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Universidad

La educación protege de la obesidad

La tesis de Aránzazu Hernández revela un aumento de sobrepeso en las mujeres canarias durante la crisis, excepto en las que tienen estudios a partir de Secundaria

Beatriz González López Valcárcel, Aránzazu Hernández Yumar e Ignacio Abásolo Alessón, tras la lectura de la tesis en la ULL. LP

Las cifras de obesidad en Canarias disminuyeron en 2015, aunque siguen siendo de las más altas de España con un 19% de población obesa. Las mujeres son el colectivo con mayor prevalencia, sobre todo durante la crisis económica, a excepción de las que tienen estudios medios (Secundaria, Bachillerato, FP). Estos son algunos resultados de la tesis doctoral de Aránzazu Hernández Yumar, técnico de investigación de la Fundación General de la Universidad de La Laguna, en la que se evidencia que "la educación es un protector contra la obesidad". El estudio está codirigido por el profesor de Economía Aplicada y Métodos Cuantitativos de la ULL, Ignacio Abásolo Alessón, y la catedrática de Métodos Cuantitativos en Economía y Gestión de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Beatriz González López Valcárcel.

La investigación, publicada en la revista BMC Public Health, bajo el título Crisis económica y obesidad en Canarias: un estudio exploratorio a través de la relación entre el índice de masa corporal y el nivel educativo, analiza las desigualdades relacionadas con la educación sobre la obesidad en adultos en Canarias, y su evolución entre 2004 y 2015, considerando el posible impacto de la recesión económica.

"Hay muchas investigaciones en obesidad sobre desigualdades socio-económicas, pero nosotros hemos centrado este estudio en la obesidad en adultos en Canarias, y especialmente analizando la evolución de este problema de salud en los años recientes, concretamente en 2004, 2009 y 2015, teniendo en cuenta especialmente, el período de crisis económica. En nuestro caso, las desigualdades socioeconómicas las medimos a través del nivel educativo", indicó.

Uno de los motivos que llevaron Aránzazu Hernández, doctora en Economía, a desarrollar esta investigación fue la escasez de estudios sobre obesidad en adultos que consideran los posibles efectos de la crisis económica en las Islas Canarias. "Nuestro objetivo principal es ampliar el conocimiento sobre la obesidad entre los adultos en esta región y su evolución en los últimos años, especialmente a lo largo de la recesión económica, teniendo en cuenta la relación entre la obesidad y el nivel educativo".

Respecto a los principales resultados del estudio sobre el índice de masa corporal (IMC) en Canarias, en una muestra donde el 40% son hombres -de 46 a 50 años de promedio-, y el 60% mujeres -de 48 a 52 años-, destacar que el porcentaje total de personas obesas aumentó de 2004 a 2009 en casi dos puntos porcentuales (de 17.95 a 19.54%), pero disminuyó a 18.64% en 2015, aún siendo una prevalencia más alta que en 2004. Esta tendencia particular se puede observar entre las mujeres, aunque con mayores variaciones, pero no entre los hombres, cuya prevalencia de obesidad aumentó de 2004 a 2015 monotónicamente. "Vimos que, en general, las mujeres presentan una prevalencia de obesidad más alta que los hombres, excepto en 2015 que, aunque con una pequeña diferencia, tienen unas décimas más alta", apuntó la investigadora.

En cuanto a evolución del índice de masa corporal por género, es más bajo en las mujeres que en los hombres, aunque en el caso de la población femenina se mostró un aumento durante los primeros años de la crisis económica -excepto el de las mujeres con educación media-, pero disminuyó en línea con una mejora en la economía de las Islas. Los hombres, sin embargo no experimentaron ninguna variación significativa

Masa Corporal

"Se observa que los hombres durante todo el período de estudio no sufren una variación significativa; mientras que las mujeres y el resto de la población si. Entre 2004 y 2009 se produce un aumento del IMC, coincidiendo con el período en el que comienza la crisis, en población total y en mujeres, y en 2015 se reduce. Mientras que los hombres no sufren variaciones significativas".

Respecto a la variable educativa, también se comprobó que la educación es un factor protector contra la obesidad, especialmente en las mujeres, dado que aquellas con educación media estaban más protegidas que aquellas con baja educación en tiempos de crisis.

"Hemos encontrado un caso especial en las mujeres con estudios medios -Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional-. Mientras que el conjunto de mujeres en general aumenta en 2009, las que tienen niveles medios de educación reducen su IMC. Por tanto, vemos que la educación se considera un factor de protección importante, sobre todo en la población femenina, algo que se confirma en otros estudios", subrayó Aránzazu Hernández. "La educación es un factor de protección y la correlación entre IMC y educación es negativa, a medida que aumenta la educación el indice de masa corporal tiene una mayor probabilidad a disminuir, y es más acentuado ese gradiente en mujeres".

La autora de la tesis recordó al respecto un estudio de la OCD, que refleja que en los grupos sociales con baja educación tiende a haber un mayor desconocimiento del daño de determinados comportamientos no saludables como una dieta poco equilibrada o el sedentarismo. "Además, los estudios señalan que un mayor nivel educativo redunda en una mayor capacidad crítica para la toma de decisiones saludables, una mayor auto percepción de la salud, y también un mayor conocimiento y entendimiento del riesgo que conlleva la obesidad sobre la salud".

En cuanto al porcentaje de obesidad en las Islas, los datos obtenidos confirman que la población canaria tiene un problema de sobrepeso, y que a pesar de que en 2015 disminuye, las cifras de prevalencia de obesidad de ese año siguen siendo muy altas, estando por encima del año 2004. "El 19% de la población canaria es obesa, y aunque disminuye en 2015 respecto a 2009, sigue siendo un dato muy preocupante", apuntó la doctora en Economía, respecto a los resultados del estudio realizado con datos de las Encuestas de Salud de Canarias de 2004, 2009 y 2015, desarrollado por el Instituto de Estadística de Canarias (Istac) y el Servicio Canario de Salud (SCS).

En cuanto a la distribución de la obesidad por islas, en unos análisis comparativos con Tenerife como referente, se ven diferencias significativas, en cuanto a población total. "Considerando a Tenerife como la isla de referencia, las personas de Gran Canaria y Fuerteventura reportan un índice de masa corporal más alto, mientras que en los de La Gomera es más bajo", recoge el estudio.

Por género y lugar de residencia, los hombres de El Hierro y de Gran Canaria tienen un IMC más alto que los de Tenerife (0.50 y 0.41 unidades de IMC más, respectivamente). Y en el caso de las mujeres, tienen un IMC más alto en La Palma y Gran Canaria que en Tenerife (0,39 y 0,51 unidades de IMC más, respectivamente), mientras que en La Gomera es más bajo (0,50 unidades de IMC menos).

Con todo, la doctora Aránzazu Hernández concluye que, considerando la gran influencia de la educación sobre el índice de masa corporal , las autoridades regionales deberían facilitar y promover el acceso a la educación y estilos de vida saludables, tratando de eliminar las barreras que limitan el acceso a la información sobre los beneficios de una dieta equilibrada y actividad física, y los costos de no adoptar tales recomendaciones, aumentando así la conciencia de los problemas de salud causados por la obesidad. Además, señala la importancia de continuar implementando políticas públicas para mitigar los efectos económicos de las crisis en la obesidad, de cara a evitar aumentos en la prevalencia de esta enfermedad.

Prevención

"A pesar de que ha habido una disminución de la prevalencia de obesidad en Canarias en el año 2015, sigue habiendo un problema importante porque existe un 19% de la población que está calificada como obesa. Teniendo en cuenta la gran importancia que el factor de la educación tiene sobre la obesidad, y que es un factor de protección en mujeres, debería facilitarse y promover el acceso a educación y también a estilos de vida saludables. La información sobre los beneficios de los hábitos saludables sobre la salud con dietas equilibradas o la práctica de actividad física, debe estar disponible y ser accesible al conjunto de la población", subrayó.

Hernández Yumar también hizo hincapié en que las medidas a implantar no deben limitarse a informar sobre los beneficios de los hábitos de vida saludable, sino sobre los costes o efectos negativos que puede acarrear si éstos no se adoptan, así como de los riesgos de la obesidad. "Este problema de salud puede acarrear a un individuo consecuencias muy negativas, estrechamente relacionadas con enfermedades crónicas como las cardiovasculares, el cáncer o la diabetes. Por tanto es un problema de salud importante de la que gran parte de la población no es consciente en muchas ocasiones".

La investigadora de la Universidad de La Laguna insiste en la necesidad de trabajar en políticas de prevención -"me consta que ya se han llevado a cabo en Canarias, pero se deben seguir fomentando, no se puede bajar la guardia"-, además de seguir promoviendo los estudios poblacionales sobre "este grave problema de salud considerado como la gran pandemia del siglo XXI", concluyó Aránzazu Hernández Yumar, quien apuntó su interés por continuar investigando en el área de la Economía de la Salud.

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