hacían 45 días después de aquella historia que las tres protagonizaron en un aeropuerto de Gran Canaria que vivía prácticamente ajeno a la pandemia, como prácticamente la mayoría de la humanidad. 45 días en los que el mundo ha cambiado por completo. El coronavirus, que hasta aquel 5 de marzo seguíamos mirando de reojo, se ha cobrado ya la vida de más de 165.000 personas, 119 en Canarias, y ha contagiado a más de 2,3 millones de personas en todo el mundo.

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